Garry Conille, quien pidió a la población que mantenga la esperanza, reconoció que “sin seguridad no puede haber progreso duradero”.AP NEWS
agencia efePuerto Príncipe,
Haití
El nuevo primer ministro de Haití, Garry Conille, asumió este miércoles
el cargo en medio de una crisis sin precedentes en el país, que, admitió, se
enfrenta a "grandes desafíos", como la inseguridad y la inestabilidad
política, y cuyos ciudadanos ya "no pueden esperar más".
Conille tomó posesión hoy junto a su gabinete, compuesto de 18 carteras
y con 14 ministros (algunos llevarán dos departamentos). De ellos cuatro son
mujeres y, entre estas, Dominique Dupuy estará al frente del Ministerio de
Asuntos Exteriores y Asuntos Religiosos y de la cartera de los Haitianos
Residentes en el Extranjero.
En el acto,
Conille trazó un panorama crítico de la situación de Haití, sumido en una
crisis multidimensional que se agravó con el asesinato del presidente Jovenel
Moise en julio de 2021 y a la espera del despliegue de una misión multinacional
que, con apoyo de la ONU, liderará Kenia para ayudar a la Policía local a
afrontar la violencia.
"No debemos ocultar la enfermedad de nuestro país",
sostuvo el primer ministro, médico de profesión y que también ocupará la
cartera de Interior.
Haití "no va bien (...) Tenemos que buscar a los mejores
y más modernos médicos para poder salvarlo", dijo Conille, designado al
cargo por el Consejo Presidencial de Transición que se instaló en abril pasado
tras la dimisión de Ariel Henry como primer ministro a raíz de la violencia
desatada a finales de febrero contra su gestión.
Conille
recordó que, desde su creación, Haití ha tenido que hacer frente a convulsiones
políticas, exclusión social y campesinos que sufren y ahora, más de 200 años
después, "la situación se ha deteriorado porque la gente no vive en paz,
no puede circular libremente, los niños no pueden ir a la escuela y los
comerciantes no pueden vender sus productos para sacar adelante a sus
familias".
"Los bandidos matan impunemente" y, como resultado,
"la gente no puede vivir en el país, la única esperanza para nuestros
jóvenes es abandonar" Haití, reconoció.
Afirmó que Haití se enfrenta a grandes desafíos, entre ellos
la violencia y la inseguridad, que paralizan la vida cotidiana, mientras la
inestabilidad política socava "los cimientos mismos de nuestra
sociedad".
Convertir
los retos en oportunidades
Convencido de que "juntos" pueden convertir
"estos retos en oportunidades para reconstruir" el país sobre
"una base más sólida y justa", Conille se comprometió a servir a la
nación con integridad, transparencia y dedicación y resaltó la voluntad y la
honradez de sus ministros.
"Las expectativas de la gente son enormes. No puede
esperar más. El Gobierno debe pasar a la acción", subrayó y afirmó que su
gabinete trabajará sin descanso para mejorar las condiciones de vida de todos
los haitianos.
Entre las
tareas del Gobierno están la seguridad pública y nacional, la recuperación
económica, la rehabilitación de las infraestructuras, la seguridad alimentaria
y sanitaria, la reforma constitucional, el Estado de derecho, la justicia o la
celebración de elecciones.
Conille, quien pidió a la población que mantenga la
esperanza, reconoció que "sin seguridad no puede haber progreso
duradero" y consideró "crucial" que los policías y soldados
estén bien preparados para hacer frente a los retos actuales en materia de
seguridad y que dispongan de las herramientas necesarias.
Opinó que las instituciones nacionales deben ser saneadas y
reforzadas y se comprometió a realizar las reformas necesarias para garantizar
su eficacia e integridad.
La lucha contra la corrupción "será una prioridad
absoluta de mi Gobierno", resaltó Conille, quien prometió poner en marcha
iniciativas para promover la paz, diálogos que conduzcan al establecimiento de
un Consejo Electoral Provisional creíble para organizar elecciones generales,
la introducción de políticas económicas para crear empleo y fomentar la
inversión y el establecimiento de directrices para mejorar los servicios
básicos.
Por su parte, el presidente del Consejo Presidencial de Transición,
Edgard Leblanc Fils, recordó al Gobierno la importancia de trabajar
conjuntamente con esa entidad para resolver plenamente la crisis de Haití, pero
también para restablecer la seguridad y relanzar las actividades económicas y
sociales en un país asolado por la violencia.
"El pueblo espera resultados tangibles y nos pedirá
cuentas", destacó.