Fuente eterna
La noche del 24 de septiembre de 1963 Juan Bosch se encontraba disfrutando de la presentación del Ballet Folklórico de México en el campamento 27 de Febrero cuando de repente fue solicitado para dirigirse al Palacio Nacional porque los jefes de las Fuerzas Armadas deseaban conversar con él.
Ya había llegado la madrugada del 25 de septiembre cuando ocurrió el
hecho. La luz del sol ya estaba asomándose y los medios anunciaban el golpe de
Estado. “Deponen a Juan Bosch de Presidencia… Triunvirato asumirá el poder…”.
El profesor Juan Bosch fue apresado por los militares.
Pidieron el
exilio de Bosch. El golpe ya se veía venir, pues en una ocasión, mientras Bosch
se encontraba en su residencia del kilómetro 7, el director nacional de
Seguridad lo visitó para informarle que en algunos cuarteles se rumoreaba
movimientos conspirativos. Ante esto Bosch realizó varias llamadas telefónicas
a quien en ese entonces era ministro de las Fuerzas Armadas, Victor Elby Viñas
Roman; al jefe de la Fuerza Aérea, Atila Luna, y a otros jefes militares, pero
de ninguno obtuvo respuesta, según él, ya estaban bajo el control de la misión
militar norteamericana. También intentó comunicarse con el coronel Rafael Tomás
Fernández Domínguez, pero fue inútil, fue en horas de la noche cuando este
llegó a la residencia del entonces presidente dominicano. Bosch le explicó que
en cualquier momento se podría producir el Golpe “en caso de que se produzca,
coronel, tome usted el Palacio Nacional y si es necesario tomarlo por asalto,
hágalo”.
A Fernández
Domínguez lo que le dijo el presidente no le pareció, le dijo que en caso de
que el Palacio sea tomando por asalto “su vida correría peligro”, pero Bosch
agregó que eso no le importaba “y si me matan esa será una lección que tendrán
los militares dominicanos”.
Bosch
también tenía un presentimiento con el coronel Elías Wessin y Wessin. Quería
que sea retirado de las Fuerzas Armadas por supuestas actividades
conspirativas, pero según los militares a los que Bosch dio la orden, el
problema no era Wessin, sino “el avance del comunismo, que estaba destruyendo
al país”.
El jefe de Estado no se había dado cuenta de que justo en ese
momento, el coronel Fritz Long, agregado militar de la embajada norteamericana,
se encontraba en las oficinas dando órdenes. La fecha del golpe nunca estuvo
programada, podría haber sido cualquier día.
Fue a
mediados de septiembre que empezaron a surgir situaciones, como cuando los
grupos empresariales convocaron protestas durante varios días, cosa que le
había llamado la atención a los militares y fue una señal para producir el
golpe.
El profesor Bosch, justo antes del Golpe, había salido del
país, ya que el 13 de septiembre viajó a México. Esa misma noche el presidente
del Antiguo Consejo de Estado, Rafael Bonnelly, había pronunciado un discurso
anti boschista, pero no sucedió nada. Bosch volvió al país el 17, el ambiente
no estaba del todo bien, las huelgas ya se estaban organizando.
La noche del hecho, cuando Bosch se reunió en el Palacio con
los militares y solicitó la separación de Wessin y Wessin de las Fuerzas
Armadas, no agradó. Los altos jefes militares se reunieron por separado y
consultaron a Miguel Atila Luna Pérez, jefe de aviación. Más tarde al Palacio
llegaron los coroneles Guaruen Cabrera y Alvarez Albizu para decirle a Bosch
que no aceptaban cambios. Eran las 4:00 de la madrugada ya, según los diarios
de la época, estuvieron con Bosch, lo presionaron y así se hizo el Golpe.
Bosch
escribió una carta que se publicó el 26 de septiembre, antes de su exilio: “Al
pueblo dominicano: Ni vivos ni muertos, ni en el poder ni en la calle, se
logrará de nosotros cambiar nuestra conducta.
Nos hemos opuesto y nos opondremos siempre a los privilegios,
al robo, a la persecución y a la tortura. Creemos en la libertad, en la
dignidad y en el derecho del pueblo dominicano a vivir y a desarrollar su
democracia con libertades humanas pero también con justicia social.
En siete meses de gobierno no hemos derramado una gota de
sangre ni hemos aceptado que un centavo del pueblo fuera a parar a manos de los
ladrones. Hemos permitido toda clase de libertades y hemos tolerado toda clase
de insultos porque la democracia debe ser tolerante.
Pero no
hemos tolerado persecuciones ni crímenes ni torturas ni huelgas ilegales ni
robos, porque la democracia respeta al ser humano y exige que se respete el
orden público y demanda honestidad. Los hombres pueden caer, pero los
principios no. Nosotros podemos caer, pero el pueblo no debe permitir que caiga
la democracia. La democracia es también del pueblo y a él le toca defenderla.
Mientras tanto aquí estamos, dispuestos a seguir la voluntad del pueblo”.
El 28 de septiembre fue llevado a Puerto Rico y el 28 de
abril de 1965 pedían el regreso al poder de Bosch. Previo a este atentado,
cuando Bosch llegó al poder el 27 de febrero de 1963, en el país había mucho
entusiasmo, las expectativas eran muy altas, pues entre las medidas de Bosch
estaba promulgar una nueva Constitución. La construcción de varias obras
hidroeléctricas. Confiscar los bienes de la familia Trujillo.
El escritor y fundador del Partido Revolucionario Dominicano
(PRD) ganó el poder el 20 de diciembre de 1962 con 619,491 votos, frente a los
del doctor Viriato Fiallo que obtuvo 317,327.
El PRD obtuvo el 58.7% y la Unión Cívica Nacional (UCN) el 30.1%. Con el paso del tiempo, el exjefe de Estado Juan Bosch acusó a militares de la embajadora norteamericana de ser los organizadores del golpe. No culpó a la iglesia y en una ocasión dijo que durante sus siete meses de gobierno nunca recibió apoyo de la posición de la Iglesia Católica. También noto que su gobierno no fue derrocado por asuntos de corrupción, sino por las condiciones que existían en Haití, desconocía de la situación que se estaba presentado con ese país. La llegada al poder de Juan Bosch fue el primer gobierno democrático que llego luego de la dictadura de los 61 años de Rafael Leonidas Trujillo. Por Nicole Collado, Listín Diario