AGENCIA EFEMalabo
Esta decisión fue tomada en respuesta a un incidente que generó gran polémica y críticas públicas, en el que un funcionario fue sorprendido en una situación comprometedora dentro de su lugar de trabajo.
El reciente escándalo en Guinea Ecuatorial ha
provocado un gran revuelo tanto a nivel nacional como internacional. El caso
gira en torno a Baltasar Ebang Engonga, alias "Bello", exdirector
general de la Agencia Nacional de Investigación Financiera (ANIF), quien fue
destituido el 25 de octubre tras la difusión de más de 150 videos de contenido
sexual explícito en los que aparece con diferentes mujeres, incluyendo esposas
de autoridades y figuras conocidas. Las grabaciones se realizaron en lugares
como su despacho oficial y otros espacios públicos y privados, incluso bajo la
bandera nacional, lo que intensificó la controversia.
Este escándalo ha llevado al gobierno de
Guinea Ecuatorial a tomar medidas drásticas para restaurar la imagen del país y
reforzar la disciplina en las oficinas públicas. El vicepresidente Teodoro
Nguema Obiang, conocido como "Teodorín", anunció la prohibición de
mantener relaciones sexuales en las oficinas de los ministerios, subrayando que
estos espacios son únicamente para labores administrativas. Además, ordenó la
suspensión de los funcionarios implicados y prometió sanciones severas.
El gobierno también ha comenzado a
implementar mecanismos de control más estrictos, incluyendo la instalación de
cámaras de vigilancia en todas las oficinas estatales. Estas acciones forman
parte de una política de "cero tolerancia" hacia comportamientos que
comprometan la integridad y la reputación del servicio público.
La situación ha despertado críticas sobre la
corrupción y la represión en el país, considerado uno de los más corruptos y
con un gobierno autoritario desde que Teodoro Obiang, padre de Teodorín, tomó
el poder en 1979 tras derrocar a su tío. Obiang es actualmente el presidente
con más tiempo en el poder en el mundo, gobernando con mano dura y manteniendo
un férreo control sobre el país.
El escándalo y las medidas tomadas por el
gobierno son un reflejo de los desafíos que enfrenta Guinea Ecuatorial en su
gestión interna y la percepción pública, especialmente en un contexto donde las
organizaciones de derechos humanos siguen denunciando abusos y falta de
libertades.