La alcaldesa de Ciudad de México Claudia Sheinbaum saluda a sus seguidores a su salida de un acto de campaña en el monumento a la Revolución en Ciudad de México, el 15 de junio de 2023. (AP FOTO/EDUARDO VERDUGO, ARCHIVO)
agencia apCiudad de
México, México
Al bajar el telón de la
precampaña en México las cartas parecieran estar echadas y no dejan espacio a
dudas de que en los meses previos a las elecciones presidenciales del 2 de
junio se vivirá una dura puja entre dos mujeres: la oficialista Claudia
Sheinbaum, que en este momento se perfila como clara favorita, y la opositora
Xóchitl Gálvez, que luchará por remontar en la recta final de la liza.
Las definiciones se hicieron más palpables en el
período de precampaña fijado por las autoridades electorales, que se inició a
mediados de noviembre y que culmina el jueves. La ex alcaldesa capitalina
Sheinbaum se mantuvo durante esta etapa con una sólida ventaja de alrededor de
20 puntos sobre Gálvez, quien a pesar de las simpatías que despertó en los
meses previos al proceso y que llevaron a los analistas a identificarla como un
“fenómeno político”, no logró levantar en las encuestas y acercarse a la candidata
del partido gobernante Morena.
El único cambio que se
dio en la precampaña fue la entrada de un nuevo actor: el opositor Jorge
Álvarez Máynez que asumió a inicios de este mes la candidatura presidencial del
partido minoritario Movimiento Ciudadano luego del retiro de Samuel García,
gobernador del estado norteño de Nuevo León, que abandonó la contienda tras una
pugna con adversarios locales.
Al cierre de esta etapa la
mayoría de los analistas coinciden en que Sheinbaum fue quien mejor aprovechó
los 60 días de precampaña para consolidar su candidatura y equipo de cara a la
recta final del proceso electoral, que iniciará el primero de marzo con el
arranque formal de la campaña y que se extenderá hasta el 29 de mayo.
ESTRATEGIA CAUTELOSA
Carlos Ramírez, socio de la
firma local de consultoría política Integralia Consultores, atribuyó el éxito
de la aspirante oficialista, de 61 años, en esta etapa a la “estrategia
cautelosa” que mantuvo y que —según el analista— le impidió cometer errores.
“No arriesga mucho, es una
candidata muy cuidada, muy disciplinada, que no se expone”, dijo Ramírez a The
Associated Press, al reconocer que Sheinbaum no necesita tomar mayores riesgos
debido a que tiene como su “principal promotor” al presidente Andrés Manuel
López Obrador.
El analista también resaltó la “enorme disciplina” que
mantuvo Sheinbaum que se “evidenció” en la réplica constante que hizo de todas
las posturas de López Obrador, hecho que aseguró que tiene sentido considerando
el alto nivel de aceptación del que goza el mandatario que ronda 60%.
Otro factor que según
Ramírez jugó a favor de la exalcaldesa fue el proceso interno que inició Morena
a mediados de junio pasado para elegir el aspirante presidencial que ayudó a
darle visibilidad a Sheinbaum en los 32 estados del país.
Aunque la coalición
opositora Fuerza y Corazón Por México, integrada por los partidos
Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución
Democrática (PRD), replicó un mes después esa iniciativa, el oficialismo tuvo
una ventaja de varias semanas.
Los procesos internos de
los principales partidos generaron críticas entre algunos analistas y
organizaciones como Movimiento Ciudadano que los consideraron como una campaña
adelantada que vulneró las normas electorales y que convirtió esta precampaña
en un mero trámite puesto que las candidaturas ya estaban totalmente definidas.
Según los analistas a quien
no le fue tan bien en esta precampaña fue a la exsenadora Gálvez, quien se
mantuvo estancada con un techo de preferencias de alrededor de 30%, de acuerdo
con las principales encuestadoras locales.
PRECAMPAÑA "DESCAFEINADA"
Roy Campos, presidente de
la empresa local de investigaciones de opinión pública Consulta-Mitofsky,
atribuyó el resultado desfavorable a una precampaña “descafeinada” y sin
mensajes poderosos que mantuvo la opositora, de 60 años, durante los últimos
meses.
“De los 60 días de precampaña, 50 días prácticamente
no sirvieron de nada”, consideró Campos a la AP al reconocer que no fue hasta
los últimos diez días cuando se dio un viraje en la estrategia de la opositora,
tras la definición de su equipo, y que se introdujeron nuevos mensajes de
campaña orientados a reclamar por las carencias y problemas que enfrentan los
mexicanos como la inseguridad, que consideró mucho más acertados y poderosos.
A estas dificultades se
sumaron las divergencias que surgieron dentro de la coalición opositora por la
definición de las candidaturas a gobernadores en los estados de Chiapas,
Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, que también
se disputarán a mediados de año, que según los analistas agregaron tensión a la
campaña de Gálvez. En los comicios generales del 2 de junio se elegirán además
del presidente y nueve gobernadores, a 500 diputados y 128 senadores.
Sobre el impacto que
tendrá en las elecciones presidenciales la candidatura de Álvarez Máynez, de 38
años, los analistas coinciden en que la incidencia será muy marginal debido a
que es un desconocido en la política local y entró muy tarde al proceso.
Campos sostuvo que
Movimiento Ciudadano en estos comicios “no quieren jugar a ganar, quieren jugar
a posicionar un concepto y un futuro... Juegan a un nuevo votante para
construir un futuro”.
Ante la gran ventaja que
mantiene Sheinbaum en las preferencias electorales, surge la duda si ya todo
está definido.
Al respecto, Ramírez
afirmó que en este momento luce “bastante cuesta arriba” para Gálvez remontar
la diferencia, pero admitió que “no es imposible” que se recupere en los
próximos cuatro meses considerando el cambio que hizo en la estrategia de
campaña y su carisma que aseguró que es muy superior al de exalcaldesa de la
Ciudad de México.
“Todavía hay margen de
conectar con esa clase media descontenta con López Obrador y sacarlos a votar y
conectar con los jóvenes que están abiertos a escuchar otras cosas”, agregó.
Para Carlos Bravo, un
consultor independiente, el período de López Obrador está a punto de acabar y
la discusión electoral debería centrarse en “qué viene después”. En su lugar,
hay una percepción generalizada de que estas votaciones son un “referéndum”
sobre su administración y su “cuarta transformación”, algo que puede ser un
arma de doble filo para las dos contendientes, planteó.
La candidata oficialista,
que es la que más propone esta idea de referéndum, según Bravo, puede
beneficiarse de ese concepto, por ejemplo, por el éxito de las políticas
sociales, pero el legado de López Obrador también puede ser para Sheinbaum
también una especie de “camisa de fuerza” que le impida avanzar en los temas que
no han funcionado.
Y algo parecido le pasa a
Gálvez. Según Bravo, la coalición opositora todavía tiene que decidir si quiere
presentarse como la opción “anti-AMLO” o la alternativa “post AMLO”.