La situación
en Haití sigue empeorando, a pesar de ciertos avances políticos y el inicio del
despliegue de una misión multinacional de apoyo a la policía, según informó la
ONU. María Isabel Salvador, jefa de la misión de la ONU en el país, expresó su
preocupación ante el Consejo de Seguridad, señalando que "lamentablemente,
la situación se ha agravado" desde julio.
El aumento
de la violencia, especialmente los ataques brutales de pandillas, ha llevado a
un número creciente de desplazados internos, que ya alcanzan los 700,000.
Salvador también destacó el alarmante incremento en la violencia sexual contra
mujeres y niñas, y la expansión del control de las pandillas más allá de Puerto
Príncipe.
A pesar de
las operaciones antipandillas lanzadas por la policía con el apoyo de la Misión
Multinacional de Asistencia a la Seguridad (MMAS), las fuerzas locales carecen
de personal y recursos suficientes para controlar las áreas afectadas.
Actualmente, la misión cuenta con 430 efectivos, principalmente kenianos, y se
espera la llegada de otros 600. Sin embargo, la falta de recursos amenaza con
dificultar su eficacia.
La situación
humanitaria también es grave, y la ONU muestra especial preocupación por los
niños, que representan una parte significativa de los desplazados y, en muchos
casos, son reclutados por los grupos armados para realizar diversas tareas,
incluyendo actos de violencia.