La candidata presidencial del partido gobernante, Claudia Sheinbaum, sale del colegio electoral donde votó durante las elecciones generales en la Ciudad de México, el domingo 2 de junio de 2024.
agencia apCIUDAD DE MÉXICO
La oficialista Claudia Sheinbaum ganó el domingo las
elecciones de México con una amplia ventaja al cosechar entre el 58,3% y el
60,7% de los votos, según el conteo rápido oficial, y se convierte en la
primera presidenta del país, impulsada por la plataforma política del
mandatario saliente Andrés Manuel López Obrador.
La presidenta del Instituto Nacional Electoral mexicano, Guadalupe
Taddey, anunció el conteo rápido al borde de la medianoche que ponía por
delante a Sheinbaum, la candidata oficialista, frente a su rival la
opositora Xóchitl Gálvez, con el 26,6% y 28,6%. El tercer candidato,
Jorge Álvarez Máynez, con mucha distancia se acercaba al 9,9% y 10,8% de los
votos.
En su primer mensaje a los mexicanos, tras darse a conocer el conteo
rápido y con los resultados preliminares aún por debajo del 42% del escrutinio,
Sheinbaum dio las gracias por el respaldo recibido y "el reconocimiento
del pueblo de México a nuestro proyecto de nación".
También mostró su agradecimiento con la candidata opositora
Gálvez, quién según dijo, le había llamado unos minutos antes
"reconociendo el triunfo". De igual manera se refirió sobre Máynez.
Poco antes, el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó
minutos después un primer mensaje en X, antes Twitter, en donde se mostraba
"contento" de ser el mandatario del país y celebró tanto la participación
electoral como los resultados del conteo rápido que daban la ventaja a
Sheinbaum
"Va a ser la primera presidenta de México en 200 años",
recalcó y dijo que Sheinbaum no sólo será la primera, sino que sería
"también la presidenta posiblemente con más votos obtenidos en
toda la historia de nuestro país".
Más tarde,
ya ante sus seguidores en la plaza del Zócalo, la principal de Ciudad de México, la primera
presidenta del país se mostró orgullosa por haber recibido más de "35
millones de votos", según aseguró, y se dijo "emocionada y
agradecida".
Ofreció no defraudar a los mexicanos y proseguir con "el avance de la Cuarta Transformación",
en un gobierno que dijo que será "para todas y para todos". En su
pronunciamiento anterior también recalcó que el disenso forma parte de la
democracia por lo que velará por "todos sin distingo" para construir
un "México justo y más próspero".
No se olvidó en su intervención del presidente López Obrador,
quien impulsó su candidatura. "¡Graaaacias!", dijo alargando la
palabra. Y se comprometió a "garantizar" todos los programas sociales
que dijo que el gobierno del mandatario
saliente llevó adelante en el país, como becas, aumento al salario mínimos
o "los trenes de pasajeros".
La opositora
Gálvez reconoció también en una intervención pública la victoria de su contrincante
electoral. "Reconocí el resultado porque
amo a México y sé que si le va bien a su gobierno, le va a ir bien al
país", pronunció la candidata derrotada sobre la victoria de Sheinbaum y
su rol como primera presidenta de la historia.
No obstante, Gálvez trasladó a la nueva presidenta una
"firme exigencia de resultados y soluciones a los grandes problemas del
país" y el indispensable respeto a la Constitución y a las instituciones
democráticas". Recordó que el proceso electoral fue uno de los más violentos.
Sheinbaum, científica de 61 años que fue
alcaldesa de la capital mexicana,
llegó a las elecciones como la carta presidencial del partido Morena, con el
que López Obrador llegó al poder hace seis años, y sobre ella recae ahora la
misión de dar continuidad al programa de gobierno del mandatario.
En campaña, se comprometió a desarrollar el segundo piso de
la llamada "Cuarta
Transformación", como definió el presidente saliente a sus propuestas
enfocadas en programas sociales.
Las elecciones, las primeras en las que dos mujeres se
disputaban la presidencia, se consideraron un referéndum de la administración de Andrés Manuel López
Obrador frente a la opción opositora que encabezó Gálvez por la
coalición formada por un partido
conservador (el PAN), uno izquierdista (el PRD) y el que gobernó
México durante siete décadas del siglo XX (el PRI).
Gálvez fue la primera en pronunciarse tras el cierre de urnas
y antes de conocerse los primeros resultados. Destacó la alta participación de
votantes y en tono triunfador proclamó que "está claro que ya
ganamos", pero mencionando las candidaturas de sus compañeros de coalición
en otros estados.
La opositora envió un mensaje de advertencia sobre los
resultados. "Estamos compitiendo contra
el autoritarismo y el poder y son capaces de todo". También dio
gracias a los que fueron a votar, por ella o no. "Hemos tenido una
participación extraordinariamente alta. Ha sido conmovedor ver las filas de
ciudadanos esperando para votar".
Minutos después, salió a pronunciarse el presidente de
Morena, Mario Delgado, que aseguró que la votación apuntaba a una victoria de
la oficialista. "Claudia Sheinbaum será la primera presidenta de nuestra
historia y de América del Norte", indicó con tono victorioso. "No hay
duda del triunfo", reiteró asegurando que la ventaja era muy amplia y que
llegaba a ser de dos a uno.
"Con esta elección hemos ratificado la posibilidad de
que millones de personas sigan saliendo de la pobreza", añadió, tras
defender lo que considera avances
conseguidos en México durante el gobierno del mandatario saliente.
"Es la hora de la Cuarta Transformación".
Tras esa declaración, la principal plaza de Ciudad de México,
el Zócalo capitalino comenzó a recibir personas en ánimo de celebración
esperando que se confirmase la victoria de Sheinbaum.
Sheinbaum representaba la continuidad de modelo de López
Obrador, que amplió los programas sociales pero también la militarización del
país y no pudo controlar ni la inseguridad ni la impunidad ni el avance del
crimen organizado.
Gálvez, por su parte, encarnaba un cambio y prometió una lucha más frontal contra el
crimen organizado.
La preocupación por la violencia en el país estuvo presente,
de hecho, durante la jornada de votación.
"Para mí el reto mayor
en la seguridad", explicó Stephania Navarrete, de 34 años, en el
barrio de San Andrés Totoltepec, en las afueras de la capital. Navarrete, un
ama de casa, dijo que votaría por la oficialista y subrayó la importancia de
los programas sociales pero enfatizó que los niveles de delincuencia "se
dispararon". "Obvio no culpo completamente al presidente, pero es en
cierta manera su responsabilidad", agregó.
En otro punto de la capital, Julio García, un oficinista,
dijo que iba a votar por la oposición porque "hay que cambiar de rumbo"
y recordó que "a mí me han robado dos veces a punta de pistola".
En los comicios más
grandes del país, además de la presidencia, debían renovarse las dos
cámaras del Congreso, nueve de las 32 gubernaturas y más de 19.000 cargos
locales.
Uno de los más simbólicos es la alcaldía
de la Ciudad de México, donde la izquierda gobierna desde 1997 y el
oficialismo sufrió un retroceso en las elecciones de medio mandato de 2021.
Yoselin Ramírez, una comerciante de 29 que votó en un barrio
de clase media que siempre privilegia a la oposición, dijo que dividió su voto
porque no quiere mayorías absolutas. "No quiero que todo se ocupe con el
mismo partido para que haya un poco más de igualdad", explicó tras afirmar
que para presidente prefería a la oficialista.
Más de 27.000
efectivos federales, la mayoría de la Guardia
Nacional, estuvieron a cargo de la seguridad y la primera mitad de la
jornada transcurrió pacíficamente, aunque con lentitud, en la mayoría de los
aproximadamente 170.000 colegios
electorales de México.
En Chiapas, el
estado fronterizo del sur que tiene graves problemas
de violencia, hasta el 42% de los puntos de votación sufrieron retrasos. En
uno de sus pueblos, individuos armados secuestraron a un hombre en un punto de
votación que más tarde fue localizado herido en otro lugar, según informó la
fiscalía estatal.
Morena, un partido creado por López Obrador hace diez años,
gobierna en 23 de los 32 estados del país y tiene mayoría simple en ambas
cámaras del Congreso aspiraba en estos comicios a ampliar hasta los dos tercios
necesarios para poder reformar la Constitución sin necesidad de consenso, algo
que preocupó profundamente a la oposición y a los expertos.