Lourdes
Gurriel Jr. porta una gorra con el mensaje “Patria y Vida”, durante una
práctica de bateo con el equipo denominado Federación Profesional Cubana de
Beisbol (FEPCUBE), el martes 16 de enero de 2024, en Miami (AP Foto/Lynne
Sladky)
(Lynne Sladky / Associated Press)
MIAMI —
Un mes antes de que sus
colegas de las Grandes Ligas se presentaran a los entrenamientos de
pretemporada, Aroldis Chapman, Yuli Gurriel y otros peloteros de origen cubano
se reunieron en un terreno en Miami.
Ahí, se enfundaron en sus
uniformes y recordaron su país natal esta semana. Se les unieron tanto
prospectos como jugadores retirados, quienes usaron también las gorras azules
con pequeñas banderas cubanas y una leyenda zurcida.
“Patria y Vida”, decía.
El grupo de jugadores, que
en su mayoría nacieron en Cuba pero desertaron de la isla, se hizo llamar
Federación Profesional Cubana de Beisbol (FEPCUBE). Más recientemente, adoptó
el mote de “Dream Team”.
Afirmó que aspiraba a representar los ideales de los
cubanos “libres e independientes”, pero sin contar con el aval de las
autoridades políticas y deportivas de la isla.
“Representamos algo más grande que nosotros mismos”,
afirmó el manager Brayan Peña.
No se ha dado el caso de que un equipo de Cuba que se
haya declarado independiente de las autoridades de ese país haya participado en
una competencia internacional. Sin embargo, FEPCUBE esperaba cambiar eso a
finales de este mes durante un certamen en Colombia.
El club no está afiliado a la FCBS. Sus impulsores
habían aceptado jugar con el nombre de “Dream Team” y renunciar al eslogan de
“Patria y Vida” después de que las autoridades deportivas de Colombia negaron
el aval y condenaron el uso de la bandera de Cuba y de otros símbolos del país.
“Algunas veces ocurren en la vida cosas sobre las que
no tienes control”, dijo el presidente de FEPCUBE Armando Llanes hijo. “Hay que
seguir adelante. Las oportunidades en adelante para nosotros son muchas, como
para estar preocupados y pensando en lo que pasó ahora”.
“Estamos representando a los cubanos libres”, dijo
Peña, quien es también manager de ligas menores en la organización de los
Tigres de Detroit. “Estamos representando algo que todos llevamos en el
corazón, y es nuestra gente. Esa es la gente a la que amamos y es la gente que
ha sacrificado tanto por nosotros”.
La misión atrajo a varios talentos de las Grandes
Ligas esta semana.
Jorge Soler, el Jugador Más Valioso de la Serie
Mundial de 2021, conectó pelotas hacia los jardines durante la práctica de
bateo. Yuli Gurriel, campeón de bateo y ganador del Guante de Oro, fildeó junto
con su hermano menor Lourdes Jr., antes de hacer una pausa para firmar
autógrafos y tomarse fotografías.
La preparación prosiguió, pese a la cancelación, de la
denominada Serie Intercontinental en Barranquilla, ciudad de la costa
colombiana del Caribe. Se suponía que el equipo de cubanos emigrados competiría
con conjuntos de Colombia, Japón, Curazao, Corea del Sur y Estados Unidos.
El gobierno colombiano se deslindó del torneo este
mes, ante la participación del equipo de cubanos. Aclaró en un comunicado que
se trataba de un evento privado que no contaba con su aval.
El Ministerio del Deporte de Colombia rechazó las
“acciones y manifestaciones” de FEPCUBE de utilizar el nombre, la
representación y los símbolos patrios de Cuba, sin la autorización de la isla,
ni el “reconocimiento” del gobierno colombiano o sus autoridades deportivas.
El béisbol es el deporte principal en Cuba, pero el
talento y competitividad de la isla han decaído en los últimos años. Cientos de
peloteros cubanos han desertado para jugar en otras naciones.
La isla ha prohibido en buena medida el deporte
profesional desde poco después de la Revolución Cubana, hace 65 años. Se
ofrecen pagos modestos de parte del gobierno a los peloteros estelares por su
participación en la selección nacional.
Para el Clásico Mundial de béisbol realizado el año
pasado en la Pequeña Habana, el enclave mayoritariamente habitado por la
comunidad cubana en Miami, Estados Unidos marcó un hito. Permitió por primera
vez que astros de las Grandes Ligas nacidos en Cuba jugaran por su país en el
torneo.
El equipo, con su plantel mixto de desertores y
peloteros que residen en la isla, fue recibido tanto con simpatía como con
desprecio en la ciudad que alberga la mayor población de origen cubano en
Estados Unidos.
Numerosos expatriados, orgullosos de sus raíces pero
muchas veces también críticos de la opresión política de la que huyeron,
comenzaron a llegar incluso dos horas antes del primer lanzamiento. Muchos iban
envueltos en banderas de Cuba o portaban jerseys de clubes de las Grandes
Ligas.
Alberto Sarmiento, de 36 años, ha jugado béisbol
durante toda su vida pero dijo que jamás se ha identificado con un equipo que
lo represente como cubano “libre”.
Cientos de personas miraron el encuentro en que el
equipo de expatriados cubanos derrotó 3-2 al conjunto colegial. Algunos se
sentaron en las gradas metálicas y saltaron cuando los cubanos hacían una buena
jugada. Otros presionaron sus rostros contra la valla que los separaba de los
peloteros y gritaron: “¡Viva Cuba!”.
René Arocha protagonizó la ceremonia del primer
lanzamiento. El 10 de julio de 1991, Arocha fue el primer pelotero en activo
que desertó de la selección nacional de Cuba. Abandonó el plantel durante una
escala en Miami.
“Esto me produjo mucha emoción”, dijo Oropesa. “Me
recordó el trabajo duro que mi familia y yo hemos hecho, y por eso estaré
siempre agradecido”.
No está claro el futuro del equipo tras la cancelación
del torneo. Llanes dijo que la meta inmediata es festejar la victoria que
supone tan sólo el conformar este grupo.