“La sociedad de la nieve” (“Society of the Snow”), dirigida por J.A. Bayona, tiene una visión de lo ocurrido el viernes 13 de octubre de 1972 con el equipo Old Christian Club de Carrasco de Uruguay que viajaban en avión junto a algunos familiares y amigos a Chile para el final de la temporada.
AGENCIA EFEGuadalajara
El estreno de la película “La sociedad de la nieve” del
director J.A. Bayona sirvió para dejar atrás el
distanciamiento entre algunos de los sobrevivientes de la llamada “tragedia
de Los Andes”, dijo este martes en México Eduardo Strauch, uno de los 16
uruguayos que vivió 72 días en la cordillera.
“La mayor virtud de la película es que ha vuelto a unirnos y a
hacernos encontrar a las familias de los que iban en ese
avión, que hubo una especie de grieta, hasta ahora, que se fue acomodando con
el tiempo pero quedaban distanciamientos”, dijo Strauch este martes en una
conferencia en la ciudad de Guadalajara, capital del estado de Jalisco, oeste
de México.
Strauch fue uno de los invitados
especiales al congreso de liderazgo Resuena, en el que contó que al regresar
a Montevideo, tras el rescate por las autoridades chilenas, quiso
ir a consolar a la madre de Marcelo Pérez del Castillo, capitán del
equipo de rugby que viajaba a Chile para una competencia y que murió bajo la
nieve, pero ella no quiso recibirlo.
“Fue muy
doloroso, al llegar a Montevideo pensaba ir corriendo a la casa de Marcelo a
abrazar a la madre, que nos adorábamos mutuamente y no me quiso ver nunca más,
no soportaba la idea de verme sin Marcelo al lado, cuando se estrenó la
película, la hermana de Marcelo apareció, nos dimos un abrazo y tomamos la
relación de hace 50 años”, dijo.
Añadió que
estos reencuentros sucedieron en su caso y con otros de los sobrevivientes
quienes lograron sanar “las grietas” que quedaron abiertas.
“La sociedad de la nieve”
relata la hazaña de los 16 supervivientes del accidente
del vuelo 571 de la Fuerza
Aérea Uruguaya, que transportaba a Chile a los integrantes del club de
rugby Old Christians Club de
Montevideo junto a varios de sus allegados y a cinco tripulantes.
El avión se
estrelló el 13 de octubre de 1972, en el Glaciar
de las Lágrimas, un páramo andino en el que las condiciones de vida
eran casi imposibles. 16 de quienes viajaban sobrevivieron hasta 72 días en la cordillera de los Andes, soportando
temperaturas extremas, avalanchas y tormentas de arena y alimentándose con los
cadáveres de sus compañeros fallecidos.
Strauch fue uno de los que alentó a los demás para ingerir la carne de los cadáveres para
lograr mantenerse con vida y aseguró que desde el momento que asumió que sería
necesario para salir de la cordillera con vida, no volvió a sentir culpa.
Recordó que luego del rescate les llegó un telegrama del Papa Pablo VI en el que exaltaba el
valor de la vida, sin juzgar lo que los jóvenes hicieron para sobrevivir y
muchos medios de comunicación consideraron como canibalismo.
“Mucha gente
sufrió mucho, de nosotros las familias, muchos estaban esperando lo que nos
dijera el Papa, que mandó un telegrama diciendo que estaba bien lo que habíamos
hecho; si hubiera dicho que habíamos actuado mal, no me hubiera afectado en
nada, tenía mi conciencia totalmente tranquila, estaba vivo”, concluyó.