Musulmanes
indonesios asisten a una oración vespertina llamada 'tarawih' que marca la
primera víspera del mes sagrado de ayuno del Ramadán, en una mezquita en
Yakarta, Indonesia, el lunes 11 de marzo de 2024.ACHMAD IBRAHIM
Para el pueblo de Oriente
Medio, este Ramadán será uno de los más tristes que
recuerdan. Ser testigos de la acuciante crisis humanitaria de
sus "hermanos y hermanas" en Gaza les ha robado la alegría de este
mes sagrado.
El ambiente festivo que
suele inundar las calles de los países de esta región del mundo, de abrumadora
mayoría musulmana que espera este mes de ayuno como un momento
de reflexión, unión familiar y de celebración, se ha visto apagado
por la guerra en el enclave palestino bajo asalto de Israel.
Más de cinco meses después
del terrible ataque del brazo armado del grupo palestino Hamás contra
territorio israelí, que dejó unos 1.200 muertos y desembocó en este actual y
asimétrico conflicto, más de 31.000 personas han muerto en Gaza, y donde ya se
reporta que hay niños muriendo de hambre.
COMER
MIENTRAS SE MUEREN DE HAMBRE
Trabajadores empacan fideos, un manjar especial preparado para el mes de ayuno musulmán del Ramadán, en Karachi, Pakistán, el lunes 11 de marzo de 2024. (Foto AP/Fareed Khan)
En Jordania,
sienten muy de cerca la tragedia en la que se ha convertido el enclave
palestino y tendrán a la población
gazatí en sus pensamientos en cada ruptura del ayuno.
“Estamos pensando en ayunar,
mientras que la gente en Gaza se
está muriendo de hambre”, dijo a EFE Salam Freihat, de 32 años, quien asegura
que piensa que la muerte en Gaza podría ser "más clemente" que la
vida: “al menos uno muere una vez y no diez veces al día”.
En el Yemen, el país más pobre de la región y una
de las tragedias humanitarias más
importantes del mundo, Abbas al Mahdi, de 49 años, indicó a EFE que cuando va a
comprar comida para romper el ayuno, piensa en "los asesinados mientras
esperan un saco de harina, y se me quitan las ganas de comer".
Esta "masacre de la harina" refiere al
centenar de muertos causados el pasado 29 de febrero por los disparos de
fuerzas israelíes contra una multitud que esperaba la llegada de un convoy de
comida en medio de la crisis de hambruna.
Varios países condenaron
ese ataque, que las Fuerzas de Defensa
de Israel (IDF, en inglés) afirma que no fue tal, mientras cada vez
más voces, entre ellas las de expertos de la ONU, aseveran que Israel
"mata de hambre" a los palestinos de Gaza.
"Imagínate, nosotros
tendremos nuestro iftar (desayuno y comida con la que rompen el ayuno al caer
el sol) con varios alimentos, mientras que ellos apenas pueden conseguir
harina", señaló este padre de seis hijos y residente en Saná.
En Siria, también en una
grave crisis económica y humanitaria, el dolor por la falta de comida
en Gaza ha llegado a todos los rincones de este país que sufre por los
efectos de la larga y cruenta guerra.
“Ayer, mi nieta en quinto
de primaria no ha probado su comida en el colegio porque vio a una niña
palestina diciendo en redes sociales que tiene hambre”, aseguró a EFE Jadiya
Ismail, de 50 años, profesora en un colegio estatal en la capital siria.
Los 2,2 millones de palestinos
de Gaza sufren en los hechos de hambruna debido al bloqueo israelí del
enclave, adonde solo entra ayuda humanitaria a cuentagotas, y a que durante su
invasión el Ejército israelí ha destruido todo el sistema alimentario del
enclave, atacando tierras de cultivo y prohibiendo la pesca artesanal, entre
otras cosas, como denunciaron organismos de la ONU y su relator sobre el
derecho a la alimentación, Michael Fakhri.
Este mes sagrado también
era el momento esperado para alcanzar un alto el fuego temporal entre las
partes, y aunque había esperanza en ello, el tiempo ha acabado en su contra sin
todavía ningún pacto de tregua.
SIN GANAS DE CELEBRAR, PERO SÍ DE AYUDAR
Ismail aseguró desde Damasco que el ayuno de Ramadán
es "un deber religioso de cada musulmán", pero ahora no sienten
ninguna alegría.
"No sentimos las
ganas de celebrar, ni de decorar ni de sentir la alegría por la llegada del
Ramadán. Hemos perdido la alegría, mientras niños musulmanes están muriendo de
hambre. Esto nos duele mucho y tiene que parar”, lamentó.
El jordano Freihat indicó
que va a cambiar muchas de sus costumbres durante este mes de Ramadán y que
donará "cualquier alimento o producto alimentario que sobre".
La sensación de
"incompetencia" y "tristeza profunda" inundan a la egipcia
Fayza ante lo que ocurre en su vecina Gaza.
"No siento el placer
del Ramadán. Aún así, tengo esperanza porque todo el mundo apoya Gaza, pese a
todas las vidas que se perdieron", afirmó a EFE.
Esta vez, siente una
diferencia y que al fin las miradas del mundo están puestas en la tragedia que
sufre el enclave.
"Como ciudadana
egipcia, haré dos cosas: primero el boicot de los productos que apoyan Israel y
segundo, una donación para el pueblo de Gaza", zanjó.