Una mujer pasa junto a los cuerpos de dos hombres asesinados por agresores desconocidos en Puerto Príncipe, Haití, el domingo 3 de marzo de 2024. Cientos de presos huyeron de la principal prisión de Haití después de que pandilleros armados asaltaran el complejo durante la noche. (AP Foto/Odelyn Joseph)
(Odelyn Joseph / Associated Press)
PUERTO PRÍNCIPE,
Haití —
PUERTO PRÍNCIPE, Haití (AP)
— Las autoridades en Haití impusieron un toque de queda nocturno en un intento
de recuperar el control de las calles tras un estallido de violencia durante el
fin de semana, en el que pandilleros armados asaltaron los dos penales más
grandes del país y liberaron a sus prisioneros.
El domingo por la noche
comenzó un estado de emergencia de 72 horas y el gobierno afirmó que perseguiría
a los asesinos, secuestradores y otros criminales violentos que según dijo se
habían fugado.
“Se ha ordenado a la
policía que emplee todos los medios legales a su disposición para hacer cumplir
el toque de queda y detener a todos los delincuentes”, indicó en un comunicado
el ministro de Finanzas, Patrick Boivert, que hace de primer ministro en
funciones.
El primer ministro, Ariel Henry, viajó al extranjero
la semana pasada para tratar de recabar apoyos para un plan de desplegar una
fuerza de seguridad con apoyo de Naciones Unidas para estabilizar a Haití, que
combate a grupos criminales cada vez más poderosos.
El decreto de emergencia se emitió tras un fin de
semana letal que fue un nuevo hito en la espiral de violencia en Haití. Al
menos nueve personas fueron asesinadas desde el jueves -cuatro de ellos
policías- en ataques coordinados de las pandillas contra instituciones del
estado en Puerto Príncipe, incluidos el aeropuerto internacional del país y el
estadio nacional de fútbol.
Pero incluso para los haitianos acostumbrados a vivir
bajo la amenaza constante de la violencia, el ataque del Penal Nacional el
sábado por la noche fue una conmoción.
En otro vecindario se veían los cadáveres
ensangrentados de dos hombres con las manos atadas a la espalda, tirados boca
abajo mientras los vecinos rodeaban barricadas armadas con neumáticos en
llamas.
Entre las pocas docenas de personas que decidieron
quedarse en la prisión estaban 18 exmilitares colombianos acusados de trabajar
como mercenarios en el asesinato en julio de 2021 del presidente de Haití,
Jovenel Moïse. Entre los combates del sábado, varios de los colombianos
compartieron un video en el que pedían por sus vidas.
El domingo, en declaraciones a periodistas que
entraron a pie en un recinto normalmente muy vigilado, Uribe le dijo que “no me
volé porque soy inocente”.
La cancillería colombiana pidió que Haití prestara
“especial protección”.
Además, los hombres armados ocuparon y vandalizaron el
principal estadio de fútbol del país y retuvieron a un empleado como rehén
durante horas, según la federación haitiana de fútbol.
Se reportaron disparos en varios barrios de la
capital. Muchos usuarios de celular se quedaron sin conexión a internet porque
un cable de conexión de fibra óptica se cortó durante los disturbios, indicó la
principal operadora del país.
Después de que las pandillas dispararan al aeropuerto
internacional de Haití la semana pasada, la embajada estadounidense suspendió
todos los viajes oficiales al país y el domingo por la noche instó a todos los
ciudadanos estadounidenses a marcharse lo antes posible. La embajada dijo que
también cancelaría todas las citas consulares hasta el jueves.
El gobierno de Biden, que ha rechazado de plano enviar
tropas a cualquier fuerza multinacional y en su lugar ha ofrecido dinero y
apoyo logístico, dijo que seguía con gran preocupación el rápido deterioro de
la situación de seguridad.
La Policía Nacional de Haití cuenta con
aproximadamente 9.000 agentes para brindar seguridad a más de 11 millones de
personas, según la ONU. Los agentes suelen verse superados en número y
armamento por los pandilleros, que se estima controlan hasta el 80% de Puerto
Príncipe.
Jimmy Chérizier, un exagente de la policía de élite
conocido como Barbecue que ahora dirige una federación de pandillas, se
atribuyó la oleada de ataques. Señaló que el objetivo era capturar al jefe de
policía y a los ministros del gobierno de Haití e impedir el regreso de Henry.
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Los periodistas de Associated Press Joshua Goodman en
Miami y Dánica Coto en San Juan, Puerto Rico, contribuyó a este despacho.