En esta imagen proporcionada por
Warner Bros. Pictures, Margot Robbie en una escena de “Barbie”. (Warner Bros. Pictures via AP)
(Courtesy of Warner Bros. Pictures / Associated Press)
LOS ANGELES —
A lo largo de la
multimillonaria película “Barbie”, se escucha una versión instrumental del
éxito de Billie Eilish “What Was I Made For”, como la banda sonora de la crisis
existencial de la famosa muñeca. En la escena final, el falsete empalagoso de
Eilish finalmente se escucha sobre un piano familiar, que deja un nudo en la
garganta.
Es uno de los muchos
momentos musicales destacados en una película repleta de ellos: desde el
disco-pop de Dua Lipa “Dance the Night”, con letras que se sincronizan
perfectamente con la coreografía personalizada de Margot Robbie, hasta una
reinvención del éxito “Barbie Girl” de Aqua de 1997, sampleado por Nicki Minaj
e Ice Spice.
La música de “Barbie” se ha
convertido en su propio éxito de taquilla, vendiendo 126.000 copias en su
primera semana y debutando en el número 2 en la lista de álbumes Hot 200 de
Billboard. También ha ganado tres premios Grammy, un Globo de Oro y dos
nominaciones a los Premios de la Academia en la categoría de canción original,
más que cualquier otra película.
Es difícil precisar cuánto tiempo ha pasado desde que
una banda sonora, también conocida como soundtrack, ha dominado la conversación
de la manera en que lo ha hecho “Barbie”, particularmente en los Oscar.
Podríamos pensar en Lady Gaga en “A Star is Born”, con el éxito de “Shallow”.
Luego están “La La Land” (“La ciudad de las estrellas. La La Land”) y
“Dreamgirls” (“Soñadoras”), la segunda recibió tres de las cinco nominaciones a
canciones originales en 2007. Pero parecía que hubo una sequía en las bandas
sonoras que definen el espíritu de la época.
Entonces, ¿es “Barbie” una excepción? ¿O los grandes
soundtracks están de vuelta?
FÓRMULAS
Cada década ha producido bandas sonoras memorables. La
más grande de todos los tiempos sigue siendo “The Bodyguard” (“El
guardaespaldas”) de 1992 impulsada por Whitney Houston y su emblemática “I Will
Always Love You”, que vendió 45 millones de copias.
En la era actual, la mayoría de las bandas sonoras
“exitosas” optan por eso, como “Guardians of the Galaxy” (“Guardianes de la
Galaxia”) y su banda sonora de 2014 “Awesome Mix Vol. 1″, que alcanzó el número
1 en el Billboard 200 con canciones de los Jackson 5, David Bowie y Marvin
Gaye. A los musicales también les ha ido bien, como “La La Land” y a los éxitos
de Disney como “Moana” y “Frozen”, aunque el género no suele pasar a la radio
pop. La excepción es “Encanto” y su megaéxito “We Don’t Talk About Bruno” o “No
se habla de Bruno” en español.
Otra opción es usar material original, como en
“Barbie”, lo que Trust ve como un regreso a películas como “Dirty Dancing”
(“Dirty Dancing: Baile caliente”), estrenada durante una época en la que una
sola banda sonora podía producir múltiples éxitos de radio. En el caso de
“Barbie”, se trata de Lipa, Eilish, Minaj e Ice Spice.
“No se trata sólo de encontrar quién es el más
popular, sino de encontrar artistas increíblemente talentosos que sepan cómo
crear algo que realmente haga una extensión de la narración”, dijo.
Cuando funciona, obtienes canciones que se impregnan
en la cultura pop con un verdadero poder de permanencia vinculado a la
película: como “Kiss from a Rose” de Seal de “Batman Forever”, o “My Heart Will
Go On” de Celine Dion de “Titanic”.
UNA PLATAFORMA PARA LOS ARTISTAS
La sincronización correcta de los soundtracks tiene el
poder proyectar a un artista, como en el caso de la canción “Sunflower” de Post
Malone con Swae Lee para “Spider-Man: Into the Spider-Verse” (“Spider-Man: A
través del spider-verso”), el primer sencillo de doble diamante, supervisado
por Aspers.
Las bandas sonoras también pueden presentar a un
artista a nuevas audiencias. Por ejemplo, el éxito dance-pop de 2001 de Sophie
Ellis-Bextor “Murder on the Dancefloor”; recientemente, la canción se volvió
viral debido a su uso en una escena final muy memorable (y muy desnuda) en la
divisiva película “Saltburn” (“Saltburn: El Laberinto”).
”¡Qué suerte para mí!”, dijo Ellis-Bextor a The
Associated Press. “Qué cosa tan genial de la cual ser parte”. La artista
teoriza que su canción ha conectado con una nueva audiencia (y con otra
nostálgica que la escuchó la primera vez) debido a su relación con la película.
Es la última canción de “Saltburn”, llega en una escena crucial, suena fuerte
en la mezcla y se escucha toda la canción, no solo un fragmento, que es lo más
común.
En su opinión, “Murder on the Dancefloor” se convirtió
en uno de esos momentos cinematográficos significativos, como “Tiny Dancer” de
Elton John en “Almost Famous” (“Casi famosos”), porque la ubicación correcta
“desbloquea el siguiente nivel de emoción en la película”, dice.
Hay una sinergia entre los fans del cine y la música.
Según el informe de fin de año de 2023 de Luminate, los asistentes a las salas
de cine de Estados Unidos tienen un 70% más de probabilidades de haber asistido
a un concierto en vivo en los últimos seis meses que aquellos que no van al
cine.
Además, la compañía de datos y análisis de la industria
descubrió que el 42% de los consumidores de la Generación Z tienen más
probabilidades de descubrir nueva música a través de las bandas sonoras de
películas, lo que supone un 20% más que el público en general, y probablemente
podría hablar en parte del éxito de una película como “Barbie”.
“La película no es un musical, pero siempre iba a
tener la música en el corazón”, dice Mark Ronson, productor ejecutivo de la
banda sonora de “Barbie”.
“Tratamos de incluir música y artistas del más alto
calibre”, dice Weaver. “Y cuando hacemos álbumes (de bandas sonoras), realmente
tratamos de hacerlos de una manera en la que sean un cuerpo de trabajo, y que
puedas vivir con eso como un cuerpo de trabajo”.
Para artistas como Ellis-Bextor, subraya una conexión
entre los dos. “La música es una herramienta muy útil. Nada puede marcar el
tono de una escena como la música”, dice.
Ronson está de acuerdo. “Cuando sales de una película
en un momento tan alto que quieres revivirla y piensas: ‘¿Qué puedo hacer?’ y
vas a buscar la banda sonora”, dice. “Solía hacer eso: salía del cine y me
dirigía a la tienda de la esquina y la compraba. Así que creo que eso realmente
ayuda cuando una película te da esa sensación”.
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Hamilton reportó desde Nueva York.