UNICEF/Eyad El Baba Varios habitantes de la ciudad de Rafah, en la Franja de Gaza, huyen de un ataque con misiles (foto de archivo).
La coordinadora humanitaria de la ONU en los
Territorios Palestinos Ocupados señala que un alto el fuego podría propiciar la
liberación de los rehenes tomados por Hamás. Advierte sobre la grave situación
del sistema sanitario y pide la completa reapertura del paso fronterizo de
Kerem Shalom para evitar una crisis de malnutrición.
La
coordinadora humanitaria de la ONU en los Territorios Palestinos Ocupados
declaró este miércoles que el alto el fuego en Gaza es "el único
camino a seguir" y "en interés de todos", ya que la guerra
amenaza la paz y la seguridad tanto de palestinos como de israelíes y podría
afectar durante años y a muchas generaciones venideras.
En una
videoconferencia desde Jerusalén, Lynn Hastings dijo a los periodistas en
Ginebra que “Israel, como potencia ocupante, es responsable de proteger a la
población civil palestina”. La coordinadora especificó que no solo se trata de
dejar pasar los camiones en la frontera entre Egipto y Gaza, “tienen que
asegurarse de que las condiciones dentro de Gaza nos permitan tener acceso a
todos los que necesiten ayuda”.
Hastings
expresó su preocupación por los palestinos que parecen estar siendo detenidos
sin un juicio. Además, insistió en que un alto el fuego podría
propiciar la liberación de los rehenes tomados por Hamás durante los
ataques del 7 de octubre al sur de Israel, y reiteró los llamamientos para que
se permita el acceso a los rehenes.
Estas
declaraciones se producen tras la abrumadora votación de ayer martes en la
Asamblea General a favor de un "alto el fuego humanitario
inmediato" y la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes,
así como de "garantizar el acceso humanitario".
El sistema sanitario colapsa
La
coordinadora señaló que el número de palestinos que mueren y son heridos está
creciendo significativamente cada día. Entre las tardes del 11 y el 12 de
diciembre murieron 217 palestinos.
Enfatizó
que la intensificación de las hostilidades ha empujado a casi la mitad de la
población de Gaza, alrededor de un millón de personas, hacia Rafah, en el sur,
agravando la grave crisis sanitaria y de hambre.
Se están
extendiendo las enfermedades infecciosas, menos de un tercio de los hospitales funcionan,
algunos de ellos parcialmente, los refugios hace tiempo que superaron su
capacidad y la gran mayoría de la población carece de alimentos y agua
suficientes.
Hastings
hizo referencia a la información facilitada por el Ministerio de Sanidad en
Gaza, que este informó ayer sobre 360.000 casos de enfermedades infecciosas en
los refugios. También se refirió a los casos de meningitis, ictericia,
impétigo, varicela y otras infecciones de las vías respiratorias superiores
registrados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La diarrea y la
gripe también se están extendiendo entre los desplazados internos de Rafah.
Casi la
mitad de la población del norte y un tercio de la del sur sufren "niveles
graves de hambre", según una reciente evaluación del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Ataques contra instalaciones de
la ONU
Al
abordar la cuestión de la seguridad de las instalaciones de la Organización en
la Franja, Hastings mencionó la destrucción con explosivos por parte de
las fuerzas israelíes de una escuela de la Asamblea General de la ONU
para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en Beit Hanoun, en el norte, al
parecer este martes, y subrayó que no tenía conocimiento de ninguna
justificación para esta medida.
También
dijo que a pesar de que la ONU informa repetidamente a las partes en conflicto
dónde se encuentran sus instalaciones, 130 de ellas han sido impactadas desde
el 7 de octubre, causando víctimas en 62 de esos recintos.
UNRWAestima que al menos 283 desplazados que buscaban seguridad en sus refugios
han muerto y casi 1000 han resultado heridos.
Los mercados deben abrirse
La
coordinadora humanitaria subrayó que el sector de la ayuda debe trabajar codo
con codo con el sector público y el sector comercial "como hacemos en
cualquier otra parte del mundo" para apoyar adecuadamente a la población
de Gaza.
"Necesitamos
que los mercados estén abiertos", dijo, y que entren productos
comerciales para evitar una crisis de malnutrición.
Hastings
acogió con satisfacción el control de los camiones de ayuda de la ONU en el
paso fronterizo de Kerem Shalom, controlado por Israel, que tuvo lugar ayer por
primera vez desde el inicio de la escalada. Unos 80 camiones fueron verificados
y autorizados allí antes de ser enviados a Rafah para entrar en el enclave,
explicó.
Reiteró
los llamamientos para la completa reapertura del paso fronterizo de
Kerem Shalom tanto para el tráfico humanitario como comercial, que antes
del 7 de octubre era el principal punto de acceso de mercancías a la Franja, y
subrayó que el paso fronterizo de Rafah no estaba estructuralmente pensado para
el paso de cientos de camiones de ayuda.
Daños en las infraestructuras
Según las
imágenes de satélite, alrededor del 60% de las viviendas de Gaza ya han sido
dañadas o destruidas, detalló Hastings.
En
relación con los informes sobre la posible inundación de los túneles
subterráneos de Gaza con agua de mar por parte del ejército israelí, Hastings
alertó de que, de producirse, causaría "graves daños" a la ya
comprometida estructura de agua y saneamiento, pondría en peligro el
"muy frágil" ecosistema de la Franja y crearía un riesgo de derrumbe
de edificios y carreteras.
Violencia y pobreza en
Cisjordania
La
coordinadora humanitaria también destacó la situación cada vez más frágil en la
Cisjordania ocupada, donde ya han muerto 464 palestinos este año, más
de la mitad de ellos desde el 7 de octubre. Unos 3000 han sido detenidos y
no está claro si serán acusados y juzgados, apuntó. La violencia de los colonos
también va en aumento, con una media de cinco incidentes diarios, frente a los
dos por día del año pasado.
Con
la suspensión de los permisos para los trabajadores de Cisjordania en
Israel y en los asentamientos, y la interrupción del comercio con
Israel, la falta de transferencias de ingresos a la población del territorio es
una "grave preocupación", subrayó.