Policías
kenianos mantienen formación en su base durante una visita del presidente
keniano William Ruto, en Puerto Príncipe, Haití, el sábado 21 de septiembre de
2024ODELYN JOSEPH/AP
evens sanon apPuerto Príncipe, Haití
En un momento en que lo mandatarios mundiales reunidos en Naciones
Unidas esta semana discuten el futuro de los esfuerzos para frenar a las
pandillas que controlan Haití, los haitianos expresan su desesperanza de que
una respuesta internacional pueda sofocar la violencia.
Hasta ahora, una fuerza respaldada por la ONU de 400 policías de Kenia y
alrededor de dos docenas de agentes jamaicanos ha hecho poco para detener a las
pandillas en Haití, que han aterrorizado al país desde el asesinato del
presidente Jovenel Moïse en 2021.
Los mandatarios mundiales han estado discutiendo los próximos pasos en
complicados esfuerzos para restaurar el orden en la nación caribeña.
Estados
Unidos ha planteado la idea de una fuerza de paz de la ONU, pero la idea se
consideró demasiado polémica dados los casos de cólera y abuso sexual que se
registraron la última vez que las tropas de Naciones Unidas operaron en Haití.
El despliegue de fuerzas kenianas fue, en parte, para evitar
tensiones que podrían desencadenarse con el envío de otra misión de paz de la
ONU.
Pero en una visita a Haití del presidente de Kenia, William
Ruto, durante el fin de semana —en camino a la sesión de la Asamblea General de
Naciones Unidas, que comenzó el domingo— Ruto se dijo dispuesto a expandir las
operaciones de Kenia hasta convertirlas en una misión de paz de la ONU más
grande.
“No tenemos
absolutamente ningún problema con la sugerencia de convertir esto en una misión
de paz de la ONU, si esa es la dirección que el Consejo de Seguridad de la ONU
quiere tomar”, subrayó Ruto.
Si bien Ruto elogió los logros de las fuerzas kenianas el
domingo, un informe reciente de un experto en derechos humanos de Naciones
Unidas señaló que la violencia de las pandillas se está extendiendo por todo
Haití y que la policía haitiana todavía carece de la “capacidad logística y
técnica” para combatir a las pandillas.
La violencia actual ha dejado a haitianos como Mario Canteve,
de 39 años, desilusionados por nuevos esfuerzos internacionales para sofocar a
las pandillas, afirmando que ya no cree en las promesas de los mandatarios
mundiales de que podrán cambiar la situación en la nación azotada por la
crisis.
“Nadie
vendrá a salvar a Haití. Nada está cambiando”, sostuvo. “Una nueva misión no
puede salvar a Haití”.
Canteve vende chips para teléfonos móviles y repara aparatos
electrónicos en la capital, Puerto Príncipe, cuyo 80% se estima está controlado
por pandillas.
Ante la brutal violencia de las pandillas, algunos haitianos
han organizado grupos de vigilantes para defenderse.
Estos grupos
hablan de la falta de esperanza que tienen muchos haitianos de que una solución
internacional pueda causar un cambio en Haití.
Moise Jean-Pierre, un profesor de 50 años, recordó misiones
pasadas de la ONU en Haití y consideró que tales esfuerzos eran una “pérdida de
tiempo”.
“No sería la primera vez que tengamos misiones de la ONU en
Haití”, dijo. “¿Qué diferencia habrá?”
Tales opiniones en el lugar hablan de la situación en que se
encuentran los mandatarios mundiales que han pasado años buscando una solución
más amplia a los problemas de Haití.
El gobierno de Kenia prometió 600 agentes adicionales y se
espera que la misión actual de seguridad alcance un total de 2,500 efectivos, y
las Bahamas, Bangladesh, Barbados, Benin y Chad también se comprometieron a
enviar policías y soldados. Aunque aún no queda claro cuándo sucederá eso.