El presidente colombiano Gustavo Petro sostiene la ley que elimina las corridas de toros, en un acto en la Plaza Santa María, Bogotá, Colombia, el lunes 22 de julio de 2024.(AP FOTO/IVÁN VALENCIA)
agencia apBogotá, Colombia
Al coro de “¡No más
olé", el presidente colombiano, Gustavo Petro, firmó el lunes una ley que
prohíbe las corridas de toros en todo el país desde la plaza La Santamaría de
Bogotá, la más importante de Colombia, en un acto simbólico que marca el cambio
que tendrán dichos escenarios para ser usados en actividades culturales y
deportivas.
“Puede que tenga ancestralidad, pero no puede —menos
la justicia— decirle al mundo que es cultura matar por diversión a los seres
sintientes”, señaló Petro, desde una tarima, frente a decenas de antitaurinos
que se congregaron en la icónica plaza.“Si nos divertimos matando al animal,
entonces nos divertiremos matando a los seres humanos, que somos también
animales”, dijo.
Colombia era uno de los cinco países de Latinoamérica
en permitir las corridas de toros junto con Venezuela, Perú y México y Ecuador.
Estos dos últimos prohíben las prácticas taurinas parcialmente en algunos
estados y ciudades. En otros, como Argentina, Chile y Panamá, están prohibidas.
Gabriela Ramírez, una niña
que habló en nombre del Colectivo Biófilo, celebró la nueva ley por
considerarla un paso hacia el respeto de los animales.
“Mi papi me llama
cariñosamente ‘semilla’ y al preguntarle la razón me explicó que yo tengo la
capacidad de construir un país diferente, uno en el que se respeten a los
animales humanos y no humanos y los ecosistemas en los que habitamos, lejos de
la barbarie, el dolor, la violencia y la desigualdad”, relató la menor desde la
tarima.
UNA BANDERA POLÍTICA
La prohibición ha sido una
bandera política de Petro desde que fue alcalde de Bogotá en 2012, cuando se
refería a la fiesta brava como un acto de maltrato animal y suspendió las
corridas de toros en La Santamaría. Las corridas siguieron intermitentes en la
capital, de acuerdo con órdenes judiciales, pero dejaron de organizarse desde
2020.
En diciembre de 2023, un fallo judicial ordenó que se
reanudaran, pero la nueva temporada no ha sido anunciada aún.
Con la ley, se acabaría
en el país una tradición que data desde la época de la colonia española en
Colombia. Sin embargo, los taurinos han advertido que demandarán la ley ante la
Corte Constitucional en un intento por demostrar que el trámite en el Congreso
estuvo viciado o que vulnera su derecho a la libre expresión artística.
Con la promulgación de la
ley, que fue aprobada en mayo por el Congreso, inicia un periodo de transición
de tres años en los que las actividades taurinas estarán permitidas, pero bajo
condiciones que definirá el gobierno con los “más altos estándares de bienestar
y protección animal”, según la nueva ley.
En la transición, el gobierno deberá buscar programas
de reconversión económica para quienes se dedican a la actividad taurina y
demuestren que es su sustento económico principal. Ante la falta de un censo oficial,
la ley ordena crear un registro de las personas que dependen de la tauromaquia
entre toreros, novilleros, banderilleros, picadores y ganaderos de toros de
lidia.
En el país, hay 12 plazas
de toros permanentes con capacidad entre 3.000 y 10.000 espectadores en
ciudades como Bogotá, Cali, Manizales y Medellín y en otras más pequeñas como
Duitama o Pamplona. Sin embargo, también hay recintos provisionales y
portátiles —con estructuras metálicas o de madera— que son instaladas para
festividades de pueblos y zonas rurales. Algunas son privadas y no quedan
registros de sus asistentes o del dinero que mueven.
Jorge Rojas, alcalde de
Manizales, ciudad de tradición taurina ubicada en el centro oeste del país, ha
dicho a la prensa local que la prohibición tendrá impacto económico dado que
las corridas de toros en la feria de Manizales —celebrada cada año en la
primera semana de enero— generaban, según el mandatario, 1,000 empleos directos
y 4,000 indirectos entre las personas que lidian en el ruedo y los encargados
de la logística. Calculó que la temporada taurina atrae a cerca de 70,000
asistentes.
Además de las corridas de toros, también quedará
prohibido el rejoneo, que consiste en torear a caballo, así como las
novilladas, en las que se lidian novillos de edades de tres a cuatro años; las
becerradas, con machos o vaquillas de edad inferior a dos años; y las tientas,
que suelen ser privadas y en las que un torero hace una prueba para seleccionar
a las mejores vacas que engendrarán los toros de lidia o los machos sementales.