Encapuchados
entran a canal de Ecuador FUENTE EXTERNA
agencia efeQuito,
Ecuador
El periodista José Luis
Calderón, uno de los trabajadores del canal ecuatoriano TC televisión que fue
asaltado por un grupo armado el pasado 9 de enero en Guayaquil, aseguró que
este hecho ha marcado su vida y la de muchos de sus compañeros, y advirtió que
los comunicadores están riesgo porque "la amenaza (del crimen organizado)
continúa".
Ya en frío y tras analizar
lo ocurrido, Calderón afirmó en una entrevista con EFE que está reflexionando
sobre lo que debe hacer en su papel como periodista.
"Lo que
experimentamos fue algo muy duro en nuestras vidas... El ejercicio periodístico está muy afectado, los
comunicadores estamos en riesgo y la amenaza continúa", dijo el reportero
al recordar también el asesinato y exilio de otros colegas amenazados por el
crimen organizado.
"Es un factor de riesgo no saber qué
nos vamos a encontrar cada vez que salimos a la calle a realizar nuestra
profesión", lamentó el periodista, que si bien
reconoce que el Gobierno ha logrado controlar algo esta crisis de violencia
criminal, cree que "aún la situación es de completa incertidumbre" y
confía en la unidad del país para superarla.
Calderón indicó que lo
vivido aquel día no se compara con ninguna de las complicadas coberturas que le
ha tocado realizar durante sus 23 años de trayectoria periodística.
"He sido enviado
especial a coberturas como la del rescate de los mineros chilenos en el
desierto de Atacama, en 2010, el devastador terremoto en Haití y la epidemia de
cólera que mató a miles, pero hay experiencias que no se comparan a la realidad
que vivimos", comentó.
Un mensaje que nunca se dio
Calderón se convirtió en
protagonista aquella tarde cuando, en medio del secuestro del canal de
televisión, que se transmitió en vivo para todo el país, los encapuchados lo
levantaron del piso, le apuntaron con armas de diferentes calibres y le
pusieron un explosivo en el bolsillo de su chaqueta para presionarlo a emitir
un mensaje.
"Uno
de ellos portaba un celular y tenía una videollamada en curso.
Tan solo identifiqué que (el de la llamada) era una persona de edad madura, con
diferente tono de voz del que tenían los jóvenes que estaban ahí. Insistió en
que dé un mensaje, pero solo escuchaba insultos. No dijeron nada coherente y se
interrumpió esa comunicación", relató.
Minutos antes de la incursión armada, el reportero
estaba trabajando en la sala de redacción mientras el informativo de la tarde
salía al aire. "Escuchamos ruido y gente corriendo en los pasillos y ante
lo incierto, y también creyendo que si nos poníamos a buen recaudo aquello iba
a pasar, nos escondimos en un baño", recordó.
El
interlocutor elegido a la fuerza
En ese momento llamaron a
la Policía y a sus familiares, pero luego de unos 15 minutos los asaltantes los
encontraron y los llevaron al plató. "Uno de ellos gritaba: 'Queremos un
interlocutor', y en eso me reconocen y me piden que dé un mensaje",
agregó.
"Todos portaban armas cortopunzantes, pistolas,
revólveres, armas de uso militar... Éramos apuntados a cada momento, amenazaban
con quitarnos la vida, con disparar. En ese instante uno de ellos me dijo: 'Di
que si entra la Policía los vamos a matar', y yo actué bajo una aparente
calma", rememoró.
"Interpreto que al
ver a mis compañeros desechos anímicamente, muy asustados, en ese papel de
interlocutor quise adoptar una postura de calma, de sosiego, para que no me
consideren una amenaza", añadió.
Cree que lo que
pretendían demostrar estos hombres armados es que "están
por encima del orden constituido, que podían hacer lo que se les dé la gana, ya
que entraron a un medio que está bajo la administración estatal".
Disparos
y un herido
Cuando la Policía intentó
ingresar al estudio, los encapuchados dispararon hacia la puerta y una de esas
balas rebotó e hirió a uno de sus compañeros. "Fueron minutos de mucha
confusión y desconcierto", apuntó Calderón.
La operación policial
duró aproximadamente dos horas y terminó con la captura de 13 hombres, entre
ellos dos menores de edad, a quienes la Policía identificó como parte de 'Los
Tiguerones', una de las bandas criminales que el Gobierno denominó como grupos
terroristas al declarar la existencia de un "conflicto armado interno"
contra el crimen organizado.
Calderón consideró que
esto debe servir para elaborar "manuales de procedimiento y
protocolos", "porque la toma de las instalaciones de TC fue
aprovechada por otros grupos para infligir terror en el resto de la ciudad, lo
que dejó muertos. Esto debe sentar un precedente", aseveró.
Y aunque a él le han
otorgado reconocimientos por afrontar esos momentos con valentía, dijo que los
ha recibido en nombre de quienes estuvieron en TC esa tarde. "El mayor
reconocimiento es que cada uno de nosotros pudo regresar a su hogar y estar con
la gente que más ama", concluyó.