ARCHIVO - La canadiense Tammara Thibeault se
prepara para disputar la final de las medianas ante la panameña Athyna Bylon en
los Juegos Panamericanos de Santiago, el viernes 27 de octubre de 2023
(Frank Gunn /
Associated Press)
PUEBLO, Colorado,
EE.UU. —
El marido y los tres hijos
pequeños de Charley Davison estaban ya en cama en la costa oriental de
Inglaterra, antes de que ella se colocara su protector de cabeza y subiera al
cuadrilátero para pelear en el Mundial de boxeo, a comienzos de este año, en el
sur de Colorado.
Davison, de 30 años, pudo
perseguir sus sueños olímpicos al otro lado del mundo, gracias al crecimiento
espectacular del boxeo femenino.
En poco más de una década,
el deporte ha proliferado. En su debut olímpico, había sólo 36 boxeadoras en
tres categorías distintas en Londres. En París, hay paridad.
La mitad de los 248 boxeadores serán mujeres, que
competirán en seis pesos distintos. La adición de una división adicional gallo
(54 kilogramos) en los Juegos Olímpicos de París cambió el panorama para
peleadoras como Davison.
“Después de los Juegos de Tokio, si no iba a haber una
división de 54, yo iba a colgar los guantes”, contó la excampeona juvenil que
dejó el boxeo durante siete años antes de volver para ponerse en forma tras el
nacimiento de sus hijos.
“En vista de que los 51 se estaban poniendo muy
complicados y no soy suficientemente grande para los 57, los 54 fueron una
bendición”, añadió. “En cuanto escuché que habría ese peso, supe que era para
mí. Cada kilo marca una diferencia. Sé que no soy la única agradecida. Creo que
es ideal para muchas mujeres tener tantas categorías. Esto marca una diferencia
para el deporte”.
Davison peleó por Reino Unido en Tokio pero cayó en
los albores. Tres años después, tiene la oportunidad de probar de nuevo, sólo
porque el COI se ha comprometido con el crecimiento del deporte. Esencialmente,
el boxeo ha alcanzado la paridad de género junto con el resto del programa
olímpico.
Y decenas de mujeres más están recibiendo una
oportunidad.
“Desde que comencé, especialmente en el nivel
internacional, el desempeño de las boxeadoras ha crecido increíblemente”,
recalcó la canadiense Tammara Thibeault, monarca mundial de las medianas y
quien se dirige a sus segundos Juegos Olímpicos luego de llegar a los cuartos
de final en Tokio. “Eso nos hace mejores a todas porque nos impulsamos mutuamente.
Así es como crece un deporte, y realmente estamos creciendo ahora”.
El boxeo femenino ha atraído a deportistas como la
australiana Tiana Echegaray, quien hace apenas cinco años jamás lo había
practicado. Tenía 25 años y se aburría en un trabajo de oficina en el negocio
de la música en Sydney.
Un día comenzó a entrenar y ahora es deportista
olímpica.
“Pienso que quizás el lado creativo que tengo vio el
boxeo como un arte”, dijo Echegaray, quien estudió música. “Es muy bello,
¿saben? Cuando ves competir a boxeadores realmente talentosos, es lo más bonito
que hay. Es muy agradable observarlo”.
De hecho, el boxeo de mujeres ha cambiado
drásticamente en los 12 años transcurridos desde su debut en Londres. Y la
transformación no sólo se percibe en el nivel amateur.
El boxeo femenino pasó décadas como un espectáculo
secundario en el nivel profesional. Las pugilistas recibían una fracción de las
bolsas reservadas para los hombres, y obtenían apenas respeto.
Aunque el boxeo masculino sigue siendo prominente en el
nivel profesional, resulta viable para cientos de mujeres seguir una carrera en
este deporte, de una forma que no existía antes de que los torneos olímpicos
generaran interés de los aficionados y promotores.
En el primer sábado de los Juegos Olímpicos, Claressa
Shields, dos veces medallista de oro, encabezará una cartelera en Detroit, con
su pelea por el título de las pesadas del CMB. En el segundo sábado, la
británica Caroline Dubois y la uruguaya Maira Moneo encabezarán una función en
Inglaterra.
Y aunque campeonas olímpicas como Shields y Katie
Taylor han optado por lucrativas carreras profesionales, los Juegos Olímpicos
significan más todavía en la rama femenina que en la masculina, debido al
interés declinante de muchos prospectos y al decremento en las oportunidades
olímpicas, causado inadvertidamente por el crecimiento del deporte femenino
desde que el COI ha añadido mujeres y recortado vacantes para hombres.
De hecho, el ascenso del boxeo femenino habría salvado
a todo este deporte de la exclusión olímpica.
El COI no ha incluido el boxeo en el programa
preliminar de Los Ángeles 2028, luego de suspender y desaparecer el
controvertido organismo rector, la AsociacIón Internacional de Boxeo, tras años
de conflictos.
El boxeo no estará en los Juegos de 2028 si no se crea
u n nuevo organismo para 2025, de acuerdo con el COI.
World Boxing, organización escindida y creada por
varias naciones occidentales, tiene miembros en buena parte del mundo y está
cobrando fuerza. Pero incluso si no logra reemplazar a la AIBA para el año
próximo, el COI estaría reacio a deshacerse de este deporte, aunque se perciba
como un tanto problemático y regresivo.
Y es que ello significaría retirar a más de 100
mujeres del programa olímpico, apenas 16 años después de que se rompió la
barrera de género.
En tanto se decide su futuro olímpico, las mujeres
continuarán generando el crecimiento y las oportunidades para un antiguo
deporte olímpico con una segunda vida en la era moderna.
“Pienso que es fantástico”, dijo Billy Walsh, entrenador
de la delegación estadounidense. “El deporte está creciendo. Cada día uno ve a
más mujeres en este deporte, y muchas están ganando y siendo buenos modelos de
conducta. Vamos a tener incluso más”.