agencia afpWashington, Estados Unidos
El nuevo gobernante de Haití llegó a Estados Unidos el sábado para una
visita que incluirá reuniones con autoridades de instituciones financieras
internacionales, así como con un funcionario de la Casa Blanca, según su
oficina y un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense.
La visita de
la comitiva liderada por el primer ministro Garry Conille, que encabeza el
gobierno de transición del país caribeño, se produce días después de que un
contingente policial de Kenia finalmente llegara a Haití, en una misión
largamente esperada para ayudar a estabilizar la nación caribeña y combatir la
violencia de las poderosas pandillas criminales.
Estados Unidos prometió una generosa financiación para la
misión respaldada por la ONU, pero descartó enviar tropas estadounidenses a
Haití para colaborar directamente. Según un portavoz del Consejo de Seguridad
Nacional, por ese tema, Conille se reunirá con el asesor adjunto de Seguridad
Nacional Jon Finer.
Conille,
junto con sus ministros de Economía y Asuntos Exteriores, así como otros
funcionarios, también celebrará "importantes reuniones de trabajo"
con los responsables de las instituciones financieras internacionales, informó
su oficina.
También visitarán la embajada de Haití en Washington y
viajarán a Nueva York.
Haití sufre desde hace mucho tiempo la violencia de las
bandas criminales, pero las condiciones empeoraron drásticamente a finales de
febrero pasado cuando las pandillas lanzaron ataques coordinados en la capital
Puerto Príncipe, con el objetivo de derrocar al entonces primer ministro Ariel
Henry.
Henry
anunció a principios de marzo que iba a dimitir y entregar el poder a un
consejo de transición, cuya conformación se alcanzó tras idas y vueltas, y
finalmente, el 29 de mayo, nombró a Conille como primer ministro interino.
La violencia en Puerto Príncipe ha afectado la seguridad
alimentaria y el acceso a la ayuda humanitaria, con gran parte de la ciudad en
manos de pandillas acusadas de abusos que incluyen asesinatos, violaciones,
saqueos y secuestros extorsivos.
La fuerza multinacional keniana, que recibió luz verde el año
pasado del Consejo de Seguridad de la ONU, estuvo paralizada durante meses en
medio cuestionamientos a su despliegue en tribunales de Kenia antes de que
llegara una avanzada policial el martes.