Las estafas
han evolucionado y se han vuelto más sofisticadas, por lo que los consumidores
deben estar cada vez más alertas para evitar caer en fraudes. Según Eva
Velasquez, presidenta del Identity Theft Resource Center, los estafadores
utilizan diversas tácticas como el phishing y el spoofing para robar dinero e
información personal. Las estafas, basadas en tácticas de miedo, urgencia y
dinero, buscan hacer que las personas actúen rápidamente y entreguen datos
sensibles. Los expertos sugieren que la mejor forma de evitar caer en estas
trampas es pensar en las tres “D”: Desconfíe, deténgase un segundo y dispóngase
a protegerse.
Al estar al
tanto de las estafas más comunes, las personas pueden evitar ser víctimas de
fraude. Las estafas románticas, laborales y de inversión son algunas de las más
frecuentes, en las cuales los impostores engañan a las personas para que
entreguen dinero o información personal. Además, los estafadores suelen hacerse
pasar por familiares, autoridades o empresas para obtener la confianza de sus
víctimas. También se presentan en forma de llamadas automáticas o mensajes de
texto que parecen urgentes. En estos casos, la recomendación es colgar y
contactar a la empresa o institución directamente para verificar la veracidad
de la solicitud.
A medida que
las estafas se vuelven más elaboradas, es crucial que los consumidores utilicen
todas las herramientas tecnológicas a su disposición para protegerse. Esto
incluye usar administradores de contraseñas, activar la verificación de dos
factores y revisar regularmente los informes crediticios. Además, si alguien
sospecha de un fraude o es víctima de uno, debe buscar ayuda de organizaciones
como el Identity Theft Protection Center o la AARP, y denunciar el incidente en
sitios oficiales como la FTC para evitar que otros caigan en las mismas
trampas.