El
presidente Luis Abinader defendió la reforma fiscal en curso, señalando que,
aunque nadie desea implementarla, es una responsabilidad que su gobierno ha
asumido con seriedad. En una declaración realizada tras la inauguración de la
segunda fase del Puerto Cabo Rojo y la llegada de un crucero con más de 3,000
turistas, Abinader afirmó que la reforma se está realizando en consenso y
diálogo con diversos sectores.
Reconoció
que si bien preferiría no llevar a cabo la reforma, sería irresponsable y poco
patriótico evitarla. La necesidad de esta medida está incluida en la Estrategia
Nacional de Desarrollo, y el gobierno ha comenzado las discusiones en el
Congreso.
El
presidente destacó que la reforma busca modernizar el sistema fiscal,
eliminando algunos incentivos y exenciones que ya no son necesarios. Aunque
muchos de los ingresos de esta reforma no se verán durante su mandato, Abinader
subrayó la importancia de garantizar el crecimiento económico y mantener las
ayudas sociales.
Entre las
medidas más destacadas, el proyecto propone eliminar el anticipo para personas
físicas y microempresas, y reducir la carga tributaria para pequeñas y medianas
empresas. Las grandes empresas seguirán pagando bajo el régimen actual. La
reforma también busca racionalizar incentivos y exenciones fiscales, los cuales
representan el 4.6 % del PIB.
Abinader
aseguró que la reforma se está llevando a cabo con el objetivo de mantener el
desarrollo económico del país y garantizar que los sectores más necesitados
continúen recibiendo apoyo.