Simone Biles compite en la barra de equilibrio durante el Campeonato de Gimnasia de Estados Unidos, el domingo 2 de junio de 2024, en Fort Worth, Texas. (Foto AP/Julio Cortez)
(Julio Cortez / Associated Press)
FORT WORTH, Texas, EE.UU. —
Hubo un momento en el que
Simone Biles vibraba con la expectativa de acudir a unos Juegos Olímpicos,
embelesada en no saber lo que le esperaba.
Eso fue hace ocho años.
Cuando era una adolescente, sintiéndose medio “boba”.
Ya todo eso pertenece al
pasado. La evidencia no está en la licencia de conducir de Biles o su
certificado de matrimonio, pero en la forma en la que la gimnasta de 27 años
mira las cosas más allá de su beneficio. Ha dejado atrás esa visión que muchos
de los grandes deportistas tienen en busca de la grandeza.
A lo mejor esa es la mayor diferencia entre el
campeonato nacional que Biles ganó la noche del domingo — su noveno, este con
un total combinado de 119.750 — y su primero hace una década.
El momento fundamental de la victoria de Biles no fue
una voltereta o un salto. Fue una caminata.
Fue temprano en la competencia, cuando Biles se
percató que Sunisa Lee, la campeona olímpica de Tokio 2020 y amiga cercana,
giró mal por los aires durante su ejercicio con el salto de cabello, cayendo de
espalda, reaccionando con asombro y temor.
Pero Biles apareció de la nada para acompañarle. Sabía
exactamente lo que le pasaba a Lee mejor que nadie. Hace tres años en Tokio,
una movimiento extraño en el mismo ejercicio por parte de Biles desencadenó una
serie de evento que provocó que se retirase de múltiples pruebas y puso sobre
relieve el debate sobre la importancia de la salud mental en el deporte.
Al volver, Biles se puso de pie al lado de las barras
asimétricas para alentar a Lee, quien se recuperó con una brillante (quizás
menos arriesgada) rutina para una anotación de 14.500 que le permitió quedar
cuarta.
“Sabía que la estaba pasando mal y se acercó para
ayudarme”, contó Lee.
Si bien bromeó que cree que está “envejeciendo como el
buen vino”, quedó claro que lo que más le alegró fue cuando habló de las cinco
campeonas mundiales que son compañeras, en su mayoría chica una década más
joven que ella, y que le acompañarán al clasificatoria olímpico en Minneapolis
a fines de este mes.
“Eso es lo que me entusiasma porque creo que tendrá
largas carreras”, dijo Biles. “Si puedo ayudarles en lo que sea, ahora y en el
futuro, eso es lo que haré”.
Registró un total de 119.750 en dos días, casi seis
puntos por delante de la subcampeona Skye Blakely, con lo que deja pocas dudas
de que parece lista para sumar en París 2024 un segundo oro olímpico junto con
el que capturó en Río 2016.
Biles terminó con la puntuación más alta en dos días
en los cuatro eventos, algo que solamente había conseguido una vez antes en los
campeonatos nacionales (2018).