El japonés Shohei Ohtani, bateador designado de los Dodgers de Los Ángeles, durante el primer inning del juego contra los Rockies de Colorado, el 20 de septiembre de 2024, en Los Ángeles.
(Ashley Landis / Associated Press)
Por BETH HARRIS
LOS ÁNGELES —
Shohei Ohtani ya era una
súper estrella con sus logros de bateo y pitcheo durante seis años con los Angelinos
de Los Ángeles. Pero en cada octubre, Ohtani desaparecía del mapa, por culpa de
un equipo con un récord adverso, y nunca pudo estar en los playoffs.
Mudarse al norte, tomando
la Interstate 5, para jugar con los Dodgers de Los Ángeles lo cambió todo.
Tanto para él como para la franquicia.
“Estoy como todos los
fanáticos, ansioso de ver a Shohei jugar en la postemporada”, dijo su compañero
Mookie Betts.
No se podrá admirar el talento
multidimensional del japonés, pues sigue recuperándose de una segunda cirugía
reconstructiva del codo hace un año. El mánager Dave Roberts insinuó la
posibilidad de que Ohtani pudiera aportar este octubre en el montículo, pero
dio marcha atrás: “No creo que se pueda”.
De todas formas, el hombre
con el contrato de 700 millones de dólares puede incidir como nadie. Destapó
otro talento de dos facetas esta campaña al fundar el club 50-50 en las Grandes
Ligas — el primer pelotero con 50 jonrones y 50 bases robadas en una campaña.
Finalizó con 54 jonrones y 59 robos.
También se quedó corto de
convertirse en el primer ganador de la Triple Corona de la Liga Nacional desde
1937. Lideró la liga en jonrones e impulsadas (130) y quedó segundo con un
promedio de bateo de .310, por detrás de Luis Arráez (.314) de San Diego. Entre
sus alucinantes números: un porcentaje de slugging de .646, 134 carreras
anotadas, 411 bases total y un OPS sobre 1.000.
Ohtani fue esencial para
que los Dodgers lograsen la mejor marca en las mayores (98-64) por tercera vez
en cinco años y ganar el título de la División Oeste de la Liga Nacional por
11ma vez en 12 años.
“Lo parte más importante de
todo esto es que puede jugar consistentemente durante todo el año”, dijo.
Los Dodgers abren la
postemporada el sábado en la serie divisional de la Nacional. Aseguraron la
localía a lo largo de los playoffs.
La obsesión de octubre
Ohtani tenía entre ceja y
ceja disputar juegos de relevancia en octubre y tener la oportunidad de
conquistar la Serie Mundial. Tuvo que irse de Anaheim.
Firmó un contrato récord de
700 millones y 10 años con los Dodgers en diciembre. La estructura del mismo
permite al equipo tener flexibilidad salarial en los próximos, con Ohtani
difiriendo los pagos y ahorrarse millones en impuestos del estado si acaba residiendo
fuera de California cuando se haga efectivo el dinero diferido.
Su acuerdo incluyó un palco
de lujo para los partidos en caso, donde su esposa, Mamiko Tanaka, y su
perrito, Decoy, acuden.
700 millones
Ohtani no es el único que
está capitalizando.
Su presencia está generando
dinero a manos llenas para los Dodgers, que firmaron múltiples contratos con
patrocinadores japoneses. Las giras al Dodger Stadium atraen a numerosos
fanáticos japoneses que lucen su franela con el número 17 y conocen la historia
del tercer estadio más vetusto de las mayores con guías que hablan su propio
idioma.
Tomoko Suto y su hermana
viajaron recientemente de Japón para ver tres juegos en el Dodger Stadium. El
residente de Tokio, de 62 años, contó que prefirieron opciones baratas en
pasajes de avión y hotel para poder gastar en buenos asientos y la gira al
estadio.
“Me hace sentir orgulloso
como japonés”, dijo Suto, exhibiendo una camiseta de Ohtani. “Como niño, se
enfocó únicamente el béisbol y lo hizo muy bien. Me impresionó mucho y por eso
quise verlo jugar.
Las Grandes Ligas y la
asociación de peloteros también quieren aprovechar, poniendo a la venta
camiseta, monedas, botellas de agua, toallas, tarjetas y otros recuerdos por el
50-50 de Ohtani.
Cuando los Dodgers
organizaron la repartición de muñecos cabezones en dos juegos este año, el
tráfico fue un dolor de cabeza alrededor del estadio, con fanáticos haciendo
cola afuera del mismo desde temprano, desesperados por quedarse con uno.
También hizo disparar la
demanda de las entradas en el mercado de reventa, con un incremento importante
del costo antes de su firma con los Dodgers. Ya era un equipo que convocaba
mucho, pero el interés creció más.
“Es alguien que te cae bien
muy fácilmente, disfrutas verlo jugar”, dijo Roberts. “Ha sido sensacional
fuera de casa, con tanta gente que nada más viene para verlo jugar y, cuando
completa su último turno, la gente se marcha del estadio. A la gente le encanta
ser testigo de la grandeza. Y él acabará siendo uno de los grandes de todos los
tiempos”.