Sublime se presenta en el US Open of Surfing el 3 de agosto del 2024, en Huntington Beach, California. (Kenny Morris/World Surf League)
Todos lo saben: pase lo que
pase con su alineación, Sublime no volverá nunca a ser lo que algún día fue
(aunque esto suene a canción de José José).
Tras la muerte de su
vocalista, guitarrista y compositor principal Bradley Nowell, ocurrida en mayo
de 1996, la disolución era la única salida razonable para el grupo originario
de Long Beach, California, incluso cuando este alcanzó realmente la fama luego
de la tragedia, gracias al lanzamiento de su tercer álbum epónimo.
Es por eso que la versión
de la banda que apareció súbitamente en el 2009 se llamó Sublime with Rome, en
alusión a Rome Ramirez, el cantante y guitarrista mexicoamericano que era un
fanatico irremediable del combo de Playa Larga cuando fue invitado al proyecto.
En realidad, que fue
implementada por el bajista Eric Wilson y el baterista Bud Gaugh, empezó a
tocar bajo el nombre original, hasta que un juez determinó que no podían usarlo
sin la autorización de la familia de Nowell, lo que los llevó a agregar la
precisión. Esa formación tuvo bastante éxito y lanzó incluso tres álbumes, pese
a que, según muchos de los antiguos fans -y la mayoría de los críticos-,
Ramirez no lograba dar la talla para la complicadísima responsabilidad.
Sin embargo, desde inicios de este
año, Sublime -o lo que queda de Sublime- se ha estado presentando simplemente
como Sublime, lo que constituye una decisión osada que responde sin duda a la
confianza que tuvieron Wilson y Gaugh en la respuesta positiva de su público
ante la incorporación de Jakob Nowell, el hijo de 29 años de Bradley, quien
tenía ya una experiencia razonable en conjuntos musicales vinculados al ska, el
reggae y hasta el metal.
Hasta el momento, los resultados no podrían haber sido
más afortunados, porque en su brevísimo periodo de existencia, Sublime 2024 (la
denominación es nuestra) ha sido recibido con entusiasmo en los festivales
donde se ha presentado, incluyendo el de Coachella y el No Values, donde
compartió cartel con una multitud de veteranos de la escena original del punk
rock.
El Sublime original vio truncada su existencia en el
mejor momento de su carrera, lo que quiere decir que dejó a una cantidad enorme
de admiradores deseosos de experimentar en vivo las canciones que nunca
pudieron escuchar con la voz de Bradley. Y no cabe duda de que Jakob logra una
reproducción de las canciones muchísimo más fiel que la que lograba Rome, más
allá del inevitable parecido físico que tiene con el desaparecido.
Pero hay algo más, claro. Además de haber tentado
suerte como músico en la misma escena en la que militaba Bradley (sin mayor
suerte, al parecer), Jakob, quien perdió a su padre cuando tenía solo 11 años,
tuvo una infancia y una adolescencia complicadas y cayó igualmente en el mundo
de las adicciones, de las que logró aparentemente liberarse hace siete años.
Este simple hecho le otorga una legitimidad adicional para la interpretación de
unos temas que contienen muchos comentarios sobre esta clase de experiencias.
Otro momento del concierto. (Tommy Pierucki/World Surf League)
Claro que, más allá de sus alusiones a los desórdenes
callejeros y al empleo de drogas duras, Bradley era un autor extremadamente
talentoso que pregonaba también el amor y celebraba la paz; y esos son los
sentimientos que primaron durante la reciente presentación de Sublime 2024 en
el US Open of Surfing, que coincidió con la jornada de inauguración del evento
deportivo de fama mundial.
Sobre la tarima instalada al lado del mar, Jakob,
Wilson y Gaugh hicieron lo que les correspondía hacer secundados por el
guitarrista Trey Pangborn y el DJ Doug Boyce, lo que les permitió ofrecer un
set de descomunal sonido que sedujo de inmediato a los presentes en medio de su
brevedad (ya que no superó la hora). En cierto momento, la audiencia, que se
comportó de manera inusualmente tranquila, se enfrascó en un slam entusiasta
que no duró demasiado.