El Papa Francisco.ANDREW MEDICHINI
agencia efeCiudad del Vaticano
El papa Francisco lamentó
hoy las palabras de esperanza y gratitud aparentes que suelen expresarse por el
Año Nuevo, "aplastadas" por los intereses personales, criticó en la
última misa del año en la basílica de San Pedro del Vaticano.
El pontífice sostuvo que la
fe permite "vivir de un modo diferente a la mentalidad mundana" esta
última tarde del año, con "gratitud y esperanza", algo que no siempre
ocurre.
"Todos agradecen, todos esperan, creyentes y no
creyentes (...) En realidad la gratitud y la esperanza mundanas son aparentes.
Falta la dimensión esencial de la relación con el Otro y los otros, con Dios y
los hermanos. Están aplastadas por el yo, por los interés", alegó.
ESPERANZA E INTEGRACIÓN
El papa, como obispo de
Roma, también dedicó parte de su homilía a reflexionar sobre la Ciudad Eterna a
un año de que comience un Jubileo que brindará el perdón de los pecados a los
peregrinos del mundo (se espera la llegada de unos 35 millones durante todo
2025).
Por eso, recordó que el
cristiano debe ser ante todo un "peregrino de esperanza" y sostuvo
que esta cualidad debe impregnar "un estilo de vida" que refuerce la
"cualidad ética y espiritual de la convivencia".
"La pregunta se puede
formular así: ¿estamos obrando cada uno en nuestro ámbito para que esta ciudad
sea símbolo de esperanza para quienes la habitan y la visitan?", planteó
el pontífice ante el alcalde de la ciudad, Roberto Gualtieri, en primera fila.
Francisco puso como ejemplo la columnata que Bernini
construyó en el siglo XVII para la plaza de San Pedro en forma de abrazo:
"Dentro se mueven libre y serenamente personas de todas las nacionalidades,
culturas y religiones, una experiencia que infunde esperanza", alabó.
O la
"fascinación" del centro de la capital italiana, "perenne y
universal", que debe adaptarse a ancianos y discapacitados para que todos
puedan apreciarla.
Pero el pontífice también
urgió a que la "gran belleza" romana -una referencia cinéfila- sea
adecentada con "decoro y con la normal funcionalidad" de sus
servicios, a menudo deficientes.
FRANCISCO ENTRE LA GENTE
En esta misa, que celebra
las primeras vísperas del 2024 y se entona el antiguo himno del 'Te Deum' en
señal de agradecimiento, se expuso además el icono mariano de la "Madonna
Lactante" del siglo XII, traído para la ocasión del santuario italiano de
Montevergine.
El papa terminó la misa,
rindió tributo a la Virgen y el Niño y después fue llevado en silla de ruedas
por sus problemas de rodilla por el pasillo central de la basílica para saludar
a los cerca de 6.500 fieles que acudieron al templo.
Después, como ya es
tradición, salió a una plaza de San Pedro empapada por la lluvia para apreciar
el Portal de Belén de esta Navidad mientras una banda entonaba el "Adeste
fideles".
Y Francisco, de vuelta al
Vaticano, pudo de nuevo saludar a cientos de fieles presentes en la plaza,
muchos de los cuales le saludaban en español, su lengua materna.
EL RECUERDO DE BENEDICTO XVI
Por otro lado, este último
día del año se conmemoró el primer aniversario del fallecimiento del papa
emérito Benedicto XVI en el monasterio 'Mater Ecclesiae' del Vaticano, en el
que se retiró desde su histórica renuncia en 2013.
Su sucesor, Francisco,
proclamó por la mañana el "afecto, gratitud y admiración" por el
pontífice alemán tras el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio
Apostólico, ante cerca de 20.000 fieles.
"Hace un año el papa
Benedicto XVI concluía su camino terrenal tras servir con amor y sabiduría la
iglesia. Sentimos por él mucho afecto, mucha gratitud y mucha admiración. Que
desde el cielo nos bendiga y nos acompañe", encomió, pidiendo el aplauso
de los fieles.
Antes, de madrugada, los
más leales seguidores de Ratzinger le recordaron con una misa en el Altar de la
Cátedra de la basílica vaticana, entre estos su histórico secretario, Georg
Gänswein, que no pudo contener las lágrimas al leer su homilía.
El monseñor alemán, quien
criticó abiertamente a Francisco en un libro y fue sacado del Vaticano y
trasladado a su diócesis de Friburgo, recordó a Benedicto XVI como "un
ejemplo luminoso".
"Permanezcamos unidos
también en Benedicto XVI, sinceramente agradecidos a Dios por el don de su
vida, la riqueza de su magisterio y la profundidad de su teología",
emplazó ante los fieles y algunos cardenales como el conservador alemán Gerhard
Müller.