Momento en que el alcalde Santiago Riverón desalojaba a los haitianos.GOIDY REYES/LD
La alcaldía del municipio de Dajabón desalojó nuevamente de las calles a
vendedores haitianos que comercializan diversos productos en el mercado de las
verduras y zonas aledañas de esta localidad fronteriza.
El operativo
realizado por la policía municipal y encabezado por el alcalde Santiago
Riverón, procura que el intercambio comercial que realizan los haitianos sea en
el mercado fronterizo.
El intercambio comercial se ha visto afectado por el cierre
de frontera que mantiene Haití, en represalia por las medidas adoptadas por el
Gobierno dominicana, tras el conflicto por la canalización de las aguas del río
Masacre, en territorio haitiano.
Tras retirar
con sus manos varios productos de los haitianos, el alcalde enfatizó que el
mercado de las verduras es exclusivo para los dominicanos y que los haitianos
que allí venden deben trasladarse a las instalaciones del mercado fronterizo,
el cual abrió recientemente luego de permanecer varios meses cerrado.
Las mercancías incautadas momento más tarde fueron devueltas
a los vendedores haitianos, con la salvedad de que deben de retirarse del
mercado de las verduras e ir al mercado fronterizo para hacer comercio.
El gobierno dominicano decidió cerrar sus fronteras con
Haití, luego de que en esa nación se tomará la decisión unilateral de construir
un canal para desviar las aguas del río Masacre.
Posteriormente, la administración del presidente Luis
Abinader decidió dejar sin efecto la medida, pero ahora los haitianos mantienen
un boicot al comercio fronterizo.
Las autoridades dominicanas han advertido sobre los riesgos
que implicaría la construcción del canal en el río Masacre.
Ha explicado que el río Masacre o Dajabón es una importante
“frontera ecológica y económica”, por lo que su canalización implica un riesgo
para ambas áreas.
Indicó que
la desviación de su cauce natural dejaría sin fuente de agua la Laguna
Saladillo, lo que significaría la desaparición de una rica biodiversidad de
flora y fauna declaradas de importancia internacional.
Asimismo, ha planteado que la falta de agua también
representaría la desaparición de actividades agropecuarias en miles de tareas
de tierras a ambos lados de la frontera, así como una serie de inundaciones por
la crecida del río que amenazaría la vida de los habitantes de Dajabón y Juana
Méndez.
El Ministerio de Relaciones Exteriores dominicano también
puntualizó que la construcción representa una “clara violación” al artículo 10
del Tratado de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje de 1929, que indica que los Estados
“se comprometen a no hacer ni consentir ninguna obra susceptible de mudar la
corriente de aquellas o de alterar el producto de las fuentes de las mismas”.