El Juzgado de la Instrucción del Distrito Judicial de La Altagracia
dictó este jueves un año de prisión preventiva en contra de Víctor Manuel Kery,
quien se desempeñaba como pastor de la Iglesia Antorcha de la Verdad, ubicada
en Villa Cerro en el municipio de Higüey.
De acuerdo a
los testimonios que contiene la solicitud de coerción contra el religioso, su
accionar para violar a los jóvenes era el mismo: valerse de su condición de
pastor y guía para ganar la confianza de estos, darles regalos, tratarlos de
forma especial e invitarlos a vigilias para luego obligarlos a masturbarlo y
violarlos. Además los amenazaba con matarlos y matar a sus familias si contaban
lo sucedido.
En el
documento se detalla una primera violación ocurrida en 2018 a un joven de 15
años. De acuerdo al menor de edad, en esa fecha fue invitado por el pastor a
una vigilia. Normalmente solo invitaba a una persona, y mientras conversaba de
cosas triviales el líder religioso le preguntó si se masturbaba y el joven le
respondió que no iba hablar de ese tema.
Cuenta que
ambos se fueron a dormir y mientras dormía sintió que el pastor lo masturbaba y
quería que lo penetre a lo que este se negó. Dice que eso solo pasó una vez
aunque Víctor Manuel Kery le escribía por chat y lo seguía invitando a la
iglesia.
Este caso se denunció y el hombre recibió una condena de
cinco años de prisión suspendida.
Casos recientes
El
expediente de solicitud de medida de coerción contiene, además, los testimonios
y denuncias de dos jóvenes, quienes a pesar de en este momento ser mayores de
edad, narran que los hechos ocurrieron cuando no habían alcanzado los 18 años.
Además de que señalan que el supuesto pastor abusó sexualmente de otros
jóvenes.
Uno de los jóvenes explica que Víctor Manuel Kery se mostraba
“servicial, amable y ayudador con todos”, y acostumbraba “hacerles favores a
los miembros para después echarles en cara que él hizo algo por esa persona que
tienen que agradecerles por eso”.
Explica que al no tener un padre, el pastor le hizo sentir
que podía confiar en él y verlo de esta manera, a tal punto que le “besaba la
mano, le decía bendición papi”.
“Mi pastor
aprovechaba mi vulnerabilidad de que no tengo un padre y me hacía entender que
él era como un padre para mí para mantenerme cerca y le tuviera confianza”,
dice en su testimonio.
Cuenta que el abuso empezó cuando lo invitó a una vigilia,
donde supuestamente acudirían otros jóvenes, pero al llegar solo eran él y el
pastor.
Explica que en el momento en que estaba dormido, Víctor
Manuel Kery lo despertó manoseándolo en sus genitales y diciéndolo cosas como
“te amo, mi niño, eres especial para mí, eres una de las mejores cosas que me
han pasado”, por lo que el joven estaba confundido.
Dice que el
supuesto líder religioso mientras le hablaba lo masturbaba.
Narra que semanalmente Víctor Manuel Kery organizaba una
vigilia con él en la iglesia, especialmente los sábados y en cada una de ellas
“subía el nivel”, llegando a besarlo en la boca, a acariciar parte de su
cuerpo, “hasta el punto que me hizo que tuviera sexo con él”.
La violación a este joven se mantuvo por alrededor de un año
y medio hasta que el muchacho pudo frenar la situación, “pero yo le tenía miedo
porque me amenaza y me manipulaba”.
Las amenazas que le hacía Víctor Manuel Kery consistía en
hacerlo terminar con su novia, no dejarlo servir en la iglesia, “aparte de eso
me daba regalos para mantenerme callado y manipulado”.
El joven explica que tomó la decisión de irse de esa iglesia
porque “ya no podía más”, aunque el hombre intentó retenerlo y hacerlo sentir
“culpable de que todo lo que él me hacía y ponía hacerle, era porque me amaba”.
Dice que cuando logró irse de la iglesia Víctor Manuel Kery
le dijo muchas mentiras e intrigas a su novia para hacerlo quedar mal con él.
“Tome la decisión ahora de denunciar porque superé el miedo
que yo tenía”, concluye el testimonio.
Otro testimonio
El segundo de los testimonios, de un joven que en el momento
de la violación tenía 17 años de edad, que contiene la solicitud de medida de
coerción en contra de Víctor Manuel Kery, señala que a pesar de que los tratos
con el pastor eran normales todo cambió cuando convocaba a jóvenes varones a
silicios.
“Él nos llamaba y nos trataba como hijos”, dice el testimonio
al especificar que a los que invitaba a las vigilias era a un grupo cercano a
él. A esos los saludaba y se despedía con abrazos.
“Él me invitaba a salir con él, sólo, me compraba ropas y me
llevaba a recortar, yo lo veía normal porque él lo hacía con otros jóvenes
varones”, explica al desconocer si hacía eso con las jóvenes.
Cuenta que en los silicios, si los jóvenes dormían los
despertaba “para él incitarnos a que nos tocáramos y masturbáramos. Nosotros
accedimos hacer lo que él nos decía”.
Explica que Víctor Manuel Kery los amenazaba con matarlos a
ellos y su familia.
“Una vez en una actividad de jóvenes en una villa en un
campo, él nos despertó a tres de los jóvenes, nosotros éramos (enumera los
jóvenes) para que fuéramos al baño de varones con él. En el baño hizo que
nosotros nos masturbáramos. Yo veía la cara de satisfacción de mi pastor al ver
que nosotros lo obedecíamos. Yo en lo personal siempre pensé que eso no estaba
bien, pero, no podía hacer ni decir nada”, cuenta al señalar que para estos
jóvenes y para él, el supuesto religioso hizo t-shirt iguales.
Este supuesto pastor cumplirá el año de prisión preventiva en el centro correccional Anamuya de Higüey. Por Yudelka Domínguez, Listín Diario