Un hombre
bebe de una botella de agua en Madrid, España, el sábado 24 de junio de 2023.
Las temperaturas en Madrid subieron a alrededor de 35 grados centígrados el
sábado y se espera un clima más caluroso en los próximos días. Foto / AP
europa pressMadrid
España ha registrado 608 muertes atribuibles a las altas temperaturas en
la semana en que comenzó agosto (del 29 de julio al 5 de agosto), casi el doble
que la semana anterior (22-29 de julio), cuando se registraron 335,
convirtiéndose así en la peor semana del año, según estimaciones del Instituto
de Salud Carlos III (ISCIII).
Desde el comienzo del verano se han registrado un total de 1,308 muertes
atribuibles al exceso de calor, habiendo contabilizado un total de 765 en julio
y 543 solo en los siete primeros días de agosto.
El mes de julio comenzó con un total de 37 muertes por esta causa en su
primera semana, que fueron aumentando conforme fueron avanzando los días.
Subieron a 49 en la segunda semana; a 102 en la tercera y, finalmente, a 337 en
la última. En la primera de agosto se sumaron 608 defunciones y entre el 5 y el
7 de agosto se han registrado 178.
Por sexos,
de las 1.308 defunciones por calor de este verano, hasta 770 se produjeron en
mujeres. El resto, 538, se registraron en hombres. Por edad, las mayores cifras
se notifican en personas que superan los 65 años, con un total de 1.294
defunciones. En las personas de entre 65 y 74, se registraron 105 muertes por
esta causa y, entre los de 75 y 84, un total de 292. Por otro lado, fallecieron
un total de 72 españoles con edades comprendidas entre los 45 y 64 años por el
exceso de temperaturas.
Por CCAA, la región con más muertes ha sido Madrid, con 277,
superando a Cataluña (214), Castilla y León (142) y Castilla-La Mancha (132).
Le siguen Andalucía (103), Aragón (102), Galicia (92), Comunidad Valenciana
(88), Extremadura (37), Asturias (23), País Vasco (22), La Rioja (21), Navarra
(21), Murcia (8), Canarias (7), Baleares (14) y Cantabria (3). Ceuta ha
registrado una muerte por exceso de calor y Melilla ninguna.
Durante el verano de 2023, el sistema de monitorización de la
mortalidad diaria por todas las causas (MoMo) identificó 3.009 defunciones
atribuibles al exceso de temperatura a nivel nacional, siendo el tercer verano
con mayor cifra de excesos de la serie 2015- 2023.
En ese mismo
año, las autoridades sanitarias autonómicas notificaron al Ministerio de
Sanidad 24 fallecimientos por golpe de calor, con una media de edad de 53 años
y una distribución por sexo del 87,5 por ciento en hombres y 12,5 por ciento en
mujeres.
RECOMENDACIONES DEL MINISTERIO DE
SANIDAD
Por todo ello, a mediados de julio, el Ministerio de Sanidad
recordó que la exposición a temperaturas ambientales elevadas puede provocar
una respuesta insuficiente del sistema termorregulador humano. Además, el calor
excesivo puede alterar las funciones vitales si el cuerpo humano no es capaz de
compensar las variaciones de la temperatura corporal.
También
insistió en que una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y
electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos
órganos. Así, en algunas personas con determinadas enfermedades crónicas,
sometidas a ciertos tratamientos médicos y/o con discapacidades que limitan su
autonomía, estos mecanismos de termorregulación pueden verse descompensados más
fácilmente.
Desde un enfoque biológico, la exposición a temperaturas
excesivas puede provocar problemas de salud como calambres, deshidratación,
insolación o golpe de calor (el cual cursa con problemas multiorgánicos que
pueden incluir síntomas tales como inestabilidad en la marcha, convulsiones,
coma e incluso la muerte).
Así, Sanidad facilitó un decálogo de recomendaciones
generales para tener en cuenta durante todo el verano, con el objetivo de
minimizar los daños que las personas pueden sufrir a consecuencia del calor.
En primer
lugar, Sanidad aconseja beber agua o líquidos con frecuencia, aunque no se
sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice. Además,
se deben evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que
pueden favorecer la deshidratación.
Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado
con el calor, se debe prestar especial atención a bebés, menores, mujeres
embarazadas o lactantes, así como personas mayores o con enfermedades que
puedan agravarse con el calor (como las enfermedades cardíacas, renales,
diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la
movilidad, demencia y otras enfermedades mentales, así como el abuso de drogas
o alcohol).
Entre otras recomendaciones, Sanidad aconseja permanecer el
mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y
refrescarse cada vez que se necesite. Además, se debe procurar reducir la
actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas
centrales del día, así como usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
Tampoco se debe dejar nunca a una persona en un vehículo
estacionado y cerrado (especialmente a personas menores de edad, mayores o con
enfermedades crónicas). Asimismo, se debe consultar a un profesional sanitario
ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados
con las altas temperaturas.
Sanidad también aconseja mantener las medicinas en un lugar
fresco, ya que el calor puede alterar composición y sus efectos. Además,
recomienda hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el
sudor --ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.