Orlando Cepeda conectó 25 jonrones y bateó para .312 en su año de novato.
MLBSan Francisco
Orlando Cepeda, el temible bateador boricua exaltado al Salón de la Fama
del béisbol tras una carrera en la que superó varias lesiones en las rodillas y
que cumplió una condena en la cárcel por narcotráfico tras su retiro, ha
fallecido. Tenía 86 años.
Los Gigantes de San Francisco y la familia del expelotero anunciaron el
deceso el viernes por la noche. Se guardó un minuto de silencio y se desplegó
una esquela en la pizarra del Oracle Park a la mitad del juego ante los Dodgers
de Los Ángeles.
“Nuestro amado Orlando ha fallecido en paz esta noche en su casa,
escuchando su música favorita y rodeado por sus seres queridos”, expresó su
esposa Nydia en un comunicado emitido por medio del club. “Nos consuela que él
está en paz”.
Cepeda acostumbró a estar presente en los juegos de locales de los
Gigantes durante la temporada de 2017, hasta que lidió con algunos problemas de
salud. Fue hospitalizado en el área de la Bahía de San Francisco en febrero de
2018, tras un infarto cardíaco.
Uno de los primeros puertorriqueños que brillaron en las Grandes Ligas,
Cepeda fue el primer bateador designado de los Medias Rojas de Boston. Atribuye
a esa estadía su entronización en el Salón de la Fama en 1999, elegido por el
Comité de Veteranos.
Fue Novato del Año de la Liga Nacional en 1958 con los Gigantes y
Jugador Más Valioso del mismo circuito en 1967 con los Cardenales de San Luis,
en ambos casos de manera unánime. Desempeñándose como primera base y jardinero,
fue seleccionado para siete Juegos de Estrellas.
Apodado “Peruchín”, “Baby Bull” o “Cha-Cha”, Cepeda firmó con los
Gigantes de Nueva York y, a lo largo de una trayectoria de 17 temporadas,
acumuló un promedio de .297 con 379 jonrones y 1.365 carreras impulsadas en
2.124 partidos.
Su debut en las mayores fue en 1958, justo en la temporada en la que los
Gigantes se mudaron de Nueva York a San Francisco. Bateó un jonrón en su
segundo turno al bate, en un equipo en el que estuvo rodeado por otras tres
figuras legendarias, Willie Mays, Willie McCovey y el dominicano Juan Marichal.
En una entrevista con The Associated Press en 2017, Cepeda evocó su
participación en el Juego de Estrellas de 1961 en el Fenway Park de Boston,
tocándole ser el cuarto bate, por detrás de Mays y por delante de su
compatriota Roberto Clemente, otros dos miembros del Salón de la Fama.
“Un
privilegio como pocos. Todavía no puedo creerlo”, dijo.
Mays falleció hace exactamente 10 días.
“¡Hombre, otro golpe muy duro”, dijo el manager actual de los
Gigantes, Bob Melvin, quien creció en el área de la Bahía de San Francisco,
como fanático del equipo. “Otra increíble personalidad, muy amada aquí, con una
estatua frente al parque”
En 1966 y tras una cirugía en la rodilla derecha, los
Gigantes decidieron canjear a Cepeda a San Luis a cambio del lanzador Ray
Sadecki. Se trató de una de las transacciones más criticadas en la historia de
San Francisco, pero los Cardenales encontraron al primera base con el que uno
año después conquistaron el campeonato de la Serie Mundial.
Orlando Manuel Cepeda Pennes nació un 17 de septiembre de
1937 en Ponce, ciudad en el sur de Puerto rico. Su padre Pedro fue considerado
como uno de los mejores beisbolistas de la isla entre mediados de los 20 y los
40, pero nunca jugó en Estados Unidos por la prohibición que se tenía contra
los peloteros de raza negra en las Grandes Ligas.
Al abrirse paso en las menores en la organización de los
Gigantes, con quienes firmó por un bono de 500 dólares, Cepeda hijo debió
confrontar la segregación racial.
En su campaña de novato, Cepeda conectó 25 jonrones y bateó
para .312. Fue el inicio de una carrera en la que tuvo nueve temporadas con
promedio por encima de .300 y otras ocho de 25 o más jonrones.
Nueve años después, se convirtió en el primer ganador unánime
del Premio al Jugador Más Valioso de la Nacional desde Carl Hubbell en 1936,
luego de batear para .325 y liderar la liga con 111 impulsadas. Sus Cardenales
se coronaron en el Clásico de Otoño tras vencer a los Medias Rojas de Boston en
siete juegos.
Los Cardenales le canjearon a Atlanta en 1969 a cambio del
receptor y primera base Joe Torre y jugó con los Bravos hasta 1972, cuando una
lesión en la rodilla izquierda sufrida el año previo precipitó su salida en un
canje con los Atléticos de Oakland.
Cuando se temía que su carrera estaba acabada, Cepeda
encontró una nueva oportunidad cuando la Liga Americana introdujo el bateador
designado y firmó con los Medias Rojas.
“Boston me llamó y me preguntó que si estaba interesado en
ser el bateador designado. Y dije que sí”, recordó Cepeda. “Ser bateador
designado me llevó al Salón de la Fama, Esa regla me puso en el Salón de la
Fama”.
Pudo actuar en 142 juegos, ninguno en defensa, y bateó para
.289 con 20 jonrones y 86 impulsadas en 1973, llevándose el primer premio al
Designado del Año. Su última temporada fue con los Reales de Kansas City en
1974.
Le tocaría hacer otra resurrección tras el retiro.
Al año siguiente de retirarse, Cepeda fue detenido en el
aeropuerto internacional de San Juan, acusado de tratar de recoger un
cargamento de marihuana. Fue sentenciado a cinco años de cárcel, pero solo
purgó 10 meses.
El incidente le afectó en las votaciones al Salón de la Fama
entre los miembros de la Asociación de Cronistas de Béisbol. Enderezó su vida
con la religión budista y sus tareas como embajador humanitario de los
Gigantes.
Su ingreso a Cooperstown finalmente llegó un cuarto de siglo
después de su último turno al bate, al ser elegido por el Comité de Veteranos.
Fue el segundo puertorriqueño en ingresar, siguiendo los pasos de Clemente.
Roberto Alomar, Edgar Martínez e Iván Rodríguez se sumaron en
años posteriores al grupo de boricuas inmortales, y Cepeda se mostró emocionado
con las estrellas actuales procedentes de la isla, como Carlos Correa y
Francisco Lindor.
“Con el béisbol, pude salir de la pobreza y abrí puertas para
que más jugadores de Puerto Rico y Latinoamérica vinieran a Estados Unidos, en
un momento muy difícil”, dijo a AP en 2017. “Ahora, este es el mejor momento
para ellos”.