Viatina-19, la vaca más cara subastada según
el Libro Guinness de Récords Mundiales, en una granja en Uberaba, estado Minas
Gerais, Brasil, el 26 de abril de 2024. (Foto AP /Silvia Izquierdo)
(Silvia Izquierdo / Associated Press)
UBERABA,
Brasil —
Brasil tiene cientos de
millones de vacas, pero hay una en particular es extraordinaria. Su enorme
cuerpo blanco como la nieve está vigilado por cámaras de seguridad, un
veterinario y un guardia armado.
Viatina-19 FIV Mara Movéis,
que tiene un valor de 4 millones de dólares, es la vaca más cara jamás vendida
en una subasta, según Guinness World Records. Eso superó tres veces a la última
poseedora del récord. Y, con 1.100 kilogramos (más de 2.400 libras), pesa el
doble que un ejemplar adulto promedio de su raza.
A lo largo de una carretera
que atraviesa el corazón de Brasil, los propietarios de Viatina-19 han colocado
dos vallas publicitarias que alaban su grandeza e invitan a ganaderos,
residentes curiosos y autobuses llenos de estudiantes de veterinaria a peregrinar
para ver a la vaca.
No obstante, los científicos climáticos coinciden en
que la gente debe consumir menos carne de res, la mayor fuente agrícola de
gases de efecto invernadero y un factor relevante de la deforestación de la
Amazonía. Pero la industria ganadera es una fuente importante de desarrollo
económico para Brasil y el gobierno se esfuerza por conquistar nuevos mercados
de exportación. El principal exportador de carne vacuna del mundo quiere que
todos, en todas partes, coman su carne.
La encarnación de las ambiciones ganaderas de Brasil
es Viatina-19, producto de años de esfuerzos para criar bovinos con más carne.
Los ganadores del país se venden en subastas de alto nivel, tan alto que los
ganaderos ricos comparten la propiedad. Extraen los óvulos y el semen de los
animales campeones, producen embriones y los implantan en vacas parideras con
la esperanza de que produzcan los próximos especímenes magníficos.
“No sacrificamos al ganado de élite. Los estamos
criando. Y al final de todo esto, vamos a alimentar al mundo entero”, dijo Ney
Pereira, uno de sus dueños, tras llegar en helicóptero a su finca en el estado
de Minas Gerais. “Creo que Viatina proporcionará eso”.
“Ella es lo más cercano a la perfección que se ha
logrado hasta ahora”, anunció Martins. “Es una vaca completa: tiene todas las
características que todos los propietarios quieren”.
Estas vacas cuestan tanto que la gente compra y vende
propiedades parciales del animal, y la empresa de Pereira, Napemo Agriculture,
pagó varios millones de reales (casi 800.000 dólares) en una subasta de 2022
por una participación del 50% en Viatina-19. Otro ganadero compró la otra
mitad, por lo que los dos tomarían decisiones importantes conjuntamente y
dividirían los ingresos.
Mientras el subastador azotaba su mazo, en los
altavoces se escuchaba “Suspicious Minds”, de Elvis Presley. Para Pereira,
fanático de Elvis de toda la vida, esa fue una señal.
El año pasado, Pereira y el otro propietario
subastaron una participación del 33% de la vaca. Un postor pagó por ella 7
millones de reales (1,3 millones de dólares), lo que hizo que el valor total de
Viatina-19 rompiera el récord Guinness.
Uberaba celebra una reunión anual llamada ExpoZebu,
que se anuncia como la feria de cebúes más grande del mundo. Celebrada hace
varias semanas, estuvo muy lejos del Brasil que el resto del mundo tiene en
mente. El código de vestimenta eran botas, gorra de béisbol y jeans. Los
conciertos nocturnos atrajeron a 10.000 espectadores que cantaban a todo pulmón
sus canciones country favoritas. Pero la atracción principal fueron las ferias
ganaderas diarias. Los ganaderos procedían de lugares tan lejanos como Zimbabue
e Indonesia. Los criadores afeitaban las orejas y la base de los cuernos de las
vacas —el equivalente a un nuevo corte de cabello humano— para que encantaran a
los jueces del espectáculo y ganar premios que aumentan el precio de subasta de
un animal.
La subasta más prestigiosa se llama Elo de Raça, y
allí Viatina-19 ha sido vendida a precios cada vez más altos. Reflectores
dirigidos hacia el cielo nocturno el 28 de abril convocaron a los cientos de
personas que tuvieron la suerte de recibir invitaciones. Arthur Lira,
presidente de la Cámara de los Diputados de Brasil, llegó seguido de un
vehículo con su equipo de seguridad. Estaba decidido a ofrecer su becerro de 3
meses.
Cuando la primera vaca entró al potrero, en los
altavoces se escuchó “We Are the Champions”, de Queen. Pero esa vaca fue un
mero aperitivo antes de la subasta de Donna, la estrella de este año, y tres de
sus clones. El precio de venta final situó su valor total en 15,5 millones de
reales (3 millones de dólares). Cuando presentó a Donna, el locutor dijo que
cada una de las cuatro produce 80 óvulos al mes —el cuádruple del promedio de
una vaca Nelore— y se refirió a ellas como “una fábrica”.
“¡Donna muestra dónde estamos con la raza Nelore, y
hacia dónde iremos!”, gritó.
Una de las mejores maneras de disminuir las emisiones
del ganado es reducir la edad de sacrificio de las vacas, dijo Rodrigo Gomes,
investigador de ganado vacuno en la Empresa Brasileña de Investigación
Agropecuaria. Las vacas de élite pueden ganar peso lo suficientemente rápido
como para ser sacrificadas mucho más jóvenes.
Otros dicen que las mejoras genéticas son formas
útiles, pero limitadas, de reducir el calentamiento global. Medidas más
sencillas y efectivas incluyen plantar mejor pasto para el pastoreo y trasladar
regularmente al ganado de un pastizal a otro, dijo Beto Veríssimo, un agrónomo
que cofundó una organización ambiental sin fines de lucro llamada Imazon. La
productividad en Brasil podría ser al menos tres veces mayor, informó
Veríssimo, quien forma parte del comité de consulta del Fondo para la Amazonía
de JBS, el gigante productor de carne. No recibe ninguna compensación.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha trabajado
para abrir nuevos mercados. El mes pasado, Lula se reunió con Fumio Kishida,
primer ministro de Japón, país que produce la carne de primera calidad Wagyu.
Instó a su homólogo a probar la carne brasileña y convertirse en su admirador.
“Por favor”, dijo a su vicepresidente en el evento,
“lleve al primer ministro Fumio a comer filete al mejor restaurante de Sao
Paulo para que, la semana siguiente, empiece a importar nuestra carne vacuna”.
“Todas esas son vientres de alquiler”, dijo Paulo
Cerantola, director comercial de la empresa GENEAL Genética y Biotecnología
Animal, al señalar a un rebaño en lo alto de una colina mientras su camioneta
pickup avanzaba ruidosamente por un camino de tierra. El camino condujo a un
establo al lado de un pequeño corral donde un ternero clonado yacía al sol.
Nacido el día anterior, sus patas todavía no lo sostenían en pie, y un clon de
dos días puso el ejemplo al deambular valerosamente. Otro nacido 20 minutos
antes por cesárea estaba acurrucado sobre heno en la parte trasera de un
establo, presionado contra la pared e inquieto por este extraño mundo nuevo.
Pero algunos ganaderos ni siquiera querrían un gran
rebaño de sus clones. Las vacas que requieren mucho mantenimiento como
Viatina-19 no son rentables a escala comercial porque no podrían satisfacer sus
necesidades energéticas sólo con pasto, explicó P.J. Budler, juez de ganado y
gerente de negocios internacionales de Trans Ova Genetics, una empresa centrada
en mejorar el acervo genético bovino con sede en Iowa.
“Por el medio ambiente y los recursos que se
necesitarían para criar una vaca como (Viatina-19), encaja idealmente en el
molde, pero no es la respuesta para todo el ganado en todas partes”, dijo.
“En mi opinión, necesita una bala en la cabeza. Es un
veneno para la industria”, dijo Grant Vassberg por teléfono. “Todavía
necesitamos que las vacas sean eficientes con pasto. Así es como alimentas al
mundo”.
Pereira, el propietario de Viatina-19, dijo que ella
recibe un tratamiento especial para estimular su producción de óvulos, pero que
prosperaría si la dejaran pastar donde se alimenta casi todo su ganado de
élite.
“Si ella es la mejor del mundo —no sólo por su precio,
sino porque creo que es la mejor del mundo— necesitamos compartirla por todo el
mundo”, dijo Pereira.
Martins, su hija veterinaria, mira aún más hacia
adelante. “Espero que ella sea la base para un animal todavía mejor en el
futuro, dentro de décadas”, anunció.