La misión de las tropas de Kenia no ha dado los resultados esperados para el control de la violencia producto del ataque de las pandillas locales.EFE
agencia efePuerto Príncipe, Haití
El
aumento de la violencia de las bandas armadas, la designación de un nuevo
primer ministro y el papel de la misión multinacional son algunos de los
aspectos clave que definen la caótica situación en Haití, donde 5.4 millones de
personas, la mitad de la población, sufren hambre aguda.
Una Violencia Descontrolada
Haití, el
país más pobre de América, lleva años inmerso en una crisis generalizada,
agravada por la presencia de bandas armadas que han tomado prácticamente el
control de la capital, Puerto Príncipe, causando miles de muertos y heridos.
La
capital sufre paralizaciones periódicas, como la ocurrida esta semana cuando
las bandas pertenecientes a la coalición Vivre Ensemble (Vivir Juntos),
liderada por el ex policía Jimmy Cherizier, conocido como ‘Barbecue’,
declararon días de terror en el área metropolitana de Puerto Príncipe. Las
autoridades no tomaron medidas concretas para contener la situación.
Además,
esta misma semana, dos aviones comerciales estadounidenses fueron tiroteados,
lo que provocó el cierre del Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture, el
más importante del país, y la suspensión de vuelos por parte de varias
aerolíneas.
La ONU
también suspendió temporalmente la entrega de ayuda humanitaria en Haití debido
a la imposibilidad de acceder al puerto y al aeropuerto en la capital, ya que
la seguridad se ha deteriorado de manera alarmante.
Solo
entre julio y septiembre, al menos 1,223 personas murieron y 522 resultaron
heridas a causa de la violencia y los enfrentamientos con las bandas, según la
Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh). En la primera mitad
del año, se registraron 3,900 víctimas entre muertos y heridos, después de que
2023 terminara con un total de 8,000 víctimas.
La Ineficiencia de las Fuerzas de Seguridad
Hace casi
cinco meses llegaron los primeros efectivos de la Misión Multinacional de Apoyo
a la Seguridad (MMAS), liderada por Kenia, pero su presencia no ha logrado
mejorar la situación. De hecho, el 80% de la capital sigue en manos de las
bandas armadas, obligando a miles de personas a huir de sus barrios y
convirtiéndolos en desplazados permanentes.
Las pocas
operaciones de la fuerza multinacional y la Policía Nacional haitiana no han
tenido éxito en recuperar los territorios controlados por las bandas. Con las
carreteras bloqueadas, la falta de combustible y el cierre del principal
aeropuerto de la capital, Haití enfrenta un grave deterioro en su crisis
humanitaria, que ya era crítica.
Casi Diez Años sin Elecciones
Las
últimas elecciones en Haití se celebraron en 2015 y 2016, cuando resultó
elegido Jovenel Moise, presidente que fue asesinado en julio de 2021 en su
residencia por un grupo de mercenarios, en su mayoría colombianos.
Durante
su gobierno, Moise denunció planes para asesinarlo, mientras se desataban
controversias sobre la duración de su mandato, que según la oposición debía
finalizar el 7 de febrero de 2021. Sin embargo, el presidente, basándose en su
interpretación de la Constitución, insistió en que su mandato terminaba un año
después, lo que generó masivas protestas, muchas de ellas violentas.
Tras el
asesinato de Moise, Ariel Henry fue designado como primer ministro, pero
dimitió en medio de la violencia que estalló en Puerto Príncipe el 29 de febrero
de este año, cuando se supo que planeaba aplazar las elecciones hasta agosto de
2025, a pesar de que su mandato terminó oficialmente el 7 de febrero.
Desde
abril, Haití cuenta con un Consejo Presidencial de Transición (CPT), que asumió
la responsabilidad de organizar elecciones a finales de noviembre de 2025. Sin
embargo, la lucha por el poder dentro del CPT condujo, hace casi dos semanas, a
la destitución del primer ministro Garry Conille, quien, según diversas
fuentes, exigió la destitución de tres miembros del Consejo señalados en un
caso de corrupción.
Conille,
médico de profesión, fue sustituido por el empresario Alix Didier Fils-Aimé,
quien al asumir el cargo el sábado pasado, afirmó que Haití se encuentra en una
situación "crítica" y enfatizó que "no hay tiempo que
perder". Según el nuevo primer ministro, la hoja de ruta del Gobierno se
centra en "restablecer la seguridad, atender la emergencia humanitaria,
reactivar la economía y preparar las elecciones".