El
blanqueamiento dental se ha convertido en uno de los tratamientos estéticos más
demandados, superando incluso a las carillas y otros procedimientos. Esto se
debe a la creciente conciencia sobre la importancia de la salud oral, que lleva
a las personas a buscar no solo dientes saludables, sino también estéticamente
atractivos. Según la doctora Ane Rada de Luis, de la Clínica Dental Eugenia de
Montijo, los pacientes desean sonrisas naturales, con tonos blancos que no
resulten exagerados ni artificiales.
Hace años,
la tendencia era optar por sonrisas muy blancas y simétricas, al estilo de las
estrellas de Hollywood, pero ahora se busca un aspecto más natural y armonioso
que se adapte a cada paciente. Aunque la demanda ha aumentado en todas las
edades, las personas entre 30 y 40 años son las que más solicitan estos
tratamientos, siendo las mujeres ligeramente más propensas a hacerlo.
El
procedimiento de blanqueamiento consiste en aplicar un gel que penetra en el
diente y rompe las moléculas que causan manchas y decoloración. Puede
realizarse en la clínica dental, donde se utilizan concentraciones más altas
del agente blanqueante, o en casa, con tratamientos menos potentes. La opción
profesional es más efectiva, pero requiere la supervisión de un dentista para
proteger las encías. Por otro lado, los tratamientos caseros son adecuados solo
para personas sin carillas, coronas o empastes visibles.
No hay un
perfil específico de paciente para el blanqueamiento dental, pero se recomienda
realizarlo antes de los 45 años para obtener mejores resultados, ya que los
dientes se oscurecen con la edad. Además, se desaconseja el blanqueamiento para
fumadores, ya que el tabaco tiende a volver amarillos los dientes, y el
procedimiento abre los poros del esmalte, haciendo que la nicotina se infiltre
más fácilmente.
Después del
blanqueamiento, es fundamental cuidar los hábitos durante unos diez días,
evitando alimentos con alta pigmentación, como el café o el vino tinto, para
asegurar un resultado duradero. Los efectos del tratamiento suelen mantenerse
durante aproximadamente un año, aunque esto depende de la calidad del diente y
de los hábitos personales de cada paciente.