agencia afpCiudad de Panamá
La décima conferencia del
Convenio Marco para el Control del Tabaco (FCTC) culminó este sábado en Panamá
con consensos para proteger el medio ambiente y los derechos humanos,
pero marcadas diferencias sobre la medición y control de sustancias tóxicas en
los productos de tabaco.
Luego de una semana de reuniones, dos artÃculos
concentraron los desacuerdos entre los delegados de los más de 180 paÃses
participantes de este mecanismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
que apunta a controlar la epidemia de tabaquismo.
Se trata de los artÃculos 9 y 10, que determinan que
los signatarios de este convenio busquen los caminos dentro de su legislación
para medir la toxicidad de los productos de tabaco, y lograr que esa
información llegue a las autoridades y el público.
Mientras la mayorÃa de paÃses pretendÃan que se
conformara un "grupo de expertos" independientes que proponga pruebas
cientÃficas para lograr este objetivo, una veintena de naciones, entre ellas
Guatemala, propugnaron la creación de un "grupo de trabajo" compuesto
por funcionarios que podrÃan recibir órdenes de sus respectivos gobiernos.
Finalmente, no hubo
acuerdo para ninguna de las dos opciones.
"La mayorÃa querÃa
un grupo de expertos", admitió la doctora Nuntavarn Vichit-Vadakan, de
Tailandia, quien presidio el comité A que discutió este controvertido tema, en
una rueda de prensa tras el cierre de la COP10.
"No se pudo lograr un
grupo de expertos", pero hubo "muchas ganancias" en esta COP10
del FCTC, dijo por su lado Patricia Sosa, de la ONG Coalition for Tobacco-Free
Kids (Coalición por niños libres de tabaco).
Hubo "mucho apoyo a la
posición a la OMS en el tema del impacto de salud de los cigarrillos
electrónicos y el tabaco calentado, que nos da fuerza a nosotros como sociedad
civil para seguir poniéndoles presión a los paÃses [para] que lo prohÃban o lo
regulen altamente", dijo Sosa.
PROTECCIÓN DEL MEDIOAMBIENTE
Aunque no se logró
consenso en todos los temas, la jefa del Secretariado del Convenio Marco,
Adriana Blanco, se mostró satisfecha, en especial por el acuerdo de conformar
un grupo de expertos que va a "generar un reporte" sobre la
responsabilidad de la industria tabacalera en los daños a la salud.
Blanco también se mostró satisfecha porque por primera
vez participaron organizaciones juveniles en una COP del Convenio.
"Los jóvenes están
muy preocupados por el tema ambiental. Ahà es donde las agendas que ellos
tienen coinciden más con la agenda del control del tabaco", declaró en la
rueda de prensa final.
Beatriz Champagne, de la
ONG Coalición América Saludable, destacó la aprobación de una propuesta de
Brasil para proteger el medioambiente.
Este acuerdo "ayuda a
mejorar el medio ambiente y considerar la responsabilidad que tiene la
industria tabacalera en causar la contaminación (...) a través de filtros del
tabaco tóxicos que no sirven para mejorar la salud de la gente", dijo la
activista.
"LA VOZ DE LAS TABACALERAS"
Varias oenegés presentes en
esta COP10 afirmaron que Guatemala se alineó nuevamente con la industria
tabacalera en esta conferencia mundial.
"Guatemala siempre ha
sido la voz de las tabacaleras", expresó a la AFP el activista mexicano
Erick Antonio, de la ONG Salud Justa.
El articulado del convenio
estipula que no puede haber interferencia de la industria tabacalera en estas
conferencias, ni en el dictado de polÃticas de salud.
"Esta manera de
argumentar en la que se ponen intereses económicos y se defiende una narrativa
mucho más cercana a la Organización Mundial de Comercio que a la Organización
Mundial de la Salud, no solo nos parece que es riesgosa, sino que entorpece
cualquier avance por consenso", dijo Antonio.
La OMS calcula que el
tabaco mata actualmente a más de ocho millones de personas por año en el mundo,
incluyendo 1,3 millones de fumadores pasivos expuestos al humo.
Brasil propuso en
particular un mecanismo para el manejo de las colillas de cigarrillos y
otros desechos del tabaco que contaminan el medioambiente.
Hasta ahora se consideraba
que el tema de los desechos era problema solo en los paÃses productores de
tabaco, "pero no de los paÃses consumidores", explicó a la AFP la
delegada brasileña Vera Luiza da Costa e Silva.
No hubo propuestas sobre la
sede de la próxima COP, que tendrá lugar en 2025, por lo que
deberÃa realizarse en Ginebra, sede de la OMS y del Secretriado del Convenio
Marco.
Tras el cierre de la COP10,
comenzará el lunes la tercera conferencia de seguimiento del Protocolo para la
Eliminación del Comercio IlÃcito de Productos de Tabaco (MOP3, vigente desde
2018), con participación de casi 70 paÃses.