El presidente de El Salvador, Nayib Bukele,
y la primera dama Gabriela Roberta RodrÃguez saludan desde un balcón después de
que prestó juramento para un segundo mandato, en San Salvador, El Salvador, el
sábado 1 de junio de 2024. (Foto AP/Salvador Meléndez)
(Salvador Melendez / Associated Press)
SAN SALVADOR —
Nayib Bukele asumió el
sábado la presidencia de El Salvador para un segundo periodo de cinco años en
el que gobernará con más poder que nunca la nación centroamericana y tras haber ganado contundentemente la
reelección en febrero a pesar de que la constitución lo
prohibÃa.
“Quiero recalcar que han
venido el mayor número de delegaciones que ha tenido este paÃs en sus historia,
que este gobierno que inicia este dÃa ha sido reconocido por el 100% de los
paÃses del mundo”, afirmó en su discurso Bukele después de juramentar el cargo
y recibir nuevamente la banda presidencial en una ceremonia en el Congreso
Nacional.
Bukele, de 42 años, fue
reelegido con el 85% de los votos, en un paÃs donde es altamente popular por su
combate frontal a las poderosas pandillas, que convirtieron alguna vez a El
Salvador en la nación del crimen en el mundo y ahora, según el gobierno, en una
de las ciudades más seguras de Latinoamérica.
A la mejora de la seguridad pública se atribuye
también una caÃda del 60% de la migración de salvadoreños hacia los Estados
Unidos, según los expertos.
Entre los asistentes el sábado en la ceremonia de toma
de posesión en la capital salvadoreña figuró una alta delegación de Estados
Unidos, encabezada por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
También participaron varios lÃderes latinoamericanos, como los presidentes de
Argentina, Javier Milei, de Costa Rica, Rodrigo Chaves, y el ecuatoriano Daniel
Noboa, entre otros.
Bukele se reunió antes con Mayorkas, quien resaltó “el
compromiso compartido de Estados Unidos y El Salvador de abordar cuestiones
claves de interés mutuo”.
En 2021, la administración del presidente Joe Biden
rechazó una solicitud de reunión con el presidente Bukele en un viaje a la
capital de Estados Unidos, despreciando al autoproclamado “dictador más genial
del mundo” por temor a que una sesión fotográfica envalentonara sus intentos de
expandir su base de poder.
La embajada estadounidense publicó después en X un
mensaje de felicitación del Secretario de Estado, Antony Blinken, al presidente
Bukele por su toma de posesión, en el que expresó “nuestro firme compromiso de
trabajar junto a usted y su administración para promover la buena gobernanza y
la prosperidad económica inclusiva”.
Varios sectores polÃticos y sociales de El Salvador
han expresado, empero, su falta de reconocimiento a la legitimidad del segundo
periodo de Bukele, argumentando que contradice disposiciones constitucionales.
“Todos los gobiernos de todo el mundo reconocen este
gobierno, a pesar de lo que digan algunos opositores”, recalcó en su discurso
Bukele, quien también contará en el nuevo quinquenio con una supermayorÃa en el
Congreso y su partido y aliados controlarán la mayorÃa de las alcaldÃas.
“Logramos lo inimaginable”, manifestó, en referencia a
los resultados en el combate de su prolongada guerra contra las pandillas, que
por décadas mantuvieron aterrorizados a los salvadoreños. “Logramos los mejores
resultados que ni nosotros mismos hubiéramos soñado. Quitamos al fiscal
anterior y quitamos a los magistrados de la Sala de lo Constitucional
anteriores y en menos de un año ya eramos el paÃs más seguro de toda la
región”.
Sin embargo, organizaciones sociales y de derechos
humanos han documentado cientos de denuncias de violaciones a derechos humanos
en medio del régimen de excepción decretado desde marzo de 2022 a petición de
Bukele para combatir a las maras o pandillas.
El mandatario terminó su discurso pidiéndole a los
miles de salvadoreños que llegaron a la toma de posesión que levantaran la mano
derecha para “jurar defender el proyecto de nación y nunca escuchar a los
enemigos del pueblo”.