Fuente eterna
A pesar de la tranquilidad observada en el sudeste de Haití y su
frontera con la República Dominicana, el mercado dominico-haitiano se convirtió
ayer en un bullicioso centro de comercio, atrayendo a numerosos vendedores y
compradores de ambas naciones.
Los espacios del mercado estaban repletos de haitianos y dominicanos,
tanto comerciantes como compradores, mientras que el transporte hacia las
comunidades de Haití estaba en pleno funcionamiento.
Las requisas de soldados del Cuerpo Especializado en Seguridad
Fronteriza Terrestre (CESFRONT) a las personas que salían del comercio, se
realizaron con mayor agilidad.
Sin embargo, en el puesto de control denominado El Badén, las
inspecciones a motocicletas y vehículos que salían del mercado continuaron
siendo una rutina, generando opiniones de que estas revisiones podrían ser
vistas como un “peaje”.
El número de vendedores y compradores de productos
agrícolas, diversas mercancías y otros artículos convirtió el mercado de
Pedernales en un bullicioso punto de encuentro para dominicanos y haitianos.
Los haitianos también cruzaron la frontera para vender productos como
ropa usada, tenis, perfumes, electrodomésticos, utensilios de cocina, jabones,
así como víveres como yautía y ñame. También cebolla, ajo, bebidas gaseosas y
whisky.
Estos
productos fueron vendidos en los poblados de Anse-à-Pitre, Jacmel, Thiotte y
otras comunidades fronterizas, utilizando el dinero de sus ventas para comprar
productos agrícolas en el mercado dominicano.
Los visitantes del mercado binacional
percibieron una mayor seguridad en la frontera con la República Dominicana, en
comparación con otras ciudades de Haití, donde temen ser asaltados por
delincuentes.
Esta percepción de seguridad se debe al despliegue de
vigilancia y chequeos mantenidos por los soldados del Cesfront, inteligencia,
aduanas, migración y otros cuerpos de seguridad, desde la salida del mercado
hasta los puestos de control.
El florecimiento del mercado dominico-haitiano en Pedernales reflejó ayer la dinámica comercial entre ambas naciones y también la importancia de mantener un entorno seguro y regulado para facilitar el intercambio económico y cultural en la región fronteriza. Por Odalis Báez, Listín Diario