La
nominada presidencial demócrata, Kamala Harris, y su compañero de fórmula, Tim
Walz, se presentan en el Fiserv Forum en un mitin de campaña en Milwaukee, el
martes 20 de agosto de 2024.AP NEWS
La inmigración será el tema
central del tercer día de la convención demócrata en Chicago, donde figuras
clave del partido esbozarán este miércoles la visión que la campaña de la
vicepresidenta y candidata Kamala Harris tiene para la política migratoria y la
situación en la frontera con México.
Entre los oradores de la
noche estarán los senadores que ayudaron a negociar un polémico pacto
migratorio en el Congreso con sus contrapartes republicanos, que buscaba
imponer a nivel legislativo duras restricciones al sistema de asilo y no
ofrecía ninguna vía para legalizar a los más de 11 millones de migrantes
indocumentados que viven en Estados Unidos.
El pacto no salió adelante
pero se espera que los legisladores le reiteren su apoyo, cimentando el
endurecimiento de tono dentro del Partido Demócrata con respecto a la gestión
de la migración.
Atrás quedó la campaña del actual presidente, Joe
Biden, quien hace cuatro años se catapultó al poder presentándose como una
figura opuesta al expresidente Donald Trump (2017-2021): prometía restaurar el
asilo en la frontera sur y ofrecer un camino a la ciudadanía a las personas que
viven en situación migratoria irregular.
En el último año, Biden
ha impuesto órdenes ejecutivas que limitan el acceso a esta protección en la
frontera y han sido duramente criticadas por organizaciones de derechos
humanos.
La plataforma del
partido, que fue aprobada el lunes, hizo también explícito este giro hacia un
endurecimiento de las políticas fronterizas, pidiendo una reforma al sistema de
asilo que limite la cantidad de personas que pueden pedir protección en EE.UU..
BENEFICIARIOS DEL DACA
Además de los legisladores,
al escenario de la convención también subirán beneficiarios del programa DACA,
aprobado en 2012 bajo el mandato del expresidente Barack Obama (2009-2017) y
que ofreció legalización a más de medio millón de migrantes que llegaron a
EE.UU. de manera irregular cuando eran menores de edad.
La presión de una contienda
electoral el 5 de noviembre contra Trump, quien ha redoblado sus ideas
xenofóbas en esta campaña, ha empujado al Gobierno demócrata a tomar medidas
cada vez más restrictivas para limitar la llegada de personas a la frontera
sur.
Estas normas, junto a una
estrecha colaboración con México para frenar las rutas y detener a los migrantes,
han provocado que el número de cruces irregulares caiga a su punto más bajo en
cuatro años.
La cifra mensual de detenciones en la frontera es
reportada mensualmente por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y se
usa en EE.UU. para tomar decisiones y medir la "efectividad" de las
políticas migratorias.
Según las encuestas, la
gestión de la migración es uno de los temas que más preocupan a los votantes de
cara a las presidenciales y la retórica antimigrante permeó casi la totalidad
de la Convención Nacional Republicana el pasado julio.
A pesar de las
restricciones, cientos de miles de personas continúan emprendiendo su camino
por el continente americano hacia EE.UU. la primera economía del mundo, en
busca de mejores oportunidades y huyendo de profundas crisis sociales y
políticas en países como Venezuela, Nicaragua o Haití.
Todo el continente americano está registrando cifras
elevadas de movimiento de personas, con más de 21 millones de desplazados,
según datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (Acnur).