ARCHIVO - Dos teléfonos iPhone 15 Pro se muestran durante el anuncio de nuevos productos en el campus de Apple en Cupertino, California, el 12 de septiembre de 2023. (AP Foto/Jeff Chiu, Archivo)
(Jeff Chiu / Associated Press)
LONDRES —
Es probable que pasen años
antes de que la enorme demanda antimonopolio del gobierno estadounidense contra
Apple se resuelva, pero los problemas del fabricante del iPhone con los
organismos regulatorios europeos permiten dar un vistazo a los cambios que los
consumidores estadounidenses podrían ver en el futuro.
La demanda del gobierno de
Estados Unidos busca evitar que Apple perjudique a tecnologías que compiten con
sus propias aplicaciones en áreas como el streaming, el envío de mensajes y
pagos digitales. El Departamento de Justicia también desea evitar que el
gigante de la tecnología incorpore en sus contratos con desarrolladores,
fabricantes de accesorios y consumidores un lenguaje que le permita obtener o
mantener un monopolio.
Estos temas son similares a
aquellos en torno a los cuales gira la disputa de varios años entre Apple y la
Comisión Europea, que es la rama ejecutiva del bloque y el principal organismo
de aplicación de leyes antimonopolio.
Los organismos de supervisión antimonopolio de la
Unión Europea han presentado varias acusaciones antimonopolio en las que culpan
a Apple de violar las leyes de competencia del bloque, compuesto por 27
naciones, al tiempo que también han impuesto estrictas normas digitales con la
intención de evitar que las empresas tecnológicas acaparen los mercados
informáticos.
Los esfuerzos de Bruselas pronto comenzarán a tener un
impacto en la forma en que la empresa hace negocios y en la experiencia que los
usuarios de iPhone tienen en Europa. Y estos cambios podrían vaticinar lo que
viene para los usuarios de Apple en Estados Unidos, al menos, si el
Departamento de Justicia logra su objetivo.
A continuación una vista más detallada:
Margrethe Vestager, directora de competencia de la
Comisión Europea, señaló que las prácticas de Apple eran “ilegales” e
“impactaron a millones de consumidores europeos que no podían elegir libremente
dónde, cómo y a qué precio adquirir suscripciones de streaming de música”.
La Comisión ha estado examinando si las reglas de
Apple Pay obligan a las tiendas en línea a convertir la función en su opción de
pago preferente o por defecto, prácticamente eliminando a sistemas de pago
rivales. También ha investigado preocupaciones de que la empresa limita el
acceso de sistemas de pago rivales a la función de pago sin contacto de los
iPhones.
La Comisión aún medita la oferta. Ha buscado
retroalimentación de “partes interesadas” sobre las propuestas antes de tomar
una decisión sobre el caso.
La Ley de los Mercados Digitales (DMA, por sus siglas
en inglés) de la Unión Europea es un reglamento dirigido a las grandes empresas
tecnológicas “guardianas” con una serie de indicaciones de lo que deben y no
deben hacer, y con las cuales deben cumplir. Uno de sus objetivos es abrir los
ecosistemas tecnológicos cerrados que atrapan a los consumidores en los
productos o servicios de una sola empresa.
Según la DMA, las empresas tecnológicas no podrán
evitar que los consumidores entren en contacto con compañías fuera de sus
plataformas. Así que Apple se ha sido obligada a permitir que las personas en
Europa descarguen aplicaciones para iPhone de tiendas no operadas por el
gigante tecnológico estadounidense — una medida a la que se oponía desde hace
tiempo.
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La periodista de la AP Barbara Ortutay contribuyó a
este despacho.