Josef Newgarden espera antes de poder conducir en la calificación a las 500 Millas de Indianápolis en el Indianapolis Motor Speedway el sábado 18 de mayo del 2024. (AP Foto/Darron Cummings)
(Darron Cummings / Associated Press)
INDIANÁPOLIS —
INDIANÁPOLIS (AP) — Un
mensaje en redes sociales para presentar a los pilotos de las 500 Millas de
Indianápolis puso a Josef Newgarden en una posición incómoda.
“¿Con qué piloto de la
IndyCar harías un viaje en auto?”, preguntaron.
“Solo”, respondió
Newgarden.
Una extraña respuesta para
un piloto que hace un año era inseparable de su compañero de equipo del equipo
Penske Scott McLaughlin. Los llamados “Bus Bros” tenían una empresa de medios,
un programa de YouTube y mercancía de promoción. Parecían los mejores amigos e
incluso McLaughlin celebró tras la primera victoria de Newgarden en las 500
Millas de Indianápolis.
Doce meses después, los Bus Bros no existen y la
amistad parece haberse acabado. Dejó de seguir a todos en redes sociales en su
intento de volver a enamorarse de las carreras. Ganar las 500 Millas no fue tan
satisfactorio como creyó debido a que competir se había convertido en una
rutina de fracasos y pocos triunfos.
Esta temporada regresó aislado, pero con nueva energía
y Newgarden consiguió una enfática victoria en la primera carrera en St.
Petersburg, Florida. Seis semanas después la IndyCar descubrió un software
ilegal en tres autos del Equipo Penske y que llevó a que descartaran su
victoria y el tercer lugar de McLaughlin
Newgarden regresa a Indianápolis el domingo para
defender su título en la Indy 500, pero envuelto en un escándalo de trampa que
dañó su impecable reputación y la de su equipo.
Clasificó tercero y con lo que el equipo Penske tendrá
todos los lugares al frente de la parrilla por primera vez desde 1988.
McLaughlin ganó la pole y Will Power segundo.
MALESTAR EN EL PADOCCK
El escándalo sigue dejando un mal sabor de boca,
especialmente con algunos equipos que no creen en la explicación del Equipo
Penske, que nadie se percató que había algo más cuando su potenciador de
caballos de fuerza funcionaba cuando no debía.
Zak Brown, jefe de Arrow McLaren Racing, dijo que el
castigo contra Penske fue demasiado laxo.