Después
de cuatro años, los habitantes del sector Los Ríos en Santo Domingo aún están a
la espera de una solución definitiva por parte de la Corporación de Acueducto y
Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD). A pesar de múltiples promesas, la tan
esperada limpieza y mantenimiento de la cañada "Las Ochocientas"
sigue sin concretarse, lo que mantiene en una situación crítica a la comunidad
afectada.
Los
residentes, cansados de la contaminación y las inundaciones, han alzado su voz
en reiteradas ocasiones, pero la CAASD no ha mostrado avances significativos en
la obra de saneamiento que se necesita en esta zona del Distrito Nacional. La
falta de acción sigue generando malestar y preocupación en los vecinos, quienes
han tenido que enfrentar las consecuencias de vivir cerca de la cañada.
Problemas de contaminación y estancamiento del agua
Vicente
Canela, un residente de 68 años, recuerda cómo en una ocasión empleados de la
CAASD iniciaron labores para instalar tuberías de drenaje con el fin de mejorar
la circulación del agua y reducir las frecuentes inundaciones. Sin embargo,
estos trabajos quedaron inconclusos. "Yo vivo en esa casita y estamos
desesperados con esa cañada. Cuando hablamos con la junta de vecinos y llegaron
los de la CAASD, les dije que, en lugar de tapar la cañada, deberían abrirla
para que el agua corra libremente, porque el estancamiento nos está
afectando", comentó Canela, visiblemente molesto por la situación que
afecta su calidad de vida.
Canela
explicó que la obra inconclusa ha empeorado el problema: el agua estancada
genera malos olores y obliga a los residentes a salir de sus hogares para
evitar enfermedades. "Es un problema que nos afecta no solo por la salud,
sino también porque no podemos estar tranquilos en nuestras casas",
añadió.
Malos
olores y afectaciones económicas
Otro de
los residentes afectados es Miguel Mercedes, quien trabaja en una carpintería
cercana a la cañada. Según él, el mal olor es constante, sobre todo cuando
llueve y el agua contaminada inunda el taller. "Cada vez que se acumula
agua de los desechos, el olor es insoportable. Cuando llueve, la cañada se
desborda y arruina los materiales que usamos en el taller. Necesitamos que
terminen los trabajos para que desaparezca la contaminación y el mal
olor", expresó Mercedes con frustración.
Trabajos
de limpieza en marcha
Durante
un recorrido por el área, se observó a varios obreros realizando tareas de
limpieza, retirando tierra, desechos fecales y otros residuos acumulados en la
cañada. Uno de los trabajadores explicó que, tras limpiar, procederán a
instalar las tuberías necesarias para cubrir la cañada y así evitar más daños a
la salud de los residentes. "Llevamos tiempo intentando tapar la cañada,
pero la lluvia y otros contratiempos han retrasado los trabajos. Hoy estamos
limpiando para taparla y así acabar con este problema de salud", comentó
uno de los obreros.