Joan Manuel Serrat EFE/ Quique GarcíaEFE
El artista símbolo de generaciones ha estado comprometido con la libertad
El emblemático cantautor
español Joan Manuel Serrat, convertido en símbolo de varias
generaciones, ha grabado más de 500 canciones, 40 discos y ha
puesto música a los versos de los poetas más laureados como Antonio Machado,
Miguel Hernández, Alberti, Lorca o León Felipe.
Compositor,
poeta, trovador... se bajó de
los escenarios para siempre en 2022 con su gira de despedida “El vicio de
cantar 1965-2022”, que empezó en Nueva York y finalizó en casa, en el Palau
Sant Jordi de Barcelona, después de recorrer toda España y América.
Y así, tras más de medio
siglo de carrera, ‘se acabó la fiesta’ para la voz de “Tu nombre me sabe a
yerba”, “Aquellas pequeñas cosas”, “La mujer que yo quiero” o “La saeta”, un
adiós acompañado de múltiples galardones como la Gran Cruz de la Orden Civil de
Alfonso X el Sabio, el Grammy Latino honorífico y el Premio Ondas por la
trayectoria artística.
POETA DEFENSOR DE SU LENGUA PATERNA
De padre catalán y madre
aragonesa, creció en el barrio obrero de Poblé Sec, de ahí su mote de joven,
‘noi del Pobl-Sec’, dos lenguas y costumbres que marcarán sus señas de
identidad.
Después de dar sus primeros
pasos en la música con tres compañeros de la universidad, en 1964 debutó en
Radio Barcelona, en el programa Radio-Scope para jóvenes talentos, y grabó un
sencillo con la pequeña discográfica Edigsa, “Una guitarra”, con cuatro
canciones, incluida “Ella em deixa”, su primera composición.
Ese mismo año entró en el
grupo “Els setze jutges” (Los dieciséis jueces), que defendía su derecho a
cantar en catalán, entonces prohibido por el franquismo. Pronto se convirtió en
uno de los pioneros de lo que se llamó la Nova Cançó catalana, pero fue 1967
cuando obtuvo un gran reconocimiento con “Ara que tinc vint anys”, “Cançó de
matinada” y “Paraules d’amor”, temas que le convirtieron en el número uno en
ventas de todo el país.
En 1968 fue seleccionado para representar a España en
el Festival de Eurovisión con “La, la, la”, tema ganador, pero con Massiel, ya
que Serrat rechazó la oferta en medio de una gran polémica al no dejarle cantar
en catalán. Aquel primer pulso al franquismo le valió ser vetado en los medios oficiales
hasta 1974, año en el que volvió a actuar, pero en castellano, y obtuvo su
primer disco de oro.
Siempre comprometido con
los derechos humanos, a finales de 1970 se unió al encierro que 300
intelectuales y artistas en el Monasterio de Montserrat de Barcelona contra el
“proceso de Burgos” y la pena de muerte.
Cuando publicó
“Mediterráneo”, en 1971, Serrat, con apenas 28 años, ya se había convertido en
símbolo de la libertad en España e Iberoamérica, un derecho que hay que
defender, diría muchos años después, “con uñas y dientes” cada día y “estar
atentos y dispuestos a pelear y no bajar la guardia si no queremos retroceder y
que nos devuelvan de nuevo a la casilla de salida”.
UN LATINOAMERICANO DE BARCELONA
Mientras se encontraba en
México en 1975 y ante los últimos fusilamientos franquistas, mostró su
“absoluto repudio a la pena de muerte y a la violencia oficial establecida”,
por lo que en España se le abrió un proceso por injurias al jefe del Estado que
le obligó a exiliarse en el país azteca.
El cantautor español, que
se reconoce como un latinoamericano de Barcelona, regresó a España en 1976, una
vez muerto Franco, con “Para la libertad” en su repertorio, un grito popular en
los últimos años de la dictadura.
Ya en democracia, publicó
“El tránsito” y “Cada loco con su tema” e hizo una gira por Latinoamérica,
excepto Chile, Uruguay y Argentina, países a los que no regresará hasta años
después con la recuperación de sus libertades.
Su identificación con Latinoamérica quedó reflejada en
el disco “El Sur también existe”, con versos del poeta uruguayo Mario
Benedetti, un homenaje de gratitud a gentes y países que le marcaron.
En la carretera con sus
amigos de siempre
A continuación, inició
una prolongada gira con “El gusto es nuestro”, con Ana Belén, Víctor Manuel y
Miguel Ríos como compañeros de viaje, experiencia que repitieron en el 2016,
para celebrar los veinte años de aquella exitosa experiencia.
Publicó “Sombras de la
china” en 1998, al que siguieron “Cansiones”, “Versos en la boca”, “Serrat
Sinfónico” y la gira “Cien por cien Serrat”.
En 2006 editó en catalán
el disco “Mô” y después abordó a dúo con su amigo Joaquín Sabina la gira “Dos
pájaros de un tiro”, un éxito que los llevó a repetir la experiencia en 2012
con “Dos pájaros contraatacan”, al que aportaron un disco original, “La
orquesta del Titanic”, con nuevas canciones escritas a cuatro manos.
Dos años antes, en 2010,
Serrat musicalizó una nueva selección de poemas de Miguel Hernández bajo el
título “Hijo de la luz y de la sombra”, con el que conmemoraba el centenario
del nacimiento del poeta.
Celebró sus 50 años sobre
los escenarios con “Antología Desordenada”, sus 50 canciones más personales
revisadas y grabadas de nuevo, una treintena de ellas duetos con amigos y
compañeros, de Alejandro Sanz a Gino Paoli, de Silvio Rodríguez a Mina, de Gal
Costa a Pablo Milanés, Ana Belén, Mercedes Sosa, Pablo Alborán, Miguel Poveda,
Lolita Flores…
Desde su irrupción en la
música, Serrat no ha dejado de escribir canciones, grabar discos y hacer giras
por el mundo en los más variados formatos para que hoy, el día de su 80
cumpleaños, continúen sonando sus canciones de siempre “Mi niñez”, “Hoy puede
ser un gran día”, “De cartón piedra” o “Pueblo blanco”.