El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, presenta su declaración nacional como parte de la Cumbre de Líderes Mundiales de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP26 en Glasgow, Escocia, el 1 de noviembre de 2021.AFP
AGENCIA AFPNueva York, Estados
Unidos
¿Narcotraficante como
sostiene la fiscalía de Nueva York o azote del narco como se defiende el
expresidente hondureño Juan Orlando Hernández? Tras dos semanas y
media de juicio y una quincena de testigos, el jurado empezó a definir este
jueves su suerte, en una decisión que debe ser unánime.
Hernández, que según la
fiscalía neoyorquina creó un narcoestado durante sus ocho años de presidencia
(2014-2022), está acusado de conspirar para traficar droga y armas y de poseer
armas, delitos por los que, de ser hallado culpable, puede pasar el resto de
sus días en la cárcel, como su hermano Tony, condenado a cadena perpetua en
2021.
Los doce miembros del
jurado se retiraron a deliberar después de recibir durante más de una hora las
instrucciones del juez Kevin Castel. No hay límite de tiempo para emitir su
veredicto pero su decisión ser unánime.
Su función es definir si es inocente o culpable de los
cargos que pesan sobre él. La eventual condena la impondrá el juez.
Arropado por los tres
generales (uno en la reserva) que vinieron a testificar a su favor, el acusado
con cuidada barba y rostro cansado, se acercó a saludar y a departir brevemente
con dos familiares, una de ellas una cuñada que no quiso revelar su nombre,
llegada de Honduras.
Ni su esposa ni sus hijos
han recibido visado para acudir al juicio.
ALTAR FRENTE AL TRIBUNAL
Frente al tribunal, un
grupo de manifestantes erigió un altar con fotos de personas asesinadas durante
el gobierno del mandatario, mientras otro grupo, con megáfono en mano, iba
desgranando nombres y un coro gritaba: "Aquí está tu narco
presidente".
El jurado tendrá que
responder a un cuestionario sobre los tres cargos. De la respuesta de la
primera pregunta -si es inocente o culpable de conspirar para traficar con
drogas- dependerá si tienen que responder al resto.
Para el fiscal Jacob H.
Gutwillig, no hay duda de que el expresidente "es un narcotraficante"
y "es culpable más allá de la duda razonable".
Según la fiscalía, recibió
millones de dólares de sobornos de los capos de la droga, entre ellos del
cartel de Sinaloa de Joaquín 'Chapo' Guzmán -condenado a cadena perpetua en
Estados Unidos-, a cambio de protegerlos de la extradición y ofrecer seguridad
con ayuda de militares, policía y la justicia a sus valiosas mercancías
procedentes de Colombia con destino final al mercado estadounidense.
Durante su presidencia,
Honduras se convirtió en una "super autopista" para la cocaína
colombiana, según la fiscalía que asegura que entre 2004 y 2022 la red que
apoyó Hernández introdujo más de 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos.
DOS CARAS
La estrategia de la
defensa, como en la mayoría de los juicios de este tipo, es poner en duda las
declaraciones de los testigos -la mayoría narcotraficantes que buscan reducir
sus penas con su cooperación- y la falta de pruebas que apuntalen sus
acusaciones.
Testigos como los narcos
hondureños Devis Leonel Rivera, líder del poderoso cartel Los Cachiros, el
exalcalde Alexander Ardón -del mismo partido que el acusado- y Fabio Lobo, el
hijo del expresidente Porfirio Lobo (2010-2014), aseguraron que habían
"aportado" miles de dólares para la primera campaña electoral de
Hernández a cambio de protección.
Y la prueba, según ellos,
de dicha protección es que no fueron extraditados sino que se entregaron
voluntariamente a Estados Unidos.
"La única prueba que
tenemos es la palabra de un narcotraficante a otro narcotraficante", dijo
el abogado de la defensa Renato Stabile, que recordó al jurado que el
exmandatario promulgó leyes contra el lavado de dinero, la incautación de
bienes de origen delictivo y autorizó las primeras extradiciones de narcos a
Estados Unidos.
El expresidente tenía dos
caras: una pública que fingía combatir el tráfico de drogas pero en privado
protegía a los suyos, había dicho poco antes el fiscal Gutwillig.
NARCOPOLÍTICA
Hernández, que se siente
"víctima de una venganza", tachó a los testigos de "mentirosos
profesionales". "Todos tienen muchos motivos para mentir", dijo
en el estrado, pese a que no estaba obligado a declarar.
"¿El único que dice la
verdad es usted?", le acorraló el fiscal Kyle Wirshba tras un duro
interrogatorio en el que le puso contra las cuerdas cuando le preguntó por qué
protegió a su hermano Tony, acusado de narcotráfico y que fue detenido en 2018
en el aeropuerto de Miami.
A lo largo del juicio, la
docena de testigos de la fiscalía pusieron de manifiesto los estrechos vínculos
entre narcotráfico y política en el país centroamericano. El precedesor de
Hernández, Porfirio Lobo, también fue acusado por su hijo de haber recibido
dinero del narcotráfico.