Los fieles se marchan tras rezar en el
exterior de la Gran Mezquita durante la peregrinación anual del haj, en La
Meca, Arabia Saudí, el 14 de junio de 2024.
(Rafiq Maqbool / Associated Press)
MINA, Arabia
Saudí —
— Bajo temperaturas
sofocantes, los fieles musulmanes se congregaron el viernes en un inmenso
campamento en el desierto en el inicio oficial de la peregrinación anual del
haj. Antes de iniciar el viaje, rodearon la Kaaba en la Gran Mezquita de La
Meca, el lugar más sagrado del islam.
Más de 1,5 millones de
peregrinos de todo el mundo han llegado ya a La Meca para el haj, y la cifra
seguía aumentando a medida que se incorporaban más procedentes de la propia
Arabia Saudí. Las autoridades esperan que el ritual reúna a más de dos millones
de personas este año.
El haj de este año tiene
como telón de fondo la guerra entre Israel y Hamás, que está asolando la Franja
de Gaza y ha dejado a todo Oriente Medio al borde de un conflicto regional
entre Israel y sus aliados de un lado, e Irán y los grupos insurgentes que
respalda, del otro.
Los palestinos del enclave costero de Gaza no han
podido viajar a La Meca para participar en la peregrinación debido al cierre
del cruce de Rafah en mayo, cuando Israel amplió su ofensiva terrestre a la
ciudad meridional, en la frontera con Egipto.
Según las autoridades palestinas, 4.200 peregrinos de
la Cisjordania ocupada se desplazaron a La Meca para el haj. Las autoridades
saudíes indicaron que más de 1.000 familiares de palestinos asesinados o
heridos en la guerra fueron invitados a participar por el rey Salman. Todos
estaban ya fuera del sitiado enclave — en su mayoría en Egipto — antes del
cierre del paso fronterizo de Rafah.
“Nos vemos privados de (hacer) el haj porque el cruce
está cerrado y por las guerras y la destrucción”, dijo Amna Abu Mutlaq, una
palestina de 75 años residente en Jan Yunis, una ciudad del sur de la Franja,
que había planeado realizar la peregrinación este año. “Ellos (Israel) nos han
privado de todo”.
En el haj de este año habrá peregrinos sirios que
viajaron a La Meca en vuelos directos desde Damasco por primera vez en más de
una década. La medida se enmarca en la normalización de las relaciones entre
las dos naciones. Los sirios residentes en zonas controladas por los rebeldes
solían cruzar al frontera con la vecina Turquía en su agotador viaje para
cumplir con el rito.
“Esto es lo natural: peregrinos que van al haj
directamente desde sus países de origen”, dijo Abdel-Aziz al-Ashqar,
coordinador sirio del grupo de peregrinos que partió desde Damasco.
La peregrinación es uno de los cinco pilares del islam
y todos los musulmanes están obligados a cumplir con el ritual de cinco días al
menos una vez en la vida si su salud y su situación económica se lo permite.
Es una experiencia tremendamente espiritual para los
fieles, que creen que absuelve sus pecados y los acerca a dios, además de unir
a los más de 2.000 millones de musulmanes en todo el mundo. Es también una
oportunidad para rezar por la paz en muchos países árabes y musulmanes azotados
por los conflictos, como Yemen y Sudán, donde la guerra que libran desde hace
más de un año dos generales rivales ha provocado la mayor crisis de desplazados
del mundo.
Para muchos musulmanes, el haj es el único gran viaje
que realizan en su vida. Algunos pasan años ahorrando y esperando el permiso
para emprender el viaje a los 50 o 60 años, después de haber criado a sus
hijos.
Los rituales del hai conmemoran en gran medida los
relatos del Corán sobre del profeta Ibrahim; su hijo, el profeta Ismail, y la
madre de éste, Hajar — o Abraham, Ismael y Hagar en la Biblia.
Los hombres visten un ihram — dos piezas de tela
blanca sin coser y parecen un sudario — mientras que las mujeres emplean ropa
conservadora y holgada, se cubren la cabeza con un pañuelo y no utilizan
maquillaje ni perfume. Desde su llegada a La Meca en los últimos días, han
estado llevando a cabo el circuito ritual en torno a la Kaaba, de forma cúbica,
en sentido contrario a las agujas de reloj, en la Gran Mezquita de siete
minaretes.
Las autoridades saudíes han impuesto medidas de
seguridad dentro y alrededor de la ciudad, con controles en las carreteras de
acceso para evitar que quienes no tienen permisos para participar en el
peregrinaje lleguen a los lugares sagrados.
El viernes, en el inicio oficial del haj, los
peregrinos van hasta Mina. El sábado realizan un día de vigilia en el monte
Arafat, un desierto donde se cree que el profeta Mahoma pronunció su último
discurso, conocido como el sermón de despedida. Los peregrinos sanos recorren
el camino a pie, mientras que otros lo hacen en autobús o en tren.
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