Julian Assange saluda a sus seguidores afuera de la embajada de Ecuador en Londres, 19 de mayo de 2017.
Estadoagencia efeLondres, Inglaterra
s Unidos rechazó este miércoles que los cargos por los que pide la
extradición de Julian Assange sean de carácter político y que pueda compararse
su actividad al frente de WikiLeaks a la de los periodistas de investigación.
La abogada Clair Dobbin, en representación de la Justicia
estadounidense, dijo ante el Tribunal Superior de Londres que la defensa
"describe erróneamente" las acusaciones contra el australiano, que en
realidad son "por delitos penales basados en pruebas".
Dobbin dijo que Assange es requerido por conspirar con el exsoldado
estadounidense Bradley Manning (hoy Chelsea Manning) para obtener información
militar clasificada y por difundirla, poniendo en peligro a "numerosos
informantes inocentes de Estados Unidos" en países como Irak, Afganistán,
China, Irán o Siria.
La abogada
subrayó que es incorrecto cuando la defensa trata de comparar al acusado, del
que dijo que trató entre 2009 y 2015 de reclutar a piratas informáticos para su
portal, con "un periodista o editor ordinarios" que use fuentes para
sus noticias.
"WikiLeaks solicitó explícitamente material e
información clasificada. Animó a otros a piratear y produjo una lista de 'Las
filtraciones más buscadas'. Esto va mucho más allá de los actos de un
periodista que recopile información", alegó.
El juez Adam Johnson inquirió sobre un argumento de la
defensa que sostiene que no fue WikiLeaks quien difundió inicialmente los
nombres de los informantes sino que quedaron expuestos cuando un periodista
desveló en un libro la contraseña de los archivos.
Dobbin
respondió que no corresponde a este tribunal profundizar en este punto y sería
algo que Assange podría esgrimir en un eventual juicio en Estados Unidos.
La abogada dijo también que son infundados los argumentos de
la defensa de que su cliente no afrontará un juicio justo en Estados Unidos o
que las imputaciones atentan contra su libertad de expresión.
Assange, de 52 años, no asistió ni el martes ni el miércoles
al proceso ante el Tribunal Superior al encontrarse enfermo, aunque sí
estuvieron presentes en la sala su esposa, Stella, y su padre, John Shipton.
Tras la
vista de este miércoles, los dos jueces del Superior tendrán que decidir,
seguramente en otra fecha, si le autorizan a volver a recurrir en el Reino
Unido -lo que daría lugar a un juicio donde se explorarían a fondo los
argumentos planteados ahora- o si en cambio puede activarse su extradición,
aprobada por el Gobierno británico en 2022.