Puerto Príncipe, Haití, el sábado 11 de mayo de 2024. Fuente externa
AGENCIA EFE Santo Domingo. RD.
La crítica situación de Haití y las relaciones, en muchas ocasiones difíciles con el vecino país, están en el centro de la política exterior de República Dominicana, no exenta de críticas internacionales por las miles de repatriaciones de haitianos, pese a la violencia y, ahora, son parte de la campaña política dominicana.
Se estima que más de medio millón
de haitianos, la inmensa mayoría sin documentos, viven en República Dominicana,
adonde huyen a causa de la deprimente situación en su país, el más pobre de
América.
Una relación compleja
República Dominicana
y Haití, que comparten la isla La Española, han vivido históricamente una
compleja relación de altibajos y con una frontera de casi 400 kilómetros
utilizada por traficantes de personas, drogas o para el contrabando de animales
y mercancía.
Al
llegar al poder en agosto de 2020, Luis Abinader, que el domingo se presentará
a la reelección, dijo que la relación bilateral con Haití, segundo socio
comercial de República Dominicana, era "muy importante".
Por
ello, había que "seguir fortaleciendo los instrumentos para una buena
vecindad", pero seis meses después anunció la construcción de una verja
perimetral "inteligente" para "poner fin" a la inmigración
ilegal y al narcotráfico y para proteger al país y defender la soberanía
nacional.
Posteriormente
adoptó duras medidas para frenar la inmigración irregular y denunció que
República Dominicana "no puede" atender los servicios de salud de
"dos países", al recordar los cuantiosos recursos que se invierten en
atención medica a haitianos, calculados en más de 70 millones de dólares.
En
declaraciones a EFE, el expresidente Leonel Fernández, quien también concurre a
los comicios dominicanos, reconoció que las relaciones con Haití "han sido
históricamente tensas", a raíz de la separación de República Dominicana
del país vecino en 1844.
República
Dominicana, añadió, "despega en términos económicos y sociales y tiene una
democracia política estable", pero Haití no logra eso, pues "se
estanca, retrocede en términos económicos y sociales y políticamente es una
situación de inestabilidad crónica", agudizada por el asesinato en 2021
del presidente Jovenel Moïse.
La
"inestabilidad permanente" en el vecino país y el auge de las bandas
criminales hacen que "cada día esta situación se torne más tensa para
República Dominicana" y fomentan el tráfico ilegal de personas por parte
de mafias haitianas y dominicanas, dijo a EFE el también candidato presidencial
Abel Martínez.
El omnipresente tema de Haití
La
situación haitiana ha estado muy presente en la campaña para los comicios
presidenciales y legislativos del 19 de mayo e, incluso, la oposición acusa a
Abinader de utilizar el tema con fines electorales.
La campaña ha
coincidido con el agravamiento de la crisis en Haití y Abinader ha reclamado,
tanto en el país como en el extranjero, una solución inmediata y, de paso, ha
advertido de que seguirá defendiendo la soberanía nacional, granjeándose el
apoyo de diversos sectores.
Incluso,
la cuestión haitiana fue uno de los temas que dominó el inédito debate que
protagonizaron el 24 de abril los tres principales candidatos presidenciales,
quienes coincidieron en que los indocumentados debe ser deportados, en alusión
a los haitianos.
"Seguiremos
deportando a todo el que esté ilegal" porque no hacerlo "sería la
anarquía", afirmó Abinader, mientras Fernández manifestó que ante la
inmigración ilegal se debe "aplicar la ley", es decir, deportar,
aunque respetando los derechos humanos.
Sobre
las críticas de organismos internacionales por el manejo del tema migratorio
por parte del Estado dominicano, Martínez consideró que el actual Gobierno ha
sido "ambivalente y las reglas no han estado claras porque aquí lo que hay
que hacer es respetar nuestra Constitución".
"Nosotros
queremos ayudar al pueblo haitiano, debemos ser parte del concurso de
voluntades a nivel mundial, y más nosotros que compartimos la isla", pero
esa ayuda debe darse allá, señaló a EFE.
Conflicto por el canal de riego
Uno
de los episodios más críticos en la relación dominico-haitiana se vivió en
septiembre pasado a raíz de la construcción, por Haití, de un canal de riego en
un río limítrofe, lo que llevó a Abinader a cerrar la frontera terrestre,
marítima y aérea.
La
situación permaneció así varias semanas, hasta que República Dominicana decidió
reabrir el comercio con Haití, que no desistió en la construcción del canal.
Unos
hechos tras los cuales, asegura Abinader, la frontera "nunca será la
misma".