Noel, a la izquierda, y Liam Gallagher, de Oasis, actúan durante el
inicio de su gira canadiense en Vancouver, Columbia Británica, el 27 de agosto
de 2008DARRYL DYCK
AGENCIA EFEMadrid, España
La reconciliación de los hermanos Gallagher, la espina dorsal de la
banda británica Oasis, ha agitado el mundo de la música tras años de nula
relación personal, desplantes públicos, insinuaciones e incluso amenazas. Sin
embargo, esta no es la única relación tormentosa de hermanos en la historia de
la música.
The Kinks, la banda de los hermanos Davies, es un clásico de
este tipo de enfrentamientos. Su dilatada carrera viene marcada por la
relación agitada del genio creativo Ray, autor de canciones como 'Waterloo
Sunset' o 'Sunny Afternoon', y su hermano y antagonista Dave, el líder
desbocado y guitarrista, responsable del sonido rasgado de su primer sencillo
'You really got me'.
Ray y Dave, no obstante, mantuvieron con vida a The Kinks durante
décadas, a pesar de momentos especialmente tensos, como fue la grabación de la
película de Ray Davies 'Return to Waterloo' en 1983.
La banda
británica se disolvió en 1996 finalmente, los hermanos rompieron y no se
dirigieron la palabra durante años. Son continuos los rumores de reencuentro,
aunque Dave, en una entrevista con The Daily Telegraph en 2011, manifestó el
amor por su hermano, aunque no soportaba estar con él, así que sería "una
reunión muy corta".
Carl,
Brian y Dennis Wilson: The Beach Boys
Otra mítica banda de los sesenta, The Beach Boys, estaba
formada por un núcleo familiar, no solo por los tres hermanos Wilson, sino
también por su primo, Mike Love, que no fue ajeno a las tensiones.
La salud
mental de Brian Wilson, productor y compositor, en parte como consecuencia de
la obsesión por superar a The Beatles, fue una fuente constante de problemas
dentro de la banda durante toda su historia, con Carl asumiendo el papel de
Brian durante periodos extensos.
Brian comenzó a sufrir episodios de obesidad,
depresión y adicción a las drogas y encontró apoyo en el psicólogo
Eugene Landy, quien empezó a controlar su vida como mentor y confidente,
mientras se apropiaba de la fortuna del músico californiano. A finales de los
setenta, Wilson dejó el papel esporádico que tenía en la banda para volver
definitivamente a los escenarios.
La muerte de Dennis en 1983 logró calmar una relación que se
degradaba conforme avanzaba la década, con denuncias a Landy (que a la postre
fue condenado y con la retirada de su licencia como psicólogo incluida) y una
demanda millonaria de Love a Brian Wilson por derechos de autor.
La muerte de Carl Wilson de cáncer de pulmón en 1998 no acabó
del todo con la banda, que durante el siglo XXI contó con reuniones
testimoniales, reediciones de sus álbumes clásicos y giras que terminaron por
erosionar la salud de Brian. Este fue declarado incapaz legalmente en febrero
de 2024 por demencia.
Karen y Richard Carpenter: Carpenters
Uno de los dúos de hermanos más emblemáticos de la música es
Carpenters. Karen, cantante y batería, murió víctima de la anorexia nerviosa
fruto de la presión de sus padres y de su hermano y compañero de grupo,
Richard.
Tras el
éxito como dúo, Richard se negó a apoyar el trabajo en solitario de su hermana,
por miedo a que eclipsara su carrera como grupo y pusiera fin a su trabajo
juntos, lo que supuso un golpe duro para la cantante, que no llegó a publicar
su álbum en solitario.
Pese a no ser una relación tan complicada como los casos
anteriores, la presión familiar y social agravó la anorexia que acabó con la
vida de Karen en 1982, a los 32 años, y supuso el abrupto final de la banda
estadounidense.
José María y Nacho Cano: Mecano
En la música española, el ejemplo más claro es el del trío
Mecano, cimentado en la relación profundamente competitiva entre Nacho y José
María Cano, con peleas constantes entre las que tuvo que
trabajar la cantante Ana Torroja.
En pleno apogeo del grupo, en los años ochenta, raramente
coincidían en el estudio y se cronometraba el tiempo de música de cada
compositor hasta que fuera exactamente el mismo. Era tal la confrontación, que
incluso se negaban a compartir automóvil.
Su relación musical terminó en 1998 cuando José María
abandonó el grupo repentinamente en una entrega de premios, y Nacho y Ana
Torroja iniciaron sendas carreras en solitario.