El obispo
Carlos Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y
responsable de la diócesis de Jinotega, fue expulsado recientemente del país
por el gobierno de Daniel Ortega. La noticia fue confirmada por el gobierno
guatemalteco, que informó que Herrera llegó a Guatemala en un vuelo comercial
sin haber solicitado asilo hasta el momento.
Monseñor
Herrera se convierte en el tercer obispo expulsado de Nicaragua, después de los
obispos Rolando Álvarez, de Matagalpa, e Isidoro Mora, de Siuna, ambos
previamente encarcelados y luego acogidos en Roma. Esta expulsión parece estar
vinculada a críticas que Herrera hizo el pasado 10 de noviembre, cuando expresó
su descontento por una actividad ruidosa organizada por la alcaldía de Jinotega
mientras él celebraba misa en la catedral.
La tensión
entre la Iglesia Católica y el gobierno de Ortega se ha intensificado desde las
protestas de 2018, que resultaron en más de 300 muertos según la ONU. Ortega y
su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, han acusado a la Iglesia de
apoyar estas manifestaciones, que consideran un intento de golpe de Estado promovido
por Estados Unidos.
Diversos
actores internacionales, incluidas ONG y líderes religiosos de la región, han
condenado la persecución contra la Iglesia Católica en Nicaragua. Desde 2018,
más de 50 religiosos han sido desterrados, y a 35 de ellos se les ha retirado
la nacionalidad nicaragüense. Además, el gobierno ha incrementado la presión
sobre la prensa, arrestando a periodistas que critican la gestión
gubernamental.
El caso más
reciente de represión mediática es el del periodista Elsbeth D'Anda, detenido
por informar sobre el aumento de precios de productos básicos. La detención ha
sido denunciada como un intento de silenciar la libertad de expresión en el
país.
El Consejo
de Derechos Humanos de la ONU presentará próximamente un informe sobre la situación
en Nicaragua, en el cual se anticipan acusaciones contra el gobierno por
crímenes de lesa humanidad. La comunidad internacional sigue atenta a las
acciones del gobierno nicaragüense, que ha sido señalado de instaurar una
autocracia y reprimir sistemáticamente a la oposición y la Iglesia.