Elizabeth Silverio fue condenada a siete años de prisión. Leone Matos
El Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional dictó siete años de
prisión en contra de Elizabeth
Silverio, acusada por el Ministerio
Público de ejercer la medicina y otras profesiones afines para
el tratamiento a menores de edad.
Asimismo,
tendrá que pagar dos millones de
pesos de indemnización en favor de los familiares querellantes.
El Ministerio Público había solicitado 10 años de prisión y el pago de 50 salarios mínimos, al
pago de las costas penales en este proceso y que se ordene la destrucción de
todos los títulos falsos, del sello, y de la instrumentaría utilizada para
cometer los delitos".
Asimismo,
solicitaban que esta fuese condenada a los artículos 92, 93, 156 numeral 7 de
la Ley 42-01 “que es la Ley
General de Salud donde se configura este ejercicio ilegal de la
profesión de la medicina y profesiones afines”.
Al igual que el artículo
12 de la ley 163-03, “que instaura el código para el sistema de
protección de los derechos fundamentales de niños, niñas y adolescentes, por
haber ocasionado daños a menores edad”.
El caso de
Elizabeth Silverio se conocía desde junio de 2023 tras un reportaje
develado en el programa de la comunicadora
Nuria Piera, donde se denunciaba a la también pastora de ser una
“eminencia en neurociencias” con títulos falsos.
Silverio se presentaba públicamente como una neurocientífica y psicóloga, asegurando haber
obtenido un doctorado en Neurociencias con especialización en intervención
cognitivo-cerebral en áreas clínicas y pedagógicas, supuestamente de la
prestigiosa universidad de Cambridge, en Inglaterra. Además, mencionaba haber
realizado un máster en Administración de Gestión Académica y Creación de
Maquetas Corporativas Educativas en West Indies University.
Sin embargo, Piera dio a conocer que ninguno de los títulos que Silverio afirmaba poseer era real. Universidades como Harvard, Cambridge y otras reconocidas, mencionadas por la imputada, no tenían ningún registro de que ella hubiera estudiado allí. Por Melanie Cuevas, Listín Diario