Israel
intensificó sus bombardeos en el sur de Beirut este lunes, afirmando haber
atacado alrededor de 300 objetivos de Hezbolá en Líbano en las últimas 24
horas. Esta ofensiva se produce mientras Estados Unidos, a través de su
secretario de Estado, Antony Blinken, busca reavivar las negociaciones para un
alto el fuego, visitando Israel el martes y Jordania el miércoles, con el fin
de evitar una mayor escalada en la región.
El ejército
israelí informó que Hezbolá lanzó unos 170 proyectiles desde Líbano hacia
Israel, mientras que la milicia libanesa proiraní afirmó haber atacado una base
de inteligencia israelí cerca de Tel Aviv. En respuesta, Israel instó a la
evacuación de varios barrios de Beirut, donde sus bombardeos dejaron al menos
tres muertos y provocaron serios daños.
Los
bombardeos también afectaron al mayor hospital público del país, y el
Ministerio de Salud libanés confirmó la muerte de cuatro personas, incluido un
niño, en las cercanías. En paralelo, el número total de muertos en Líbano desde
el 23 de septiembre asciende a 1,489, y la ONU estima que alrededor de 700,000
personas han sido desplazadas.
Ante esta situación, el enviado estadounidense, Amos Hochstein, reiteró el compromiso de Estados Unidos para poner fin al conflicto "lo antes posible". Mientras tanto, el ejército israelí continúa con sus ataques a la organización financiera vinculada a Hezbolá, Al Qard Al Hasan, acusada de financiar el armamento del grupo.
Los
enfrentamientos actuales, que han escalado desde el ataque de Hamás contra
Israel en octubre de 2023, han provocado miles de muertes, especialmente en
Gaza, donde las cifras oficiales indican más de 42,000 fallecidos. Las
tensiones en la región siguen aumentando, mientras se espera que las
conversaciones internacionales puedan frenar la violencia.