Esta fruta
es de la familia de las sapotáceas, la misma del zapote, el níspero y el
caimito.ISTOCK
¿Han probado la fruta del
canistel? También le llaman zapote amarillo y zapotillo.
No lo encontrarán en los catálogos didácticos ni en
los artículos científicos que registran las especies frutales comunes de
República Dominicana.
Pero ya se le comienza a
ver, cultivado en patios y fincas.
La Pouteria
campechiana, su nombre científico, es originario de México.
Distribuido por toda
Mesoamérica e introducido en el Caribe, es de la familia de las sapotáceas, la
misma del zapote, el níspero y el caimito.
Así de madura debe de estar la fruta para comerse fresca, recomienda doña Rita.
La Pouteria
campechiana fue descrita en 1942 por Charles Baehni. Su nombre hace
alusión a la ciudad mexicana de Campeche, donde es nativa. Era consumida por
los mayas.
En la finca de la
agricultora Rita Montás Domínguez, en Najayo Arriba (San Cristóbal), crecen
altos y fuertes varios ejemplares. Con hojas durante todo el año, no amerita de muchos cuidados, dice doña
Rita a Listín Diario.
Pese a que no es una especie en peligro de extinción,
como todavía se ven pocos árboles por estos lados se le considera una fruta exótica.
Y así mismo es su sabor,
exótico. Tan exótico que cuesta compararlo con otras frutas conocidas. De
manera muy subjetiva, es una mezcla entre zapote, mango, níspero y melocotón.
Por su color y sabor al huevo hervido, también le han llamado “fruta de huevo”.
Experta en el cultivo de
frutales, doña Rita recomienda comerlo fresco si está bien maduro, así se vea
feo. Lo pueden preparar como jugo y batida o hacer con él helados, puré, mermeladas y conservas,
explica doña Rita.
De acuerdo con el Instituto Canario de Investigaciones
Agrarias (ICIA), el canistel es rico en potasio y en vitaminas A, B3 y C. Y según el mismo ICIA, la pulpa se puede conservar
congelada hasta 6 meses, “manteniendo bien las características organolépticas”.
Con más de
50 años dedicados al campo, Rita Montás cultiva en su estancia El Higüero
cientos de especies de frutas, muchas de ellas exóticas y en peligro de
extinción: jambolán, anón, caimito de perros, pindó, wanpi, toronchina, nuez
africana... En su vivero ofrece semillas y plántulas de muchos frutales, como
dátiles. No usa pesticidas en las plantas ni en la crianza de animales.