El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se dirige a una
reunión ministerial sobre planes para apoyar al estado de Rio Grande do Sul,
afectado por inundaciones, en el palacio presidencial, en Brasilia, Brasil, el
lunes 13 de mayo de 2024.AP
agencia afp
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se dirige a una reunión ministerial sobre planes para apoyar al estado de Rio Grande do Sul, afectado por inundaciones, en el palacio presidencial, en Brasilia, Brasil, el lunes 13 de mayo de 2024.AP
Nuevas crecidas de ríos y lagos prolongaron este lunes el drama de
la población del sur de Brasil, adonde el
presidente Luiz Inácio Lula da Silva viajará de nuevo el
miércoles tras reconocer que las autoridades "no estaban preparadas"
para una catástrofe así.
Las cifras de víctimas del desastre climático que
golpea el pujante estado de Rio Grande do Sul volvieron a
aumentar este lunes, con 147 muertos, 127 desaparecidos y 806 heridos, así como
600.000 personas que debieron abandonar sus hogares, según Defensa
Civil.
Lula
suspendió una visita oficial a Chile, inicialmente prevista para el 17 y 18 de mayo, ante la
necesidad de "monitorear" la emergencia, según la Presidencia. Y anunció que volverá el miércoles al estado por tercera
vez en pocos días.
"Es una
catástrofe para cuya magnitud no estábamos preparados", dijo el
mandatario, durante una reunión con su ministro de Finanzas, Fernando Haddad, y
el gobernador del estado, Eduardo Leite.
A pesar de una disminución
de las lluvias, Leite urgió a los evacuados a no regresar a las
viviendas, en especial en la capital Porto Alegre y sus alrededores, donde el
río Guaíba puede alcanzar un nuevo récord.
"No es momento de volver a las casas todavía en las
zonas de riesgo".
La cota de
este río, en cuyas riberas se ubican varias ciudades devastadas, superó los cinco metros por primera vez desde el jueves y
sigue en ascenso debido a las lluvias del fin de semana. Según Defensa Civil,
podría superar el pico histórico de 5,35 metros que alcanzó el 5 de mayo.
AYUDA PARA VOLVER A EMPEZAR
Ante el ascenso del Guaíba, la alcaldía de Porto
Alegre levantó una barrera con enormes sacos de arena en una avenida
del centro para intentar evitar que la crecida llegue a una estación de bombeo
de agua, lo que puede empeorar el ya precario suministro del servicio a una
treintena de barrios de la ciudad.
Habitantes del barrio Harmonia en Canoas, a las afueras de Porto
Alegre, sacaban pertenencias de sus viviendas ante la subida de las aguas.
"El
agua nunca bajó. Se inundó en octubre y ahora también. Esta vez perdí
todo", dijo a la AFP el albañil Alcedir Alves, de 58 años.
Más de 77.000 personas se hallan en albergues montados en
escuelas, clubes deportivos y otros establecimientos tras el desastre, que
expertos y el gobierno brasileño vinculan
al cambio climático y al fenómeno El Niño.
La situación de los
evacuados se complicará con la llegada de un frente frío, según alertó
el lunes la agencia meteorológica MetSul.
Las autoridades trabajan para distribuir suministros y donaciones
venidas de todo el país y el exterior.
Las familias más afectadas recibirán 2.000 reales (unos
400 dólares) para que empiecen a "reconstruir sus vidas", dijo Leite.
INDÍGENAS AFECTADOS
Lula anunció una propuesta, que debe
aprobar el Congreso, para suspender por 36 meses los pagos de la
deuda de Rio Grande do Sul con el Estado brasileño, y que
según el gobernador se había convertido en un "torniquete
insoportable" ante la tragedia.
La vida en Rio Grande do Sul está absolutamente
alterada, con casi 360.000 estudiantes sin clases y la atención de la salud
volcada en hospitales de campaña.
Importantes autovías y carreteras continúan total o parcialmente
cortadas, mientras que el aeropuerto internacional de la ciudad de Porto
Alegre sigue bajo agua.
Las lluvias e inundaciones sin precedentes afectaron directamente al
menos a 80 comunidades indígenas, algunas de forma extremadamente grave, según
el Consejo Indigenista Misionario de Brasil.
EFECTOS EN ARGENTINA
El flujo de las aguas en el sur de Brasil ha impactado
en otros países de la Cuenca del Plata.
Unas 600 personas fueron evacuadas en la provincia argentina de Entre
Ríos (noreste) debido a las inundaciones por la crecida del río
Uruguay, reportaron autoridades.
Habitantes de la zona ribereña de Concordia (430 km al noreste de Buenos
Aires) fueron trasladados a centros de asistencia o domicilios particulares,
informó la alcaldía.
En Concordia, el alcalde Francisco Azcué, reportó este lunes que el pico
de la creciente se espera para el martes y pidió "calma" a la
población.
"Estamos en 13,55 metros (de cota) y según el pronóstico de los ingenieros de la represa podría llegar a 13,70 metros hoy (lunes) y 13,90 mañana martes. Obviamente vamos a tener más evacuados", explicó el funcionario en declaraciones a radio Mitre.