AGENCIA AFPMadrid, España
Se espera que casi 41
millones de turistas extranjeros, un nuevo récord, visiten España este
verano (boreal), según las previsiones publicadas el jueves por el ministerio
de Turismo, en medio de una creciente rebelión de la población contra el
turismo excesivo.
Esta cifra es un 13% superior a la del verano de 2023,
cuando se estableció el récord anterior, dijo el ministerio en un comunicado de
prensa.
Se espera que los
ingresos turísticos generados por los visitantes
extranjeros aumenten un 22%, hasta los 59,000 millones de euros
(64,000 millones de dólares), añadió.
Estos datos confirman el "éxito del modelo
turístico de España", estimó, en declaraciones a la prensa, el ministro
español de Turismo, Jordi Hereu, destacando el fuerte incremento del gasto
turístico, "por encima del número de visitantes".
El atractivo "de
España se confirma mes tras mes", añadió.
Segundo destino turístico
mundial después de Francia, España
recibió el año pasado 85,1 millones de visitantes extranjeros, principalmente
británicos, franceses y alemanes.
Una cifra récord que, según las previsiones del
Gobierno, se superará con creces este año.
También según la entidad
financiera Caixabank, España podría recibir más de 90 millones de turistas en
2024 gracias a la recuperación económica europea y a la imagen de seguridad que
transmite el país, en un contexto de tensiones internacionales.
De acuerdo a la patronal
Exceltur, que publicó el jueves sus propias estimaciones, los ingresos
generados por el sector turístico español aumentarán un 5,3% interanual este
verano, y un 4,6% en el conjunto de 2024 respecto a 2023.
Si estas previsiones se
confirman, el producto interior bruto turístico de España "superaría por
primera vez los 200,000 millones de euros", elevando su parte en la
economía española al 13,2%, detalla Exceltur.
HARTOS DEL TURISMO
Estas proyecciones se
conocen en un momento de protestas contra el exceso de turistas, en las islas
Baleares o las Canarias, pasando por Barcelona, donde
varios miles de personas volvieron a manifestarse el sábado para exigir
"límites" al número de visitantes.
Los manifestantes denuncian
el ruido, la congestión de las infraestructuras de transporte y el aumento del
precio de la vivienda, que se ha disparado en los últimos años, debido
principalmente a la conversión de muchos pisos en viviendas de alquiler
turístico.
"El turismo es un fenómeno absolutamente positivo
en España" pero hay que afrontar sus "efectos negativos",
reconoció en junio el ministro Hereu.
Un mensaje del que se
hizo eco Ramón Estalella, secretario general de la asociación
hotelera Cehat. "Debemos trabajar para preservar y mejorar
aquellas claves del éxito que han hecho de España el referente mundial del
turismo vacacional en la temporada estival", estimó, a principios de
julio.
Esta indignación de los
habitantes ha llevado a muchos municipios y regiones a tomar medidas para
intentar frenar el problema, como ha hecho Barcelona, que el 21 de junio
anunció que deseaba poner fin al alquiler de pisos a turistas en 2028 para
facilitar el acceso a la vivienda a los residentes locales.
El Gobierno del
socialista Pedro Sánchez trabaja ya en la creación de un registro de viviendas
turísticas y temporales para luchar contra el alquiler ilegal, un registro que
podría estar disponible "en marzo o abril de 2025", precisó el
ministro Hereu.
"Los crecimientos
turísticos ilimitados en zonas tensionadas en sus temporadas punta son
claramente insostenibles", reconoció Exceltur, no
sin reprochar a quienes protestan ciertas reacciones contra los turistas,
después de que en la manifestación del sábado en Barcelona se les viera
mojarlos con pistolas de agua.
Estas conductas son
"más que censurables, al aplicarse sobre personas sin ninguna
responsabilidad sobre esas cuestiones", y causan un "daño
reputacional" en lugares donde los empleos de "tanta gente"
dependen del turismo.