La tenista participará por segunda vez en las Olimpiadas después de primera aparición en Tokio 2020.
Por Jad El RedaColumnist, Staff Writer
Cuando en septiembre de
2021 Leylah Fernández recién acababa de vencer a la superestrella del tenis
Naomi Osaka, en la tercera ronda del torneo de Grand Slam en el Arthur Ashe
Stadium de Queens, Nueva York, sus primeras declaraciones no fueron de júbilo
sino de convencimiento personal.
“Sabía desde el principio
que podía ganar… desde muy joven sabía que podía ganarle a cualquiera que
estuviera enfrente mío”, dijo la joven de 18 años, en lo que fue vitoreado como
la victoria más grande de su vida hasta ese momento.
Esa confianza, la misma que
piensa usar en su segunda Olimpiada cuando compita en París 2024, se la debe a
la diversificación de su origen, la que ella representa.
Jorge, su padre, es
ecuatoriano, mientras que su madre Irene, es filipina-canadiense, a esto se le
suma su abuelo paterno que es peruano.
“Estoy muy orgullosa de mis raíces… Es un gran honor
representar mi país”, dijo Fernández en una videollamada desde Higuerón,
España, en donde hizo su preparación para París. “Trato de enseñar mis valores
y trato de no solamente jugar para mí, pero estoy jugando para mi país, estoy
jugando para mis compañeras ahí en el banco, para mi equipo que está ahí, para
mi equipo que está en la casa y mi familia, que hizo el sacrificio de emigrar
hacia Canadá y para mí es como mi manera de agradecerles todo lo que hicieron,
de todas las soluciones que encontraron para ayudarme a mí para estar en este
momento”.
En París, ella hará equipo con Felix Auger-Aliassime y
Bianca Andreescu para representar a Canadá.
Para la canadiense, ese logro ante Osaka apenas ocupa
el tercer o cuarto lugar en su lista de éxitos y no lo dice con arrogancia.
Derrotar a la campeona defensora del torneo tiene sus méritos, fue valioso,
pero ella se ha visto en situaciones más complicadas.
Arriba en su lista está un torneo junior en Canadá, en
el que las participantes tenían alrededor de 16 años, ella logró llegar a la
final y ganar ese torneo con apenas 12 años de edad. Ni siquiera la victoria en
el Abierto de Francia, en 2022, sobre Belinda Bencic, hace parte de su Top 5,
sino la que le permitió llegar a ella tras derrotar un día antes a Jil
Teichmann.
“Ese partido jugué muy mal, con muchos errores, muchos
errores fáciles, errores en momentos importantes, pero pude mantener el partido
ahí cerca”, recordó Fernández. “Al final del partido hablé con mi papá y me
dijo que tengo que mirar ese partido, eran las 11 de la noche, mirar el partido
completo y después el próximo día, hacer todo lo puesto. Sin ese partido, sin
saber todos mis errores de ese partido, no creo que consigo la victoria contra
Belinda”.
La lista de éxitos y victorias impresionantes seguirá
creciendo para la originaria de Montreal, mientras que los reflectores
nuevamente volverán a brillar sobre ella en las Olimpiadas de París, en lo que
representa la segunda oportunidad de vestir los colores canadienses en las
Olimpiadas y en donde buscará revancha a la participación que tuvo en Tokio
2020, que se celebraron en el verano de 2021 a raíz de la emergencia global
causada por Covid-19.
“Estoy muy orgullosa de mis raíces… Es un
gran honor representar mi país. Trato de enseñar mis valores y trato de no
solamente jugar para mí... y mi familia, que hizo el sacrificio de emigrar
hacia Canadá y para mí es como mi manera de agradecerles todo lo que hicieron”.
—
Leylah Fernández, tenista canadiense en París 2024
En Tokio, Fernández obtuvo un impresionante triunfo
sobre Dayana Yastremska, pero rápidamente sucumbió ante Barbora Krejcikova en
dos sets para ser eliminada.
Fernández, quien es entrenada por su padre, prometió
volver más fuerte y mejorar en las áreas débiles de su juego. Tres años
después, la hora ha llegado, va a París en alza, con un buen estado físico y
con todo el entusiasmo de superar lo alcanzado en Tokio, además, tendrá la
difícil misión de capturar la primera medalla en la historia de Canadá en el
tenis femenil.
“En las olimpiadas espero jugar muy bien y tengo la
oportunidad de ganar una medalla, pero lo más importante para mí es
divertirme”, señaló la tenista. “En 2020, tuve la oportunidad de representar
Canadá, pero fue un año un poco raro, yo no sabía qué iba a pasar. Ahora ya sé
qué esperar y ya sé qué tengo que hacer”.
En casa, Leylah habla en español con su padre y sus
hermanas y con su mamá inglés.
Jorge ha tenido un gran peso sobre el desarrollo de
Leylah -quien es la segunda de tres hermanas- inculcando la mentalidad
aguerrida latina, usando el fútbol como uno de los instrumentos para ayudarla a
convertirse quién es hoy, mientras que Irene le ha proveído las tradiciones
filipinas y opciones de cocina diferentes.
“Escuchamos música latina, el reguetón… Ahí en la
televisión siempre tenemos fútbol o al menos otro deporte que no sea tenis y
tratamos de divertirnos”, dijo Leylah. “En casa soy un poco más latina, pero
también tenemos nuestras tradiciones de Filipinas, en la que mi mamá siempre
cocina algo diferente para poder para poder cambiar un poco la rutina y no
olvidarnos a dónde viene su parte de la familia también. Y eso es lo que me
gusta, que podemos cambiar entre una casa filipina y una casa latina”.
El poder disfrutar un ají de gallina peruano, un adobo
filipino o un estofado de carne, un pollo con arroz y frijoles, la hace
apreciar más aún el la diversificación en su núcleo familiar.
Su visita a Ecuador hace “dos o tres años” fue una de
las experiencias más satisfactorias que ha vivido. En ese viaje, su hermana
Bianca Jolie participó en un torneo en Guayaquil, para luego visitar a sus
abuelos a unas 87 millas al oeste en Salinas.
“El ambiente era increíble, me encantó salir a caminar
y escuchar música, escuchar los partidos de fútbol y después en la playa ver
muchas familias felices, jugando, divirtiéndose… fue mi parte favorita, poder
descubrir eso”, dijo Leylah, quien espera visitar de igual forma Perú y las
Filipinas.
Jorge tenía poca o casi nada de experiencia en el
tenis, pero aprendió los fundamentos necesarios para ser un atleta por su
propia carrera como futbolista. A pesar de que ella quería ser futbolista, él
le sugirió probar varios deportes para que encuentre su pasión y no elegir el
fútbol solo porque él lo había hecho.
Leylah participó entonces en natación, atletismo de
corta y larga distancia, hasta que un día Jorge le presentó una raqueta de
tenis.
“Empecé a jugar al tenis, me enamoré de ese deporte
inmediatamente y fue una sensación una relación diferente entre el tenis y el
fútbol”, explicó Leylah, quien entre sus publicaciones en las redes sociales ha
demostrado su capacidad para controlar el balón y hacer malabarismos.
En el Abierto de Estados Unidos, se convirtió en la
tercera jugadora en la era de los Abiertos en derrotar a tres de las Top 5 en
el ranking.
En 2022, Monterrey nuevamente la vio ganadora cuando
derrotó a Camila Osorio en tres sets.
“Tenemos que empezar desde el comienzo, que no
solamente es Monterrey, sino México…”, dijo Leylah, quien también recordó su
participación en Acapulco.
Previo al torneo mexicano, ella estaba esperando en su
casa en la Florida, continuando su preparación en caso de recibir la noticia de
si iba a recibir un ‘wild card’ para participar en Acapulco, en el WTA 250, lo
que finalmente llegó y no perdió tiempo para viajar.
“Con eso empacamos las maletas y viajamos
inmediatamente para jugar al día siguiente”, recordó.
Leylah tuvo una decorosa participación en ese torneo
al llegar a las finales y aunque perdió en su último juego, el recuerdo de lo
que vivió en tierras mexicanas la dejó marcada.
“Sentí el amor, sentí el apoyo de los mexicanos cuando
jugué contra Renata [Zarazua] en las semifinales, todo el estadio estaba en
contra mía, pero para el final del partido, estaban muy orgullosos y muy
contentos por el juego. No me demostraron odio por ganarle a la jugadora de
casa, pero me aplaudieron y me enseñaron que sí soy una buena jugadora y que
merecí esa victoria”.